15 Jun 2016 | Focolare Worldwide, Senza categoria
La crisis de los refugiados en Europa interpela a todo el mundo, por sus dimensiones y sus muertes, las fronteras cerradas, y también por la gran generosidad de muchos. Esta noticia nos llegó desde Indonesia y los que escriben son los Jóvenes por un Mundo Unido de la ciudad de Medan (que tiene 4 millones de habitantes). «Los numerosos refugiados que acampan en Grecia nos interpelaban. Queríamos hacer algo. Decidimos por lo tanto vivir nuestra Semana del Mundo Unido de 2016, organizando un concierto para recaudar fondos para ellos. Ese concierto era también una expresión fuerte para afirmar que la paz es posible y comienza por nosotros mismos, a través de hechos concretos». «Teníamos dos meses para prepararlo; no era mucho tiempo, pero dijimos que lo íbamos a lograr y nos pusimos a trabajar sin prestarle atención al cansancio físico y a las dificultades económicas. Para cubrir los gastos de la organización fuimos a tocar nuestras canciones a los restaurantes, y tampoco faltó la providencia de Dios. Logramos así pagar el alquiler de la sala, una parte del sistema de sonido y otros gastos varios». «Cuando vi a todos esos jóvenes delante de mí – cuenta Ika- traté de no pensar en mí misma sino en los refugiados y me armé de coraje». Desde el punto de vista técnico – confiesan con simplicidad- «hubo muchos errores, pero la atmósfera de entusiasmo y de alegría de casi 350 participantes nos convenció de que ¡valió la pena!». Un coro de una universidad católica y 4 cantantes quisieron dar su contribución al concierto por la paz». «Se recaudaron € 600, que corresponde a 3 ó 4 meses de sueldo base en Indonesia. No es muchísimo, pero estábamos muy felices porque pudimos dar nuestro grano de arena por nuestros hermanos en dificultades» «Fue una experiencia extraordinaria – afirma Randi -. Sentí fuerte que las diferencias, tanto religiosas como de etnia, verdaderamente son bellas. Espero que muchos corazones hayan sentido el impacto y comiencen a amar con gestos concretos» «En un mural en el que estaba escrito “Let’s bridge”, los participantes dejaron por escrito su compromiso de construir la paz».
14 Jun 2016 | Focolare Worldwide
Párroco de misericordia «Para comenzar el Año de la misericordia con un gesto concreto, le pedí perdón a mis parroquianos si no se habían sentido siempre amados por mí e invité, a aquél que lo deseaba, a acercarse y darnos un apretón de manos para sellar el pacto de vernos con ojos nuevos. Se formó una fila larguísima; con cada uno pude intercambiar alguna palabra. Al día siguiente, una parroquiana que no había estado presente vino a pedirme si podía repetir con ella ese gesto que había impresionado mucho a la gente del pueblo y que estaba teniendo muchas consecuencias» (I. S. – Hungría) Compartir «Estoy casi ciego. El compañero que me ayuda a estudiar me dio 1.220 chelines para comprar el medicamento contra la malaria. En la calle hacia la farmacia, me encontré con una señora pobre que me contó sus necesidades económicas. Para ayudarla le di 200 chelines. Poco después, delante de la farmacia, me encontré con otra mujer, también ella necesitada de dinero: no tenía lo suficiente para comprar un medicamento que precisaba. También en ella reconocí a Jesús que me pedía ayuda. Así que otros 200 chelines fueron para ella. Ahora, para comprar mi medicamento me faltaban 400 chelines. Estaba seguro de que Dios no me haría faltar su auxilio, así que entré igualmente a la farmacia. Y allí encontré un amigo que hacía tiempo no veía. Apenas le conté lo que me pasaba, él insistió en ofrecerme 500 chelines: más de lo que necesitaba». (R. S. – Tanzania) En el lavadero público «Éramos muchas las que estábamos en el lavadero público lavando nuestra ropa cuando llegó un hombre casi ciego con dos sábanas, una camisa y un turbante para lavar. Pidió que le hiciéramos un poco de sitio. Como nadie quería moverse, me dirigí a él: «Baba, dame tus cosas: te las lavo yo» Las otras se pusieron a reír. Antes de irse, el señor, contento con su ropa lavada, me dio su bendición y también un pedacito de jabón que cuidaba celosamente. Ahora nadie se burlaba. Al contrario, comenzaron a prestarse las cosas y a ayudarse entre ellas». (F. R. – Pakistán) Divorcio anulado «No fue fácil para Susanna aceptar mi decisión de pedir el divorcio. Sobre todo porque deseaba trasladarme a otra ciudad con la persona con quien había comenzado una nueva relación. Después de un rechazo oficial, la actitud de mi esposa cambió: me sorprendía su gran dignidad y no comprendía de dónde sacaba esa energía que le permitía tratarme bien a pesar de mi traición. Este pensamiento me quitó la paz. Un día la invité a almorzar a un restaurante: quería saber. Con simplicidad ella me confesó que había descubierto, a través de la cercanía con algunos amigos cristianos, el amor de Dios. Dios que nos ama siempre, a pesar de nuestra infidelidad, y está al lado nuestro también en los acontecimientos dolorosos de la vida. Esto fue suficiente para hacerme cambiar de idea. Susanna y yo recomenzamos» (L. M. – Usa)
13 Jun 2016 | Focolare Worldwide
«Cochabamba es el corazón del país, la tercera ciudad boliviana. Está sumergida en un valle fértil, rodeada por la Cordillera de los Andes. Ya el viaje me prepara para escalar mis montañas personales para dar el salto de dejar atrás mi cultura, mis categorías, mis prejuicios, y estar así lo suficientemente libre para acoger la belleza de esta experiencia en la que cada uno será un don para el otro». «El 26 a la mañana visitamos el centro histórico, donde se respira un clima tradicional y culto y donde se conservan numerosas imágenes coloniales que yacen en muchos templos y en las grandes viviendas coloniales. Por la tarde nos dirigimos hacia la “Universidad Católica Boliviana San Pablo” para participar de un encuentro con 70 jóvenes de varias facultades. Después de las presentaciones teóricas, escuchamos unas experiencias, precedidas por una dinámica de grupo que preparó Aldo Calliera quien nos propuso buscar el “Norte”, ya que – dijo – “el mundo perdió su brújula”. Para la Economía de Comunión, lo sabemos, el norte es el Otro». «El día 27 de mayo empezó el 1° Congreso de empresarios EdC en Bolivia, del cual tuve la suerte de participaren vivo y en directo, observando, escuchando, para relatar un evento extraordinario, compuesto por muchas historias que apuestan a la comunión día tras día». «Ramón Cerviño, empresario argentino, nos recibió mientras nos recordaba que vinimos para hacer una experiencia de comunión, porque es precisamente la comunión la riqueza más importante de la EdC». «El programa nos llevó a sumergirnos hasta las raíces del Carisma de la unidad, para redescubrir los orígenes de la EdC.
Luego, fuimos a visitar el “Centro Rincón de Luz”, una obra social que ofrece apoyo escolar a los niños de un barrio muy pobre. Allí, no siempre las familias pueden seguir y controlar las tareas escolares de los pequeños pues viven amontonados en pequeñas cabañas de uno o dos cuartos, a menudo están desnutridos y a veces incluso, son maltratados. Maricruz, quien ahora es una de las directoras, era una de estos niños. Solidaridad que genera más solidaridad. El círculo virtuoso de la reciprocidad es la clave para responder a los problemas sociales concretos». «Visitamos también la “Casa de los Niños”. Chiara Lubich alguna vez expresó el deseo de que un día se cerraran todos los orfanatos, con la esperanza de que cada niño pudiera gozar del calor y del amor de una familia. Persiguiendo este sueño, muchos, como Arístides se pusieron a trabajar, allá donde y cómo se puede, para darles un alojamiento provisional y apoyar a las familias de los niños que sufren el abandono más grande, los que son portadores de VIH. En estos últimos años, gracias a la ayuda de muchas personas, lograron acoger a casi un centenar de familias y ofrecerles una vivienda digna. A pesar del dolor de esas familias, muchas de las cuales son seropositivas, la belleza de la ciudadela demuestra que es posible abrazar el dolor inocente y llenarlo de alegría, de juegos, flores y esperanza». «En el encuentro entre empresarios mexicanos, paraguayos, argentinos y bolivianos, compartimos nuestros sueños, los fracasos, los éxitos, las dificultades y las esperanzas. El 28 de mayo tuvo lugar un encuentro especial en el “Gran Hotel Cochabamba”, del cual participaron unas 120 personas, entre las cuales había empresarios, estudiantes, docentes, ejecutivos y personas interesadas en una “nueva cultura económica”. El domingo 29 fue un día de fiesta: |se celebraba el 25° aniversario de Economía de comunión! Cantos, danzas, comidas típicas y mucho compartir. Gracias Bolivia por haberme hecho redescubrir “el norte”, donde cielo y tierra parecen confundirse». Fuente: sito del Cono Sur
12 Jun 2016 | Sin categorizar
“Misericordiosos como el Padre” es el programa de vida propuesto por el Papa Francisco para el Año Santo. “En la misericordia, de hecho –dice la Bulla de convocación – tenemos la prueba de cuánto Dios nos ama. Él da todo de sí mismo, por siempre, gratuitamente, y sin pedir nada a cambio. Nos ayuda cuando lo invocamos. (…) Su ayuda consiste en hacernos sentir su presencia y su cercanía” (MV 14). Es éste el rostro del Amor . Misericordia que revela plenamente la Paternidad de Dios. Dios es Amor: es la chispa inspiradora que origina el carisma de la unidad que el Espíritu Santo donó a Chiara Lubich en nuestro tiempo (…) Chiara, entonces, no descubre un Dios lejano, inaccesible, extraño a su vida, sino el rostro Paterno de Él (…) Por lo tanto, todo lo que sucede es visto como realización del plan de amor sobre cada uno, como prueba tangible de su mirada vigilante, de su presencia cercana. “Incluso los cabellos de sus cabezas están contados” (Mt 10,30). Es un amor paterno que provee ante todas las necesidades, incluso las más pequeñas, hasta llegar incluso a colmar los vacíos dejados por nuestras imperfecciones, por nuestros pecados. Es el rostro del Padre misericordioso que –mediante el Hijo encarnado- se manifiesta y revela plenamente su amor misericordioso. Episodios evangélicos sobre la misericordia En varios documentos del Magisterio de la Iglesia dedicados al tema de la misericordia, se hace referencia a esos pasajes evangélicos que mejor la ilustran. Un ejemplo clásico es la parábola del hijo pródigo (Lc. 15,11-32). (…) Una vez Chiara ilustró esta parábola a un nutrido grupo de jóvenes reunidos en la catedral de Paderborn, en Alemania. Era el 12 de junio de 1999. Estas son sus palabras: “El padre del hijo pródigo tendría muchas cosas que hacer: ocuparse de la hacienda, de los empleados, de la familia; pero su principal actitud era la de la espera, la espera del hijo que se había ido. Subía a la torrecita de su casa y miraba a lo lejos. Así es el Padre Celestial. Imaginen, jóvenes, si pueden, su divina, altísima y dinámica vida trinitaria, su empeño de sostener la creación, de dar un lugar a quien llega al Paraíso. Sin embargo, Él sobre todo hace una cosa: espera. ¿A quién? A nosotros, a mí, a ustedes, especialmente si nos encontramos lejos de Él. Un buen día ese hijo, que el padre terreno tanto amaba, después de haber despilfarrado todo, regresa. El padre lo abraza, lo cubre con una vestidura preciosa, le pone un anillo en el dedo, hace preparar el ternero gordo para hacer una fiesta. ¿Qué debemos pensar? Que él deseaba ver a su hijo renovado, ya no quiere recordarlo como era antes. Y no sólo lo quiere perdonar, sino que lleva incluso a olvidar su pasado. Éste es el amor por él, en la parábola. Así es el amor del Padre por nosotros en la vida: nos perdona y olvida”. Fuente: Centro Chiara Lubich Testo integral de Alba Sgariglia (italiano)
11 Jun 2016 | Focolare Worldwide
«Tuve que dejarlo todo: patria, esposa, dos hijos pequeños. La verdad es que no tenía otra opción. Siendo docente y hombre todavía joven, hubiera tenido que enrolarme en el ISIS y difundir sus ideas. Y dado que me opuse, me hubieran matado si me quedaba allí». Una vez llegado a Graz (Austria), Mohamed, como muchos otros migrantes, quedó “aparcado” en un campo para refugiados, donde durante meses no tuvo nada que hacer ni posibilidades de contactos con el mundo exterior. «Nos sentíamos aislados y deprimidos – cuenta – pero en un determinado momento alguien empezó a interesarse en nosotros». Eran los de la comunidad local de los Focolares. Ellos, gracias a la mediación de una amiga siria, que se encuentra en Graz desde hace tres años, invitaron a los refugiados de Siria que vivían en el campo – unos cuarenta – para que se reunieran en una sala parroquial. Allí pudieron expresar sus necesidades más apremiantes: aprender el idioma y encontrar un trabajo. La comunidad se puso manos a la obra y en poco tiempo logró organizar un curso de alemán. Alguien ofreció dinero para los libros de texto; una señora recogió entre los amigos unas quince bicicletas, cubrió personalmente los gastos de reparación y las puso a disposición de los estudiantes que debían recorrer unos 10 km para llegar a clases; otros realizaron trabajitos de restauración en las casas y en el cuidado de los jardines. «Por fin teníamos algo útil que hacer – suspira con alivio Mohamed –, por fin alguien nos daba una mano y nos apreciaba». Así nació una amistad que se ha vuelto cada vez más profunda. De tal suerte que llegó a ser lógico encontrarse, comer juntos y también abrirse al diálogo cultural y religioso. El primer paso fue ir juntos a la mezquita, donde encontraron a muchas otras personas; una vez llegaron incluso a ser unos 400, «Algo grandioso para nosotros – confía Mohamed –. Por fin nos sentíamos nosotros mismos. Allí podíamos olvidar lo que nos estaba pasando y entrar en contacto directo con Dios. Vivir ese momento juntos musulmanes y cristianos nos hizo sentir aún más cercanos los unos con los otros».
Durante el verano, 4 musulmanes participaron de la Mariápolis, cuya fecha coincidía precisamente con el fin del Ramadán, celebrado todos juntos con músicas árabes, danzas al aire libre y dulces sirios. En esos mismos días, Mohamed se enteró de la muerte de su madre. Fue una ocasión conmovedora para orar juntos por ella recitando algunos Salmos, elegidos de manera que respetaran la sensibilidad de todos. También comprender el dolor del otro es un diálogo profundo. Luego Mohamed presentó a las Autoridades la solicitud de reagrupación familiar en Austria, trámite que se reveló muy complicado. Veintidós veces su esposa se preparó para alcanzar a pie la frontera (7 horas de caminata, pasando hambre, frío y peligros), para luego ser puntualmente rechazada. Una vez fue incluso encarcelada. Pero al final logró cruzar los confines. Se acercaba entonces la tan esperada recomposición de la familia. Les sugirieron no radicarse en Graz, sino en Viena. Con pesar Mohamed tuvo que dejar a sus amigos de Graz, ignorando que la misma cálida acogida la encontraría también en la comunidad focolarina de la capital que, mientras tanto, fue avisada de su llegada. La comunidad del Focolar se activó para ofrecer a la familia una vivienda digna, lo cual no era algo fácil dada la escasez de alojamientos. Nació así la idea de dirigirse a unas religiosas amigas que administraban una casa para ancianos. En el lapso de un día llegó la primera respuesta positiva, gracias a un tranquilizador coloquio con los miembros del Focolar. Así, desde hace dos meses, la familia de Mohamed vive en esta casa de religiosas cristianas, con ningún tipo de incomodidad por ambos lados. Las religiosas han tomado conciencia de las costumbres de los huéspedes musulmanes y la familia vive en una estructura con numerosos y evidentes símbolos cristianos. También esto es parte del diálogo y, como afirma Mohamed: «cristianos y musulmanes somos realmente hermanos».