Nov 4, 2017 | Sin categorizar
La paz es ciencia, es civilización, es luz. La guerra es ignorancia, es instinto, es oscuridad. Esperar, como ya se ha hecho, que de la matanza surja una civilización mejor, es decir del bien el mal, del negro el blanco, es lo mismo que pretender de la guillotina el mejoramiento pedagógico de las cabezas que corta. La ciencia, dedicada a inventar instrumentos de exterminio, hará que la próxima guerra sea de una crueldad refinada, metódica, exquisitamente estúpida. El miedo regula las relaciones recíprocas entre las personas. Sometidos por el temor, países empobrecidos mantienen ejércitos desproporcionadamente grandes y costosos (…). Habría una solución: sustituir el miedo recíproco con la confianza recíproca, la desconfianza con la amistad. Pero la solución es demasiado… fácil, por eso es tan difícil. Y echaría a la calle a varias oligarquías. A los jovencitos impulsivos y sabiondos, a los diputados y personajes públicos, a los periodistas improvisados y a los roedores de los bancos, a las señoritas insípidas y a las solteronas de los comités, a todos los especuladores altos y bajos, a los generales y a los profesores, a todos los que sostienen la guerra… yo impondría un remedio para que recobren la razón: los pondría durante diez minutos en una trinchera bajo un bombardeo extenuante, obsesionante, en donde pierdan toda la razón y la naturaleza se rebele. Si uno sale de ahí sano entiende la guerra y termina maldiciéndola. Esta honorable sociedad de ministros, diputados, periodistas que nos explican el significado de la guerra, debería entender de una vez por todas que esas discusiones a nosotros nos dan náusea. Nosotros queremos olvidar… Nosotros queremos la paz, la serenidad y queremos que la violencia que se está desencadenando se aplaque. ¿Pedimos demasiado? Igino Giordani, de “Rivolta Cattolica”, Edizioni Gobettiane, 2016, Roma, pp.10-13
Nov 4, 2017 | Sin categorizar

Nelson de El Salvador saludó al Papa. Foto: © Osservatore Romano
Raissa (Brasil), Leandro (Argentina), Adela (Perú) y Nelson (El Salvador), interrumpieron sus estudios y su trabajo por unos meses para mudarse cerca de Roma. Colaboran, junto con los Centros gen, en la preparación del Genfest 2018. En ocasión del encuentro de Religions for Peace (RfP), en Roma, el 18 y 19 de octubre, se pusieron a disposición del evento. He aquí su relato. «Estábamos ahí para ayudar. Se trataba de brindar un café, un vaso de agua u ocuparnos de las traducciones. Para nosotros era ver a Jesús en cada uno y servirlo. El encuentro de 80 líderes de varias religiones, procedentes de distintos países, empezó con la acogida del Papa Francisco en el Vaticano. Un encuentro breve pero intenso, en el que participamos también nosotros y que impresionó mucho a todos los líderes. Nos dijeron que, al concluir, podríamos saludar brevemente al Papa. Así nos preparamos, una frase cada uno, un mensaje: “Santidad, le traemos el saludo de todos los gen y los jóvenes del Movimiento de los Focolares”. Nos contestó: “¡Adelante!”. Y nosotros seguimos: “Gracias por sus palabras”, “Pedimos siempre por Usted”, “Queremos invitarlo al Genfest 2018 en Manila, Filipinas”. En fin, ¡fue emocionante! Tuvimos la posibilidad de establecer una relación personal con muchas de las personalidades presentes. Se interesaban y preguntaban por nosotros. Dos de ellos nos contaron los proyectos que quieren llevar adelante.
Con Raissa – cuenta Nelson – nos encargamos de la traducción en portugués para un cardenal brasilero. Nos alegramos cuando expresaron el deseo de que también los jóvenes estén presentes en los próximos encuentros, en sintonía con lo que dijo el Papa en vista del Sínodo sobre los Jóvenes, en octubre de 2018. Para nosotros fue hermoso constatar que RfP no es tanto un ámbito en el que los distintos credos se encuentran, sino un lugar en el cual es posible cooperar en favor de la paz y de la salvaguardia del medio ambiente. Trabajar por la paz significa trabajar por el planeta: a menudo las guerras son causadas por desigualdades y pobreza, y producen desastres ecológicos. En su intervención, María Voce, presidente del Movimiento de los Focolares, anunció el Genfest 2018 Beyond all borders en Manila: “Reunirá a 10 mil jóvenes de todas las latitudes, de distintas etnias, culturas, religiones, impulsados por la idea de construir un mundo unido”. Viendo a estos importantes líderes religiosos juntos, nos parecía estar ya participando, como observadores, en un “pequeño Genfest” en el que se trabaja por la paz y la unidad. Fuimos para realizar un servicio, pero no pensábamos recibir un regalo tan grande: saludar al Papa y escuchar, en nombre de todos los gen y los jóvenes del Movimiento de los Focolares, su palabra de aliento: ¡Adelante!»