Feb 29, 2012 | Palabra de vida, Sin categorizar
«Señor ¿a quién iríamos? Sólo tus palabras dan vida eterna». Pedro había comprendido que las palabras de su Maestro eran diferentes a las de los demás maestros. Las palabras que proceden de la tierra, son de la tierra y tienen en la tierra su destino. Las palabras de Jesús son espíritu y vida porque vienen del Cielo, son una luz que desciende de lo Alto y tiene el poder de lo Alto. Poseen una riqueza y una profundidad que las demás palabras no tienen, ya sean de filósofos, de políticos o de poetas. Son palabras de «vida eterna»[5] porque contienen, expresan y comunican la plenitud de una vida que no tiene fin porque es la misma vida de Dios. Jesús resucitó y está vivo. Aunque pronunció sus palabras hace tiempo, no son un simple recuerdo, sino palabras que hoy nos dirige a todos nosotros y a cada persona de cualquier tiempo y cultura: palabras universales, eternas. ¡Las palabras de Jesús! Debieron de ser su mayor obra de arte, por así decir. El Verbo hablando en palabras humanas… ¡Qué contenido, qué intensidad, qué acento, qué voz! Cuenta, por ejemplo, san Basilio el Grande[6]: «Un día, como despertándome de un largo sueño, miré la luz maravillosa de la verdad del Evangelio y descubrí la vanidad de la sabiduría de los príncipes de este mundo»[7]. Y Teresa de Lisieux escribe en una carta del 9 de mayo de 1897: «A veces, cuando leo ciertos tratados espirituales…, mi pobre espíritu se fatiga muy pronto, cierro el docto libro que me quiebra la cabeza y me deseca el corazón y tomo en mis manos la Sagrada Escritura. Entonces todo me parece luminoso, una sola palabra abre a mi alma horizontes infinitos, la perfección me parece fácil»[8]. Sí, las palabras divinas sacian el espíritu, hecho para lo infinito; iluminan interiormente no sólo la mente sino todo el ser, porque son luz, amor y vida. Dan la paz –la que Jesús llama suya: «mi paz»– incluso en los momentos de turbación y de angustia. Dan alegría plena incluso en medio del dolor que a veces atenaza el alma. Dan fuerza, sobre todo cuando sobrevienen el abatimiento o el desánimo. Nos hacen libres porque abren el camino de la Verdad. «Señor ¿a quién iríamos? Sólo tus palabras dan vida eterna». La Palabra de este mes nos recuerda que el único Maestro al que queremos seguir es Jesús, aun cuando sus palabras puedan parecer duras o demasiado exigentes: ser honestos en el trabajo, perdonar, ponerse al servicio del otro en lugar de pensar egoístamente en uno mismo, permanecer fieles en la vida familiar, asistir a un enfermo terminal sin ceder a la idea de la eutanasia… Hay muchos maestros que nos incitan a soluciones fáciles, a componendas. Queremos escuchar al único maestro y seguirlo porque sólo Él dice la verdad y sus palabras «dan vida eterna». Así podremos repetir nosotros también las palabras de Pedro. En este tiempo de Cuaresma en que nos preparamos a la gran fiesta de la Resurrección, debemos seguir de verdad la enseñanza del único Maestro y hacernos discípulos suyos. También en nosotros debe nacer un amor apasionado por la palabra de Dios: acojámosla atentamente cuando se proclame en las iglesias, leámosla, estudiémosla, meditémosla… Pero sobre todo estamos llamados a vivirla tal como enseña la Escritura misma: «que pongáis en práctica esa palabra y no simplemente que la oigáis, engañándoos a vosotros mismos»[9]. Por eso cada mes nos fijamos en una en particular y dejamos que penetre en nosotros, que nos moldee, que «nos viva». Al vivir una palabra de Jesús vivimos todo el Evangelio, porque en cada palabra suya Él se da completamente, viene Él mismo a vivir en nosotros. Es como una gota de sabiduría divina del Resucitado que lentamente penetra y sustituye nuestro modo de pensar, de querer y de obrar en todas las circunstancias de la vida.
Chiara Lubich
[1] Palabra de vida, marzo 2003, publicada en Ciudad Nueva nº 397.
[2] Jn 7, 46.
[3] Jn 6, 60.
[4] Jn 6, 67.
[5] Jn 6, 68.
[6] Basilio, (330-379), obispo de Cesárea, Padre de la Iglesia.
[7] Ep CCXXIII, 2.
[8] Carta 226, en
Teresa de Lisieux, Obras Completas, Monte Carmelo, Burgos 1998
3, p. 587.
[9] Stg 1, 22.
Feb 29, 2012 | Sin categorizar
Maria e John vivono in Italia da tanti anni. “Ci siamo chiesti – raccontano, dando la loro testimonianza in occasione dell’anniversario di Renata Borlone – se, pur sicuri di essere fatti l’uno per l’altra, avremmo potuto essere testimoni d’unità nella nostra stessa famiglia: io americano e Maria austriaca immersi nella società italiana”. Le diversità tra loro sono molteplici e sembrano contrapporsi: il nuovo continente americano e il vecchio mondo d’Europa. La lingua: non parlano tra loro né il tedesco né l’inglese, ma una terza, l’italiano. Diversità di cultura, di famiglia d’origine, di formazione professionale e intellettuale, di età (13 anni di differenza), e poi – racconta ancora John – “semplicemente io sono un uomo e lei è una donna, con carattere, esigenze e sensibilità diverse”. «Un episodio emblematico di questa diversità è accaduto proprio durante il viaggio di nozze in Sicilia – continua -. Tutto è bello, incantevole… arriviamo a Selinunte e Maria esclama entusiasta: ‘Che belli questi templi, parlano di un passato meraviglioso’. Ed io: ‘Che ci stanno a fare queste vecchie pietre e colonne mezze rotte? Sarebbe meglio buttarle giù per costruire un bel grattacielo’ Dove sarà il nostro punto d’incontro? Certi del progetto d’amore che Dio aveva su di noi, abbiamo intuito che né nei templi (=storia), né nel grattacielo (= terra giovane, nuova) ci saremmo incontrati, ma nell’accoglierci l’un l’altro».
«E questo accoglierci ce lo ha insegnato Renata con la sua vita. Lei aveva un’arte speciale nell’ascoltare, metteva sempre l’altro al primo posto, in assoluto. Mi sentivo pienamente accolta, capita, amata». È Maria che racconta, toccando alcuni momenti difficili vissuti nel matrimonio. «Non capivo più mio marito. Il suo modo di essere e di pensare mi metteva in crisi, ma ormai avevamo quattro figli piccoli. Una sera mi sembrava di non farcela più e sono corsa da Renata. Ho buttato su di lei il mio più grande dubbio: avevo sbagliato a sposare John! Come sempre, mi ha accolta prendendo su di sé la mia sofferenza poi, con una certezza incrollabile, mi ha ricordato che, quando mi ero sposata, ero sicura che John fosse la persona giusta per me, al di là delle nostre diversità. Quella sera ho acquistato una forza nuova. Sì, ce l’avremmo fatta ad amarci fino alla fine!». «Ancora oggi, dopo 40 anni di vita insieme, – conclude John – sperimentiamo, quanto sia vero che se accogliamo le nostre diversità in positivo, come qualcosa che ci può arricchire e completare, allora nasce e rinasce un’armonia nuova tra noi».
Feb 28, 2012 | Sin categorizar
Feb 28, 2012 | Sin categorizar
Prof. Luigino Bruni, en su artículo publicado en Nueva Humanidad, Ud. describe la figura del empresario de una forma muy especial, ¿nos puede explicar como ha ocurrido que la figura del inversor, del manager, del especulador, se ha ido confundiendo con la del empresario-innovador?
Depende en gran parte de la revolución de las finanzas, que ha invertido la economía (praxis y teoría) en los últimos 20 años (…) por efecto de la globalización. El Occidente ha disminuido su crecimiento, pero no ha querido reducir los consumos. La finanza creativa ha prometido una fase de crecimiento de los consumos sin crecimiento de las utilidades, con nuevos instrumentos técnicos. Esto ha hecho que muchos empresarios se hayan transformado en especuladores, pensando en sacar provecho especulando, abandonando su sector tradicional y vocación. Una segunda razón ha sido la uniformidad de las culturas empresariales, bajo influencia de un fuerte poder de la cultura anglosajona. La tradición europea e italiana de gestión de empresas, tenía la característica de una gran tensión a la dimensión comunitaria y social debido a la presencia de un fuerte paradigma católico-comunitario. Esto ha hecho que junto con la primera causa de la revolución financiera, que los managers asumieran un rol cada vez más central en las grandes empresas, en desmedro de los empresarios tradicionales. Hoy existe una enorme necesidad de relanzar una nueva tanda de empresarios, si queremos salir de la crisis, y reducir el peso de los especuladores. Partiendo de la Teoría del desarrollo económico de Schumpter , Ud. describe el mercado como un “círculo virtuoso” entre innovación e imitación (…) pero el beneficio para el innovador, está esencialmente circunscripto al periodo de tiempo que pasa entre la innovación y la imitación. ¿Cómo evitar que este “círculo virtuoso” genere el daño recíproco entre empresas?
En este caso un rol importante lo desempeña la política, y en general las instituciones, que deberían lograr con oportunas normativas y garantías de la competencia y del correcto funcionamiento de los mercados, que el círculo sea virtuoso y no vicioso. Un rol co-esencial también lo desempeña la sociedad civil, los ciudadanos-consumistas que con sus elecciones de compras deben premiar a las empresas que tienen comportamientos éticamente correctos y “castigar” (cambiando de marca del producto) a las que tienen un comportamiento depredador y agresivo. El mercado funciona y da frutos civiles cuando está en continua relación con las instituciones y la sociedad civil. Para terminar, Ud. traza las características de la “competencia civil” en la cual la competencia no se juega entre el eje Empresa A contra Empresa B para eliminar al Cliente C en cambio sí, Empresa A pro Cliente C y Empresa B pro Cliente C. ¿Nos puede explicar los efectos positivos que genera esta forma diferente de ver a la competencia?
En primer lugar contribuye a crear un tono afectivo distinto en la vida del intercambio de mercado. Nuestra lectura y descripción del mundo es muy importante para los comportamientos que ponemos en acto. Si leo que el mercado es una lucha que hay que vencer, cuando vivo momentos de intercambio de mercado o también en el trabajo, tiendo a acercarme a estos ambientes, con una actitud mental y espiritual que influye mucho en los resultados que luego obtengo y la felicidad (o infelicidad) que experimento. Si en cambio veo el mercado como una gran red de relaciones cooperativas, favorezco la creación de bienes que se relacionan también en los momentos “económicos” de mi vida y la felicidad individual y colectiva aumenta. Además leer el mercado como cooperación adhiere más a la visión de los grandes clásicos de la historia del pensamiento económico (Smith, Mill, Einaudi y hoy Sen o Hirschman) y estamos más cerca de lo que millones de personas experimentan cada día trabajando e intercambiando y no solo en la economía social. Y como ejemplo de “competencia civil” citaría el microcrédito , la cooperación social, la economía de comunión, el comercio equo y solidario. Son ejemplos de esta competencia civil, al menos como fenómenos macroscópicos.
Feb 26, 2012 | Focolare Worldwide
La Unión de 50 Estados, conocida como Estados Unidos de América, se extiende por un vasto territorio que va del extremo noroeste de Alaska al extremo sudeste de Florida.
Los primeros focolarinos llegaron de Italia en 1961. En esos años se abren los primeros centros del Movimiento en Manhattan, Chicago y Boston; hacia finales de los ’70, los de San Antonio y Los Ángeles, seguidos por los centros de Washington D.C., Columbia y Atlanta. La “Mariápolis Luminosa”, situada en Hyde Park (Nueva York) se inaugura en 1986 y es el corazón del Movimiento en Norte América. “Quedé fuertemente impresionada por este país, tuve una bella impresión –escribió Chiara Lubich en 1964 durante su primer viaje a Nueva York– (…) me parece especialmente apropiado para el espíritu del Focolar. No hay aires de superioridad étnica, sino un claro sentido de internacionalidad. Hay sencillez. En la misa recé por el Movimiento en este continente y espero que Dios escuche mi oración porque estoy rezando por la difusión de Su reino”.
Su oración fue escuchada. De hecho, a lo largo de los años florecen comunidades en todo el país. Con el crecimiento del Movimiento de los Focolares se desarrolla el diálogo con las otras religiones. Con los hebreos que entran en contacto con la Espiritualidad de la Unidad, el diálogo se expresa en la vida cotidiana, en la colaboración profesional y en el estudio teológico. Un fraterno “diálogo de la vida” se desarrolla con los musulmanes seguidores del Imán W.D. Mohammed en todos los rincones del país. Chiara visita los Estados Unidos siete veces. En 1990 pone en evidencia el haber “encontrado varios síntomas de un mundo unido” en esta tierra. En mayo de 1997, siendo huésped del Imán W.D. Mohammed, habla de la espiritualidad de la unidad a alrededor de 3000 musulmanes reunidos en la Mezquita Malcolm Shabazz, de Harlem. Después en el Palacio de Cristal de la ONU, en un simposio organizado en su honor por la WCRP (Conferencia Mundial de las Religiones por al Paz), habla de la unidad de los pueblos. Finalmente, se le otorga el doctorado H.C. de la Sacred Heart University de Fairfield (Connecticut).
En el 2000, el Imán Mohammed la invita a regresar a Estados Unidos: “América tiene necesidad de su mensaje”- dice. El 2 de noviembre de ese año, 5000 entre cristianos y musulmanes se reúnen en Washington D.C. para un encuentro promovido por las dos comunidades titulado “Faith Communities Together” (Comunidades de fe juntas). Encuentros de este tipo se multiplican en varias ciudades, con eventos anuales que se asemejan más a reuniones de familia que a encuentros de diálogo. En el que será su último viaje a los Estados Unidos, Chiara recibe un doctorado honoris causa en pedagogía por parte de la Universidad Católica de Washington D.C., con una sala repleta con más de 3.000 personas, entre las cuales hebreos, budistas, hindúes y numerosos musulmanes afroamericanos, subrayando así el aporte de los Focolares al diálogo entre las religiones. Mientras tanto, echa raíces el proyecto de la Economía de Comunión con 19 empresas que trabajan en varios campos: como la ingeniería ambiental, el arte, la enseñanza, la agricultura, el tiempo libre y la consultoría empresarial.
La reciente visita, en el 2011, de la actual presidente de los Focolares María Voce y del co-presidente Giancarlo Faletti, con ocasión del 50° aniversario de la llegada del Movimiento a Norteamérica, reúne a 1.300 personas representantes de muchas comunidades de Canadá, Estados Unidos y el Caribe, incluyendo hebreos y musulmanes afroamericanos. Y siempre por el 50° aniversario, se publica el volumen “Focolare – Living a Spirituality of Unity in the United States”. El libro trata de responder a las preguntas sobre el Movimiento hoy, mediante historias cautivadoras de una variedad de norteamericanos (niños, jóvenes, matrimonios, ancianos, solteros, religiosas, sacerdotes y obispos que forman parte de los Focolares), cuyas vidas han sido transformadas a través del encuentro con Jesús. Los lectores pueden descubrir allí los valores espirituales y la forma de vida esencial del Focolar, los varios ‘senderos vocacionales’ de sus miembros y su eficacia en el compromiso de sostener los valores de la cultura norteamericana como la felicidad, la libertad, la comunidad y el compromiso por el bien común en la vida pública.
Mariápolis Luminosa
NY Encuentro con los jóvenes
NY celebración del 50° aniversario
Fordham Uni – Catredral de San Patricio
Catedral de San Patricio
Focolarinos
Washington DC
Chicago – Jóvenes
Chicago – Encuentro Interreligioso