Livio no sólo tiene seis trabajadores musulmanes, sobre un total de treinta –en su empresa de cromado de marmitas, piezas de automóviles y motocicletas, de telares y sillas de ruedas- sino que también es animador del “Grupo de los amigos de Marene (CN) y sus alrededores” que está inspirado en la “regla de oro” del Evangelio: “Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti” (Lc. 6,31). De ese grupo, que comprende también a musulmanes y no creyentes, ha nacido, como un retoño, otro grupo completamente autónomo, compuesto totalmente por senegaleses, que tiene adherentes en Senegal y en Piemonte. Los dos grupos colaboran y –dice Livio- «de una cosa nace otra cosa». Escuchémoslo: «Nuestra aventura tiene menos de diez años. En 1995 participé en un congreso focolarino en Loppiano, abierto a amigos de “convicciones diversas”, donde escuché la propuesta del arte de amar cristiano, como un ideal para proponer a todos. Regresando a casa, le dije a mi esposa, que quería hacer una experiencia distinta, que nunca había intentado en la vida: la del amor desinteresado. Y desde ahora la estamos haciendo con la ayuda de nuestros cuatro hijos. «El grupo nació en 1997. Tiene un local que hemos adaptado para este fin y allí nos vemos todas las semanas. Vienen personas de todas las edades, color y credo. Familiares, vecinos, parientes, amigos y dependientes. Uno atrae al otro. Nos encontramos para escucharnos, ayudarnos y ayudar. «Los musulmanes llegaron así: al primero lo conocimos en una situación de necesidad y decidimos asumirlo aprovechando un pedido más grande de lo común. Lo ayudamos también a encontrar un alojamiento, y se injertó bien en la empresa y nos hizo conocer a otros de sus amigos. A través de los senegaleses que trabajaban con nosotros, supimos que tantos inmigrantes africanos de esta zona provenían de una región de Senegal. Uno de ellos, con su esposa y sus hijos, es nuestro amigo, y ha sido él quien ha llevado la propuesta del ideal a su país. Él y sus amigos siempre dicen que cuando están con nosotros se sienten en familia ». Tomado de: Islam – Historias italianas de buena convivencia, de Luigi Accattoli, Ediciones Devoniane, Bolonia 2004, pp. 222
Buscar semillas de esperanza en las circunstancias de la jornada
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