Movimiento de los Focolares

Vías comunes hacia la fraternidad

Nov 1, 2010

El domingo 31 de octubre la ciudadela internacional de los focolares acogió a 600 personas entre musulmanes y cristianos, en un clima de diálogo y de comunión.

Una jornada nacional promovida por el Movimiento de los Focolares y por las Comunidades Islámicas de Italia “para mostrar la posible convivencia e integración, como respuesta a la intolerancia y defensa radicalizada de las identidades, que rondan por nuestras ciudades”. 600 musulmanes y cristianos  provenientes de toda Italia, alrededor de 50 las personalidades presentes por parte de las dos religiones, entre ellos unos 20 representantes e Imam de las correspondientes comunidades islámicas esparcidas en toda la Península. Numerosos los jóvenes y los niños que tuvieron un programa especial para ellos. “Mamá, ¿ya hemos muerto? –preguntó un niño en un encuentro parecido a éste que se llevó a cabo hace unos años en Nueva York– ¿Por qué me haces esta pregunta?, le contestó su madre, y él: “Porque me parece que estoy ya en el Paraíso”. A los presentes en Loppiano esta pregunta no les hubiera parecido infantil, por el clima de fraternidad, “de otro mundo” que se respiraba. Sin embargo, se afrontaron problemas muy candentes para nuestra sociedad. “El objetivo de la jornada –explicaron Luisa Gennaro y Mario Ciabattini, ambos de los Focolares– es dar un paso más en el camino ya recorrido hasta hoy, sentirnos una única familia, porque hermanos se nace, pero ahora sabemos que también podemos llegar a serlo”. La respuesta del Imam Kamel Layachi (Comunidades Islámicas del Véneto) fue inmediata: “El amor es la base de la unión de los corazones, este es el punto de llegada y de partida”. Shahrzad Houshmand, teóloga iraní y moderadora de la mesa redonda “los desafíos del diálogo” afirmó: “Desde hace años soñamos este día en el cual, musulmanes y cristianos de Italia, y nos encontremos para construir juntos el futuro del País”. Luego siguieron varias intervenciones: Paul Le Marié de los Focolares, “Dios nos ama inmensamente, así comenzó la experiencia de los focolares”. Izzidin Elzir, Imam de Florencia y de Toscana: “El diálogo con los focolares comenzó hace 20 años en el Centro Internacional La Pira, dirigido por ellos, y hoy, aquí, vemos los resultados”. Judith Povilus, vice presidenta del Instituto Sophia: “El diálogo es una dimensión profundamente antropológica, igual que la dimensión trascendental”. Adnane Mokrani, teólogo musulmán, docente en la Pontificia Universidad Gregoriana: “El diálogo está unido a la esencia del ser musulmán, creer que Dios es Uno, su unicidad, significa creer en la unicidad del género humano”. Roberto Catalano, del Centro por el Diálogo Interreligioso de los Focolares: “Ya no puedo ser italiano sin cada uno de ustedes. Para nosotros focolarinos es importante la fraternidad, pero la fraternidad universal, abierta a todos y en todo el mundo”. Luego contó como comenzó el diálogo de los focolares en Argelia en los años ‘60 y como continuó en Líbano donde nació una escuela en un pueblo que acogió, en los tiempos de guerra, tanto a musulmanes como a los cristianos.  “Nació una fraternidad tan profunda que durante el conflicto del año 2006 se dio hospitalidad a miles de prófugos de las dos religiones los cuales convivieron por un período bastante largo”. Se dieron varias respuestas: Corresponsabilidad social, ciudadanía activa y trabajo en redes, como antídotos al “miedo al distinto”; el diálogo interreligioso no como algo opcional sino como una necesidad primaria. Muy concretos fueron los testimonios del diálogo en la vida cotidiana: “En Véneto (al norte de Italia), donde vivimos, así como en otras partes, se vive un camino de amistad hacia una verdadera fraternidad. El diálogo de la vida ha entrado en nuestras casas, en nuestros hijos… Hoy es un momento fundamental para este camino”. Llegaron numerosos mensajes: de Maria Voce, presidenta de los Focolares, “encomendamos a Dios este camino juntos, que sea un don para nuestro País”, del Obispo Mansueto Bianchi, encargado de la Conferencia Episcopal Italiana para este diálogo, “nuestras palabras y nuestro testimonio tienen que ajustarse en base a la defensa de la vida humana y la abertura a la transcendencia”; de los alcaldes de Florencia, de Padua y de Rocca di Papa presente en el encuentro, entre otros. Las palabras de Chiara Lubich, en una videoconferencia del 12 de noviembre de 2000, en Washington, delante de 6000 personas, fueron acogidas con emoción: “Si vivimos nuestras enseñanzas nacerá entre nosotros una comunión con Dios. Hoy, aquí, todos somos ‘nosotros’, una sola cosa. Tenemos que llevar adelante juntos esta revolución pacífica en beneficio de la fraternidad universal”.  

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