Movimiento de los Focolares

Todo comenzó un día como hoy, hace 75 años

Dic 7, 2018

Con su “sí” incondicional a Dios, hace 75 años, Chiara Lubich realizó un gesto simple y revolucionario que sigue siendo generador de vida, obras y cultura.

Con su “sí” incondicional a Dios, Chiara Lubich realizó un gesto simple y revolucionario que sigue siendo generador de vida, obras y cultura. El 7 de diciembre de 1943, Chiara se donó a Dios para siempre. A un grupo de adolescentes de los Focolares, en 2002, les contó que esa fría mañana de 75 años atrás ella no tenía intención de fundar nada: “Me había casado con Dios. Lo esperaba todo de él”. Hoy, más de dos millones de personas han abrazado la espiritualidad, que ha superado fronteras geográficas y culturales. ¿Qué sucede cuando en su recorrido de vida alguien se encuentra con la espiritualidad de Chiara Lubich? Se lo preguntamos a María Celeste Mancuso y a Arthur Ngoy, respectivamente argentina y congolés. María Celeste, docente: “Conocí a los Focolares durante la dictadura militar en mi país: mi hermano de veinticuatro años había sido secuestrado y asesinado y mi familia estaba destruida por el dolor. Fue entonces cuando me encontré con un grupo de jóvenes del Movimiento que me hablaron del grito de dolor de Jesús en la cruz al que podía unir el mío. Encontré la fuerza de perdonar a los asesinos de mi hermano y opté por adherir al llamado de amar a todos, así como había hecho Jesús. Profesionalmente me dediqué a la enseñanza de jóvenes de escasos recursos, no sólo para ofrecerles bases culturales, sino también para devolverles su diginidad y respeto. Hoy ya no me siento sólo argentina o latinoamericana, sino que pertenezco a una nueva cultura, que ve al otro, al diferente, como a un hermano, que lee la historia como un camino hacia la realización de la fraternidad universal. Arthur, médico: “Acababa de perder a algunos amigos a raíz de un accidente, en el que yo también había estado involucrado. Estaba muy deprimido, y fue en ese período que oí hablar de Chiara, que ella había descubierto el amor de Dios justamente durante la absurda situación de la segunda guerra mundial, y entendí que quería que mi vida estuviese guiada por el Evangelio. Así, elegí no creer en los chantajes de la corrupción, tan común en mi país, y vivir mi profesión de médico poniendo como primera cosa el bien de los pacientes. En 2007 experimenté uno de los momentos más difíciles de mi vida: mi hijo mayor murió en un accidente. Un epidodio que, en la cultura africana, es interpretado de muchas maneras; algunos me aconsejaron que me divorciara, o que abandonara mi trabajo o el país… sólo la certeza de que lo que Chiara me había enseñado, o sea seguir amando, me ayudó a superar esta prueba y pude volver a llevar la paz a mi familia. Quiero agradecerle a Chiara por haber traído la espiritualidad de la unidad también al continente africano. 

Stefania Tanesini

___

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete a la Newsletter

Pensamiento del día

Artículos relacionados

María Voce ha regresado a la casa del Padre

María Voce ha regresado a la casa del Padre

Primera Presidenta del Movimiento de los Focolares tras la fundadora Chiara Lubich, Maria Voce falleció ayer, 20 de junio de 2025, en su casa. Las palabras de Margaret Karram y Jesús Morán. El funeral será el próximo 23 de junio, a las 15.00 en el Centro Internacional de los Focolares en Rocca di Papa (Roma).

¡Gracias Emmaús!

¡Gracias Emmaús!

Carta de Margaret Karram, Presidenta del Movimiento de los Focolares, con motivo del fallecimiento de Maria Voce – Emmaús.

A che serve la guerra?

A che serve la guerra?

In questo momento in cui il mondo è dilaniato da conflitti efferati, condividiamo uno stralcio del celebre volume scritto da Igino Giordani nel 1953 e ripubblicato nel 2003: L’inutilità della guerra. «Se vuoi la pace, prepara la pace» : l’insegnamento politico che Giordani ci offre in questo suo volume può riassumersi in questo aforisma. La pace è il risultato di un progetto: un progetto di fraternità fra i popoli, di solidarietà con i più deboli, di rispetto reciproco. Così si costruisce un mondo più giusto, così si accantona la guerra come pratica barbara appartenente alla fase oscura della storia del genere umano.