Movimiento de los Focolares

Testimonio desde Irak/1

Ago 23, 2014

Desde el drama que viven algunas poblaciones del norte de Irak, nos llegan “flash de luz” y de esperanza de algunos jóvenes de los Focolares, fruto de la vida del Evangelio.

20140823-02«Después de las elecciones que tuvieron lugar este año –escribe R.- la situación del país ha empeorado, porque hasta hace pocos días todavía no se pudo constituir un gobierno. Los grupos extremistas de los yahadistas de ISIL han aprovechado esta situación y han empezado a avanzar hacia el norte. Muchas familias han escapado para refugiarse en lugares más seguros. Algunas de las familias del Movimiento que viven en zonas más protegidas las han acogido en sus casas.  Mientras que los medios transmiten noticias trágicas, nosotros tratamos de dar un testimonio con gestos concretos de amor y misericordia hacia todos». «Antes de que empeorara la situación –cuenta V.- junto con un amigo pensamos dar ánimo y esperanza a los habitantes de nuestra ciudad. De hecho muchos emigraban. Hablamos con algunas autoridades de la ciudad para pedir permiso para pegar en algunos muros de la ciudad frases alentadoras, tratando de poner en evidencia lo positivo, dado que sólo circulan noticias negativas. Un día le ayudamos a una familia del Movimiento, que se había refugiado en nuestra ciudad. Necesitaban agua. Uno de nuestros vecinos, aunque no nos conoce mucho, nos dio el agua que  tenía destinada para su familia viendo que ellos tenían más necesidad. Otras familias nos pidieron que les encontremos un lugar donde alojarse. Le pedimos a Dios que nos ayudara. Nos recordamos de una casa que estaba vacía que era de nuestros parientes quienes habían emigrado al extranjero. Los contactamos y enseguida  nos dijeron que estaba disponible». La experiencia de V. Se refiere a los días en los que las personas estaban inciertas sobre su futuro porque a 20 KM. los grupos extremistas habían echado a los cristianos de Musel. «Lamentablemente, después atacaron también las pequeñas aldeas, donde los habitantes son prevalentemente cristianos –agrega R.-, obligándolos a escapar durante la noche, y dejar sus casas y todo lo que tenían: bienes, trabajo, ropa y documentos… para salvar su vida. Ahora muchos viven en el norte del país con otras familias incluso desconocidas; los más afortunados están con sus parientes. Pero muchos todavía duermen a la intemperie, en las plazas o en las iglesias y escuelas. Otros viven de a dos o tres familias juntas en pequeñas casas. Algunos sobreviven con las ayudas de las ONG o de las iglesias, que son apenas suficientes para pasar el día. Las esperanzas de regresar a sus casas son mínimas y se habla de que no será antes de uno o dos años. ¡Muchos niños juegan bajo el sol tórrido con piedras y botellas de agua vacías! El verano es muy caliente, la temperatura llega incluso a 45° de día y de noche baja a 25°. «Prácticamente –continua R.- todos los jóvenes que conocemos han tenido que dejar todo. Sus casas, la escuela, el trabajo… Algunos se han refugiado en Duhok, una ciudad más al norte del país, donde han sido acogidos por una familia del Movimiento. Viven juntos, en una situación similar a la de los primeros tiempos del Movimiento durante la Segunda Guerra Mundial; a pesar de los estragos de las bombas se sigue ayudando a todos. Espontáneamente familias y jóvenes se encuentran a menudo para recitar el rosario juntos. Todos los días se suma alguien más y actualmente son alrededor de 60 las personas que se reúnen para rezar, todas las veces en una casa distinta. Algunas de las familias refugiadas han encontrado alojamiento en la iglesia, otras en una escuela, otras más en un edificio en construcción. La mayoría son cristianas y últimamente han llegado otras familias yezidíes. La recolección de fondos por iniciativa de los jóvenes y del Movimiento en el mundo nos está dando la posibilidad de ayudarles porque no tienen nada. ¡En Dohok pudimos comprar víveres, colchones, sábanas y ventiladores!». «Junto a un amigo –cuenta V.- ya habíamos comprado una buena cantidad de colchones, pero todavía faltaban bastantes,  entonces fuimos a otra aldea para comprarlos. Después de explicar el motivo por el que los comprábamos, el propietario del negocio adhirió a nuestra iniciativa, no quiso dinero y nos regaló los colchones. Así pudimos comprar otras cosas». (continúa) Para quien quisiera dar una ayuda para los cristianos en Irak: IBAN JO09 ARAB 1110 0000 0011 1210 9985 98 Cuenta: 0111 210998 0 598 Swiftcode: ARABJOAX100 Motivación: Ayuda a los cristianos en Irak ARAB Bank – Amman branch Amman – Jordan

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