Movimiento de los Focolares

Viernes Santo

Mar 29, 2010

Es precisamente con la muerte en Cruz, el Viernes Santo, que Jesús nos imparte la altísima, divina, heroica lección de qué es el amor

Es precisamente con la muerte en Cruz, el Viernes Santo, que Jesús nos imparte la altísima, divina, heroica lección de qué es el amor. Había dado todo: una vida junto a María, de privaciones y en la obediencia. Tres años de predicación revelando la Verdad, dando testimonio del Padre, prometiendo el Espíritu Santo y haciendo toda clase de milagros de amor. Tres horas en la cruz, desde la cual da el perdón a sus verdugos, abre el Paraíso al ladrón, nos dona a nosotros la Madre y, finalmente, su Cuerpo y Sangre, después de habérnoslos dado místicamente en la Eucaristía. Le quedaba la divinidad. Su unión con el Padre, que lo había hecho tanto potente en la Tierra, como Hijo de Dios, y tanto regio en la cruz, tenía que dejar de hacerse sentir, desunirlo en cierto modo de Aquél que había dicho que era uno con Él: “El Padre y yo somos uno” (Jn. 10,30). En Él el amor se había anulado, la luz apagado, la sabiduría callaba. Estábamos separados del Padre. Era necesario que el Hijo, en quien todos nosotros nos encontramos, experimentara la separación del Padre. Tenía que experimentar el abandono de Dios, para que nosotros no estuviéramos nunca más abandonados. Jesús supo superar tan inmensa prueba volviéndose a abandonar en el Padre. “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc. 23,46) – y así ha vuelto a componer la unidad rota de los hombres con Dios y entre ellos. Y se manifiesta en nosotros ahora como remedio de toda desunidad, como llave de la unidad. Ahora nos toca a nosotros corresponder a esta gracia y hacer nuestra parte. Porque Jesús se ha recubierto de todos nuestros males, nosotros podemos descubrir detrás de cada dolor, de cada separación nuestra, a él mismo, su rostro. Lo podemos abrazar en los sufrimientos, en las divisiones, y decirle nuestro sí como hizo Él, volviéndose a someter a la voluntad del Padre. Y Él vivirá en nosotros –quizás todavía adolorados- como Resucitado; lo demostrará la paz que regresará a nosotros. Chiara Lubich

___

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete a la Newsletter

Pensamiento del día

Artículos relacionados

Juntos para reforzar la esperanza

Juntos para reforzar la esperanza

En un mundo desgarrado y polarizado, ¿pueden los Movimientos y las nuevas Comunidades contribuir al camino de la unidad en la Iglesia y en el mundo? La importancia del camino de amistad y colaboración relatado por algunos de los moderadores de diferentes comunidades eclesiales, en vísperas del gran Jubileo de los Movimientos en la Plaza de San Pedro con la participación del Papa León XIV.

Up2Me Niños: una nueva oportunidad de formación

Up2Me Niños: una nueva oportunidad de formación

Un curso de formación sobre afectividad y sexualidad para niños, niñas y familias que ofrece la oportunidad de crecer juntos como núcleo familiar, desarrollando una relación positiva consigo mismos, con los demás, enriqueciéndose de habilidades para la vida relacional intrafamiliar y comunitaria.

Familia: perdonar y ser perdonados

Familia: perdonar y ser perdonados

Publicamos el testimonio que nos han contado Aureliana y Julián de Paraguay durante el Jubileo de las familias, de los niños, de los abuelos y de los ancianos, realizado en Roma el 31 de mayo y el 1 de junio de 2025, y que ha visto la participación de 50.000 personas y la presencia del papa León XIV.