«Me parece que Dios nos ofrece en este año que comienza un año jubilar, no solo en el sentido de la alegría sino en el sentido de un año en el que se recomienza, se perdonan todas las deudas. Queremos partir desde cero, con un pacto de misericordia, concreto, verdadero, profundo. Un año en el que ofrecemos perdón y pedimos perdón. Y declaramos oficialmente que pondremos todas nuestras fuerzas en mejorar nuestras relaciones. Estamos sostenidos en este esfuerzo por el compromiso de vivir el amor al hermano con renovada intensidad. Teniendo una misericordia que todo lo espera, que protege siempre, que da confianza, que cree, experimentaremos una amnistía completa en el corazón, un perdón recíproco universal. A todos ¡Feliz Navidad! como “hijos de Dios” (Jn 1,12), pues Jesús nos da el poder serlo». Maria Voce |
Sanar las heridas que encontramos en los demás
Sanar las heridas que encontramos en los demás
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