Una velada rica por su variedad: desde la música clásica y ballet pop, contemplativo y groovy, musical y buffet compartido. Como en anteriores ocasiones, el concierto de beneficencia fue un proyecto ejecutado por Jóvenes por un Mundo Unido de Viena y por la juventud de Mor efrem de la comunidad sirio-ortodoxa. Asistieron casi 200 personas, a pesar de la gélida noche de diciembre, que dieron generosamente su apoyo a los refugiados sirios. Entre los actores estuvieron los “Singing Voices”, un coro de jóvenes entre quienes había algunos sordos que desearon a todos una cálida “Feliz Navidad” con el canto y los gestos. David Watzl presentó “L’Aktion Weitblick” (Acción “Visión”), un proyecto de ayuda humanitaria para los refugiados en Europa y para aquéllos que quedaron en la frontera. Él mismo vivió dos semanas en un campo de prófugos de Turquía donde, con un grupo de voluntarios de Aktion Weitblick, organizó durante la tarde, juegos para los niños, encuentros sobre formación sanitaria y muchas otras cosas más. El grupo de baile sirio “Ishtar” concluyó el concierto de beneficencia involucrando a toda la sala con el ritmo de una vivaz música oriental. Durante el buffet, se encontraron los protagonistas, los visitantes y los refugiados siendo ésta una ocasión para conocerse y profundizar más en los proyectos mantenidos por cada uno. Así, una velada de solidaridad llegó a su conclusión en una cálida atmósfera de fraternidad. Escrito por los Jóvenes por un Mundo Unido de Viena (Austria)
Hacer sentir la cercanía
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