Cristianos de una parroquia católica de Basilea fueron a visitar la comunidad islámica del barrio. Después que los musulmanes rezaron compartieron juntos el almuerzo. “En la tarde un torneo de fútbol: equipos de niños, jóvenes y adultos, y también ¡“imames contra curas”!” –cuenta el imán Mohammed Tas de Kleinbasel. «Nosotros los párrocos perdimos, pero la amistad creció”, señala con una sonrisa el párroco Ruedi Beck. Y el imam prosigue: “Tenemos la alegría de volvernos a encontrar: vivimos en la misma ciudad, somos personas, tenemos mucho trabajo y muchas preocupaciones. Rezamos el uno por el otro y nos ayudamos, en lo que podemos”. Este es uno de los ejemplos presentado durante la jornada “Musulmanes y cristianos en diálogo”, el pasado 12 de febrero en Baar, manifestó que es posible realizar relaciones de familia entre comunidades religiosas diversas. Eran 80 los participantes, provenientes de las tres regiones lingüísticas de Suiza, 40 cristianos y 40 musulmanes, originarios de 17 naciones, entre las cuales Kosovo, Irak, Irán, Turquía, Macedonia, Costa de Marfil, Nord África. Participaron activamente en el diálogo también personalidades conocidas en la Confederación Hervética, como el Dr. Taner Hatipoglu, presidente de la liga de las organizaciones musulmanas de Zúrich y cuatro Imam. La base del diálogo es el tema “Escuchar y vivir la Palabra de Dios”. Ali Cetin, imam de Baar, introdujo a los presentes en la comprensión musulmana de quién es Dios y su palabra para los musulmanes: “Aquél que es auténticamente amado y lo reconoce, lee el correo electrónico, el mensajito o una carta de su amigo palabra por palabra varias veces. Estima la escritura, cada palabra, cada frase. Es así que el musulmán honra el Corán, como una carta que Dios le envía a los hombres. Cita sus versículos con amor, los aprende de memoria y los pone en práctica”.
En el pensamiento cristiano el amor de Dios uno y trino es un punto central. Su importancia se pone fuertemente en evidencia a través de un fragmento de un discurso de Chiara Lubich, con ocasión de un congreso internacional con amigos musulmanes en Roma, en 1998. Decía: “Nosotros creemos que Dios nos ama inmensamente… Y en el Corán está escrito: ‘Los creyentes no se aman de otra forma sino como aman a Dios’. Esta es la cosa más fuerte que nos puede unir. De esta forma no somos sólo musulmanes y cristianos, sino hermanos y hermanas, personas que ponen a Dios en primer lugar”.
El Imam Mustapha Baztami de Teramo (Italia), uno de los relatores, quien conoció personalmente a Chiara Lubich, afirmó: “Chiara Lubich es la primera cristiana, la primera mujer que ha hablado en una mezquita en Harlem (1997). Logró crear un puente entre las religiones, porque hizo de su fe en el Amor de Dios una forma de vivir y no un eslogan vacío”. Le contestó una musulmana comprometida: “Hoy nos hemos encontrado al mismo nivel, como en una familia, aceptados por todos. Formamos un puente, una ‘tierra de nadie’ que une a todos”. Finalmente Marianne Rentsch y Franco Galli, responsables del Movimiento de los Focolares en Suiza, recordaron, en la conclusión del encuentro, la Regla de oro: «Ninguno de ustedes es un auténtico creyente si no desea para el hermano lo que desea para sí mismo» (Mahoma, Hadith 13, libro de los 40 Hadithe de al-Nawawii); «Hagan a los demás lo que les gustaría que hicieran por ustedes» (Evangelio según San Lucas 6,31). Cada uno de los participantes en el encuentro se llevó un recuerdo en formato de tarjeta de crédito, con la frase impresa en los tres idiomas nacionales de Suiza. Beatrix Ledergerber-Baumer
Amor recíproco
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