Movimiento de los Focolares

Siria/3: Un pueblo fuerte y tierno

May 8, 2019

Maria Voce a los jóvenes sirios: “No se dejen robar sus valores y únanse a todos los jóvenes que quieren un mundo mejor. El mundo los espera”.

Maria Voce a los jóvenes sirios: “No se dejen robar sus valores y únanse a todos los jóvenes que quieren un mundo mejor. El mundo los espera”. “Gracias por la esperanza y la fuerza vital que nos han traído». Estas son las palabras que Maria Voce dirigió a las comunidades de los Focolares a través de un video mensaje, al final de su viaje a Siria del 1 al 8 de mayo. Días intensos en los que la presidente y el copresidente de los Focolares, Jesús Morán, han visitado las ciudades de Homs, Kafarbo, Seydnaya y Damasco. Se han reunido con comunidades, personas comprometidas en parroquias o en la sociedad, familias, niños, jóvenes, sacerdotes y religiosos. Han sido recibidos por obispos y por el nuncio apostólico, cardenal Mario Zenari. Emmaus Damasco GiovaniHan visto y experimentaron de primera mano las terribles heridas que la guerra ha dejado en las estructuras y en las almas de los sirios: traumas y tragedias de todo tipo. Han conocido desde dentro la difícil y casi desesperada situación de un país que se convirtió en el títere de los muchos intereses de fuerzas externas, que sufre una fuerte guerra económica, mientras que el conflicto militar aún no ha terminado. Entonces, ¿cómo es posible terminar el viaje agradeciendo la esperanza y la fuerza recibidas? Una de las claves de la lectura es, sin duda, la última etapa. Por invitación del patriarca melkita, monseñor Youssef Absi, 230 jóvenes católicos y varias iglesias se reunieron el lunes 6 de mayo en la catedral católica griega de Damasco. En esta ocasión, respondiendo a algunas preguntas, Maria Voce hizo un fuerte llamado a la juventud siria: “No se dejen robar sus valores y únanse a todos los jóvenes que quieren un mundo mejor. El mundo los espera”. Más tarde el copresidente, Jesús Morán, explicará la profunda motivación de estas palabras: “Estos jóvenes han experimentado que todo se derrumba; sin embargo, han conservado una profunda sed de Dios y un verdadero sentido de la comunidad. Quizás no estén completamente conscientes de ello, pero se encuentren en una situación espiritual óptima, de la cual pueden nacer grandes cosas”. ¿Qué hacer, entonces, para crear las condiciones en las cuales estas semillas de esperanza puedan crecer y germinar en Siria? Quien conoce al menos un poco la historia pasada y reciente de este país, tal vez sugiera una doble solución: dejar a Siria y a los sirios en paz, porque sobre todo es necesario que cesen los conflictos. Después, serían las grandes fuerzas de Medio Oriente y de otras partes del mundo que quieren aprovecharse, que dejen que el país encuentre su propio camino. Este pueblo, fuerte y tierno al mismo tiempo, como lo describió Maria Voce, es más que capaz de tomar su destino en sus propias manos.

Joachim Schwind

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