Hermine Schmölz, austriaca, cuenta: “Hace unos diez años me di cuenta de la necesidad de hacer algo por la integración de los inmigrantes musulmanes, sobre todo de las mujeres, a las cuales, a pesar de tener muchos años de vivir y trabajar aquí, no las conocemos”. Habla con una persona de la parroquia. También otros amigos se muestran entusiasmados con la idea y juntos van donde el párroco para compartir su proyecto y pedirle un lugar donde poder comenzar. Desde entonces va adelante una aventura realmente apasionante. Tanto para las mujeres musulmanas que participan en la iniciativa como para los miembros del equipo que estudia el programa: una señora luterana, tres musulmanas, una que declara que no tiene convicciones religiosas y tres católicos que adhieren al Movimiento de los Focolares. Desde el primer momento advierten que la primera atención debe ser la de descubrir cuáles son los reales intereses de esas mujeres. No es fácil, dada su dificultad de expresarse en nuestro idioma. Por eso los organizadores intentan hacer sentir bienvenida a cada mujer, creando una atmósfera cordial y alegre. “La fecha de los encuentros la publicamos siempre en el periódico – aclara Hermine – así el grupo crece cada vez más. Todas las veces hacemos algo diferente e interesante: invitamos a hablar a políticos, expertos en educación, asistentes sociales, a una enfermera obstétrica, a una doctora, y les pedimos que dejen amplio espacio al diálogo con las señoras, a quienes siempre tratamos de animar para que se expresen. Para los niños hay un programa especial en la sala del lado, así también ellos, desde pequeños, experimentan la importancia de las relaciones interculturales. Cada encuentro concluye con un buffet al que contribuyen las mismas señoras musulmanas. Otras veces organizamos paseos o fiestas. Antes de cada Navidad, como grupo interreligioso llevamos regalos a las personas que viven en la calle, e involucramos a las señoras para que establezcan, a su vez, relaciones con personas de otras culturas. Y como en un juego, por cada contacto, las invitamos a engarzar una perla en un collar y al final del año tratamos de adivinar cuántas perlas habrá. También tenemos la fortuna de podernos comunicar con personas de los Focolares de otros países que hacen un camino intercultural similar, así surgen cada vez ideas nuevas. Las señoras demuestran que les agrada mucho esta forma de diálogo y de integración recíproca. Y también sus parejas están contentos”. “El 20 de diciembre –escriben del Focolar de Nueva York– fuimos invitados a la Mezquita Malcolm Shabazz de Harlem – la misma donde estuvo Chiara Lubich en el ’97 – para hablar en la Seerah Conference”. Se trata de una jornada de retiro anual para profundizar en la vida y las enseñanzas del Profeta y del Imán W.D. Mohammed, quien fue líder de los musulmanes afro-americanos. La cálida acogida reservada a los dos invitados por parte del Imán Pasha y de las 200 personas presentes, son el signo evidente de que la semilla de diálogo, lanzada años atrás, sigue dando frutos. No por casualidad el tema para ese día era precisamente la unidad, desarrollado a través de pensamientos del Imán W.D. y de Chiara. Todo concluyó con un breve video de Chiara Lubich, al que siguió un fuerte aplauso que hizo pensar que en esa tensión a la unidad que ella propone estamos realmente todos. https://www.youtube.com/watch?v=O6It6CJ3Q0E
Aprender y crecer para superar los límites
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