Movimiento de los Focolares

Coronavirus: medidas preventivas en el Centro internacional de los Focolares

Debido a la emergencia sanitaria que involucra a varios países del mundo, el Centro internacional de los Focolares en Rocca di Papa, Italia, ha lanzado una serie de medidas para prevenir la propagación del coronavirus. De conformidad con las decisiones del Gobierno italiano y con las indicaciones de los obispos italianos, el Centro Internacional del Movimiento de los Focolares, con sede en Rocca di Papa (Roma – Italia), ya había adoptado ayer, 9 de marzo, algunas medidas preventivas para limitar y detener la propagación de la epidemia de coronavirus lo antes posible. Medidas en línea con lo que fue establecido por el primer ministro italiano que desde hoy, 10 de marzo y hasta el 3 de abril, ha declarado a toda Italia como “área protegida”. Por esto:

  1. Se posponen todas las iniciativas organizadas por el Centro Internacional en la sede de Rocca di Papa o en otros lugares del territorio italiano en los meses de marzo, abril y mayo de 2020. Esta medida se refiere a las iniciativas previstas para el centenario de Chiara Lubich (1920 -2020) y a otros tipos de iniciativas.
  2. Se suspenden las visitas grupales al Centro Internacional programadas hasta finales de mayo de 2020.
  3. Se cancelan los viajes (en Italia y al extranjero) de colaboradores del Centro Internacional programados hasta finales de mayo de 2020.
  4. Hasta el 3 de abril, se suspenden todas las celebraciones eucarísticas entre semana y festivas en el Centro.
  5. Se garantiza el funcionamiento del Centro para los servicios esenciales, mientras que el trabajo ordinario de los colaboradores será llevado a cabo de forma remota.

Oficina de Comunicación Focolares

Evangelio vivido: la Regla de oro

La invitación de Jesús “Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas” (Mateo 7,12) es la llamada “Regla de oro”, una enseñanza universal contenida en las distintas culturas, religiones y tradiciones . Es la base de todos los valores auténticamente humanos, que construyen una convivencia pacífica, con relaciones personales y sociales justas y solidarias. El céntuplo Vivo en una ciudad pequeña con pocos negocios, en donde no siempre se encuentra todo lo necesario. Una mañana golpea a mi puerta una vecina pobre y enferma. Con una gran sonrisa me pide un poco de aceite. En la cocina ha quedado muy poco, y lo necesitaría. Pero advierto un impulso a dárselo todo. A la hora de preparar la comida me doy cuenta de que tengo que arreglármelas sin aceite, pero me siento feliz de lo que he hecho. En el momento de tomar la olla, golpean a la puerta. Es una religiosa que no veo desde hace tiempo porque vive bastante lejos. Me invita: “Ven, en el coche tengo algo para ti”. Me entrega tres cajas con botellas de aceite: en total 54 litros. (G.V. – Burundi) Si uno da amor … No era fácil volverme a integrar tras 20 años de ausencia de nuestro país. Al comienzo mi esposa y yo nos sentíamos un poco raros: había que empezar en todo sentido. Pero en el Evangelio encontramos la fuerza para abrirnos a los demás, para reconstruir relaciones de hacía tiempo y establecer nuevas amistades. Como nos habíamos casado no muy jóvenes, habíamos decidido que si los hijos no llegaban, estaríamos dispuestos a ser una familia para el que no la tenía. Con esa idea iniciamos un recorrido de adopción. Cuando algunos meses atrás recibimos la noticia de la llegada de Verónica y Carlos, dos hermanitos brasileños, mostramos sus fotos a todos esos nuevos conocidos. Después fuimos a buscarlos a Rio de Janeiro. Cuando regresamos vimos un enorme cartel en la calle con un saludo de bienvenida a Verónica y Carlos y, en la reja de nuestra casa, muchos globos y mensajes. No podemos olvidar las ayudas concretas en ropa y otras cosas necesarias. Una comprobación para nosotros de que, si se da amor, se recibe amor. (M.S.F. – España) Conjura de amor Una vez que se quedó sola, mi suegra, a pesar de que tenía hijas que podían recibirla, vino a vivir con nosotros. Su presencia, muy aceptada por mis hijos, era para mí, sin embargo, una exigencia más, que se sumaba a la familia que atender. Además, ella, por una forma de arterioesclerosis, hablaba sola, sin darse cuenta de que la estaban escuchando; y sucedía que a menudo protestaba contra mí. Mis hijos se reían de esa situación, mientras que para mí era una doble herida. ¿Ése era el agradecimiento por lo que estaba haciendo por ella? Un día ella estaba en cama por una gripe y durante la comida salió el tema de la abuela que hablaba sin sentido. Mi esposo quedó muy apenado; pero luego todos juntos decidimos realizar una hermosa “conjura de amor” para amar más y mejor a la abuela. Pienso que fue uno de los momentos más educativos y fecundos de nuestra familia. Los parientes, que son muchos, cuando vienen a verla, se quedan sorprendidos por el bien que la abuela “produce” en nuestra familia. (C.S. – Italia)

Recogido por Stefania Tanesini (extraído de “El Evangelio del día”, Città Nuova, año VI, n.2, marzo-abril 2020)