De alegría y conmoción habló en su saludo inicial S.E. Mons. Mario Meini, actual obispo de Fiesole, por este acontecimiento que es sobre todo: “La acogida de un testimonio, una sierva de Dios, testigo de las palabras del Señor… Su vida ha ofrecido estímulo y aliento al Movimiento y a toda la Iglesia. Queremos recoger el relevo que ella nos deja no como si fuera un tesoro celoso sino como capacidad de servicio. Algunas veces los santos pasan a nuestro lado y no nos damos cuenta”. Es la invitación a los presentes a redescubrir el rostro cotidiano de la santidad que se transforma en servicio al prójimo, también en la comunidad civil y eclesial
“Lo sobrenatural natural, al alcance de todos”. Así dijo el Card. Paul Poupard, Presidente emérito del Consejo Pontificio para la Cultura, en la Santa Misa solemne celebrada en el santuario de María Theotokos que fue animada por el Gen Rosso, recordó su encuentro con Renata Borlone, cuya característica era la de hacer de la santidad no una meta para pocos, sino una vocación posible para cada cristiano, tremendamente necesaria para el día de hoy.
Estaba presente Eli Folonari, en representación de la Presidente del Movimiento, María Voce, en estos días en Tierra Santa, quien recordó con conmoción y gratitud sus primeras experiencias de vida de focolar precisamente con Renata, en 1950 en Roma, y también que fue Chiara Lubich quien personalmente llamó a Renata como responsable de la ciudadela de Loppiano.
Una jornada extraordinaria con la participación de más de 2000 personas provenientes de toda Italia, a pesar de la nieve y del mal tiempo, además de todos los que siguieron el evento a través de Internet, en especial el momento solemne, a las 3.00 de la tarde, cuando tuvo lugar la clausura oficial del proceso, con el sellado de las tres cajas que contienen toda la documentación recogida en estos siete años de trabajo del tribunal diocesano, y que ahora serán entregadas a Roma, a la Congregación para las Causas de los Santos.
Fue una ceremonia densa de significado. Una gran ocasión para hacer un llamado de atención a todos sobre la importancia de dejarnos renovar por las palabras del Evangelio que son vida, de lo que Renata Borlone dio testimonio hasta lo último, hasta hacerla exclamar que “¡la muerte es vida!”.
En la mañana, siempre en el Santuario, tuvo lugar un evento festivo. Oficiado por el obispo emérito de Fiesole S.E. Mons. Luciano Giovannetti, otra Renata de apellido Nembrini recibió el Bautismo, es la última nacida en la ciudadela de los Focolares: casi como un ideal paso de consigna. Hacer del “propio corazón” el verdadero santuario que custodia el mensaje de la Sierva de Dios, fue el augurio hecho a los presentes.
La jornada se concluyó con un regalo especial: el musical “María, flor de la humanidad” del grupo internacional Gen Verde que llevó a todos a contemplar a María como figura de mujer cuyo encanto traspasa los siglos en continua disolvencia entre la suya y nuestra historia, restituyéndonos la imagen de la Madre de Jesús como mujer de lo cotidiano y compañera de viaje.
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