«La respuesta duradera de la Iglesia a los abusos, requiere más que simples reformas estructurales. Exige la participación activa de todos, en todos los niveles de la vida de la Iglesia». Esta podría ser una de las frases clave del segundo Reporte Anual sobre las políticas y procedimientos de protección en la Iglesia (safeguarding). En este informe denso y detallado, la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores documenta sus resultados y recomendaciones del período 2024, agradeciendo al Santo Padre León XIV su pleno apoyo a esta labor.
Una segunda clave podría ser esta frase: «Las víctimas deben estar en el centro de nuestras prioridades». Por dicha razón, la escucha directa a las víctimas y supervivientes de abusos se refleja en este segundo informe. «Más allá del rol limitado y a menudo insuficiente de la compensación económica, para que haya un enfoque integral de la reparación, son fundamentales instrumentos como los siguientes:
- garantías de acogida en los centros de escucha para que las víctimas/sobrevivientes sean escuchadas y creídas por las autoridades eclesiásticas;
- la provisión de servicios profesionales de apoyo psicológico;
- reconocimientos y disculpas de manera pública;
- comunicación proactiva y transparente con las víctimas/sobrevivientes para proporcionar actualizaciones puntuales sobre sus casos;
- la inclusión de las víctimas/sobrevivientes en el desarrollo de las políticas y procedimientos de tutela de la Iglesia».
En la presentación del Reporte a la prensa se subrayó el diálogo continuo de la Comisión con las Conferencias episcopales de todo el mundo, diálogo centrado principalmente en la prevención, la transparencia y los protocolos de protección aplicables. Es importante disponer de ambientes seguros para gestionar las situaciones de forma preventiva.

No se han ocultado los atrasos culturales en muchos países y los casos de resistencia a afrontar las situaciones y escuchar a quienes han sufrido abusos. Sirve profesionalidad y un diálogo estructurado en los servicios a nivel local, ya que las víctimas o sobrevivientes a menudo no se sienten acompañadas adecuadamente y denuncian faltas de respeto. También se necesita un procedimiento canónico más claro para la destitución o remoción de líderes/responsables o personal de la Iglesia en casos de abuso o negligencia. Sin embargo, existe ya una conciencia extendida de estos atrasos y se está actuando con gran seriedad para adquirir las habilidades necesarias.
En cuanto a la comunicación, este es un aspecto crucial destacado especialmente por las víctimas, que recuerdan siempre el sufrimiento causado por la falta de transparencia a nivel de Iglesia universal y de las iglesias locales. También se puso de relieve la importancia de desarrollar programas de formación e información para las familias sobre los derechos educativos.
En el Reporte, la Comisión inicia un estudio sobre las asociaciones laicales, en concreto mediante el desarrollo de una metodología piloto para ayudar al Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida en el acompañamiento de los aspectos de la protección dentro de estas estas asociaciones. Dicha metodología se ilustra en el Reporte, junto con una primera aplicación en el caso del Movimiento de los Focolares.
«La Comisión acoge con satisfacción las importantes reformas en materia de protección implementadas recientemente por el Movimiento de los Focolares. Aun subrayando recomendaciones específicas, la Comisión también destaca algunas buenas prácticas, entre ellas: la creación de una Comisión Central Independiente para la gestión de casos de abuso dentro del Movimiento de los Focolares; una Política de Información sobre los abusos sexuales de menores y adultos/as vulnerables; y Líneas Guía para el apoyo y la reparación económica en casos de abusos sexuales».
Entre las mejoras solicitadas y las recomendaciones: procedimientos de revisión y control externos y un plan sistemático de revisión independiente, aun teniendo en cuenta la labor del Órgano de Vigilancia, que es ‒de todos modos‒ una disposición útil dentro del sistema de protección en el Movimiento.
La inclusión en el nuevo Protocolo de una cláusula que declara que las víctimas/sobrevivientes deben ser informadas de forma proactiva y afirmativa sobre su derecho a denunciar el propio caso ante las autoridades civiles; armonizar las diversas y desagregadas políticas del Movimiento en un documento único y coherente, a la vez que acoge con satisfacción la próxima publicación de un documento consolidado.
El Movimiento de los Focolares expresa su sincero agradecimiento por el acompañamiento recibido de la Comisión Tutela Minorum, que durante el último año apoyó las labores del Movimiento en materia de formación, prevención y creación de un sistema de normas y protocolos, aportando su experiencia. Actualmente se sigue trabajando en el estudio de las recomendaciones propuestas por la Comisión en el presente Reporte; algunas se implementarán ya en los próximos meses y se notificará de ello en el próximo Informe sobre la tutela de la persona en el Movimiento de los Focolares que se publicará en febrero de 2026.
Stefania Tanesini
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