Movimiento de los Focolares

Que todos sean uno

Mar 24, 2016

En este jueves de la Semana Santa, proponemos la reflexión de Mons. Klaus Hemmerle sobre la oración que Jesús dirige al Padre, pidiendo la unidad de la familia humana.

20160324-02«Las líneas del Evangelio de Juan, y no sólo de ése, convergen en la frase que para mí, desde hace ya mucho tiempo, ha asumido un significado profundo e infinito: “Que todos sean una sola cosa, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, para que el mundo crea” (cf. Jn 17,21). Así es como deberíamos vivir. […] Éstas son las coordinadas de la unidad que me interesan de manera especial. La unidad en nuestras parroquias, la unidad de los distintos servicios y ministerios, la unidad entre clero y laicos, la unidad entre los presbíteros. La unidad se vuelve creíble sólo si demuestra que no somos nosotros los amos, sino que sólo Él es el Señor. Esta unidad en el ámbito del ministerio sacerdotal me interesa de manera particular. Al mismo tiempo debo mencionar la unidad de la Iglesia, la unidad con aquéllos que se encuentran fuera de los confines de nuestra Iglesia católico-romana, la unidad entre todos aquéllos que se reconocen en la fe en el único Dios, el Viviente, y por lo tanto, con los judíos y los musulmanes. Esa unidad entre la Iglesia y la sociedad, donde la una no está al lado de la otra de forma paralela o ni se contrapone a la otra, sino una Iglesia y una sociedad entran en una relación recíproca, evidenciando que la unidad que Dios dona es la levadura para la sociedad, es la levadura que hace que el ser humano sea libre. Es la unidad la que hace al ser humano plenamente humano, porque puede ser humano en su pleno sentido sólo allí donde Dios tiene derecho a ser Dios plenamente, y por lo tanto, puede donarnos todo lo que quiere donarnos. Y Él quiere donarnos nada menos que Su íntimo misterio: la unidad trinitaria. Sin embargo éste no es un simple programa, porque con los programas no se avanza mucho. Más bien debe convertirse en vida […]. También yo tengo que empezar a vivir esta unidad. Y por esto confío en el hecho de que también ustedes, queridos hermanos y hermanas, puedan ayudarme, y que podamos hacerlo juntos en la reciprocidad». Mons. Klaus Hemmerle De: W. Hagemann, Klaus Hemmerle. Innamorato della Parola di Dio, Città Nuova, Roma 2013, pp. 337-338

___

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete a la Newsletter

Pensamiento del día

Artículos relacionados

El Concilio de Nicea: una página histórica y actual de la vida de la Iglesia

El Concilio de Nicea: una página histórica y actual de la vida de la Iglesia

El 20 de mayo – fecha mencionada por la mayoría de los historiadores – del 1700, inició el primer Concilio ecuménico de la Iglesia. Corría el año 325, en Nicea, actualmente Iznik, en Turquía, hoy una pequeña ciudad ubicada a 140 km al sur de Estambul, rodeada de las ruinas de una fortaleza que aún habla de aquellos tiempos.

Amor, unidad, misionariedad: caminando con el papa León XIV

Amor, unidad, misionariedad: caminando con el papa León XIV

En la Santa Misa por el comienzo del ministerio del papa León XIV ha participado también un grupo del centro internacional de los Focolares. Un momento de gran emoción, reflexión y un nuevo inicio. Hemos recogido algunas de sus impresiones.