Movimiento de los Focolares

“Me fascinaba su vida transparente”.

Ene 22, 2009

Una joven ortodoxa cuenta cómo recobró su fe durante el duro período de guerra de su país.

Soy libanesa, ortodoxa, de padre ortodoxo y madre católica. Mis padres son creyentes. En la familia nunca se le había dado importancia a la palabra ‘católico’ u ‘ortodoxo’. Era natural festejar las dos Pascuas junto con las dos familias. A los 15 años empecé a rechazar ambas religiones, también porque en Líbano, religión y política están estrechamente relacionadas. Pensaba que los hombres habían mezclado todo y no distinguía nada. Para mí Dios no podía existir y permitir la guerra y la injusticia. Fue así como perdí la poca fe que tenía.. Después de algunos años llegamos al ápice de la guerra en Líbano. Mis padres se fueron a París. Yo me quise quedar para defender mi país. Traté de entrar en el ejército; sin embargo, hastiada ya de la inutilidad de mis esfuerzos y de mí misma, obedecí a la voluntad de mis padres y los alcancé en Francia. Sin embargo mi vida allí ya no tenía ningún sentido: tenía que liberar a mi país… Para no pensar en ello, me distraje en las diversiones de la vida. Mientras tanto mi hermano había conocido y empezado a vivir el Evangelio. Su vida me fascinaba: era tan transparente. Me invitó a conocer a otras personas y fui. Era otro mundo. Veía gente que me acogía con mucho amor, muy sonriente. Volví a casa feliz, el amor estaba renaciendo dentro de mí. Comencé a frecuentar mi Iglesia, a descubrirla y amarla. Leí su historia, fui a un curso de teología. Comprendí que tenía que estar unida a ella, experimentando la ayuda de esta espiritualidad evangélica, que te hacer ir más allá de las divisiones en el respeto de las diferencias. ¡Era ésta la verdadera revolución! (S. W. – Libano)

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