La estrella nos invita a ponernos en camino; la estrella quiere liberarnos de las cadenas que nos mantienen atados a nosotros mismos o a un sistema puro y simple; quiere animarnos a andar, quiere encaminarnos hacia un lugar en donde nunca hemos estado. Esto quiere la estrella. La naturaleza de esta estrella es ir más allá, aunque también se detiene. Atraviesa el desierto y atraviesa las distancias más remotas, pero después se detiene encima de la casa. ¿De qué casa? Encima de mi escuela, por ejemplo, o de mi oficina, o sobre el lugar donde trabajo normalmente. Allí se detiene la estrella y dice: “Éste es el lugar: ¡aquí!”. Y después, cuando regreso a casa, se detiene sobre mi casa, sobre mi pequeño mundo: allí se detiene la estrella. Es en el lugar donde estoy donde debo encontrar lo más precioso, Aquello que más vale. Pero lo más precioso, lo más importante, lo encuentro aquí a mi lado sólo cuando descubro que la estrella se detiene también sobre la casa de mi prójimo. Es allí donde puedo encontrar a Jesús. (K. Hemmerle, La luce dentro le cose. Meditazioni per ogni giorno. (La luz dentro de las cosas. Meditaciones para cada día). Città Nuova, Roma 1998
Escuchar atentamente, hablar intencionalmente
Escuchar atentamente, hablar intencionalmente
0 comentarios