Sep 20, 2023 | Sin categorizar
Una nueva etapa del Curso de Formación Sinodal lanzado en 2022 por el Centro Evangelii Gaudium (CEG), centro de formación dentro del Instituto Universitario Sophia (Loppiano – Italia) en sinergia con la Secretaría General del Sínodo. Formarse en la sinodalidad para ser “discípulos-misioneros” al servicio de la fraternidad universal. Este es el objetivo del segundo año del Curso de Formación Sinodal, camino inaugurado el 12 de septiembre de 2023 para el año 2023/2024: https://www.youtube.com/watch?v=v0set08JiKY Lanzado por el Centro “Evangelii Gaudium” (CEG), un centro de formación teológico-pastoral presente en el Instituto Universitario Sofía de Loppiano (Italia), con la preciosa colaboración de la Secretaría General del Sínodo, el curso comenzará el 6 de noviembre de 2023. Para saber más entrevistamos al profesor Vincenzo Di Pilato, profesor de Teología Fundamental en la Facultad de Teología Pugliese en Italia y coordinador del CEG. Profesor Di Pilato, ¿cuál fue la experiencia del año pasado y cuáles fueron los frutos que se obtuvieron? El primer año del curso on line sobre sinodalidad, que finalizó el pasado mes de mayo, fue muy rico y, diría yo, apasionante. Los 248 miembros pertenecen al mundo de habla inglesa (Reino Unido, Irlanda, Estados Unidos, Canadá), América Latina (Brasil y casi todos los países de habla hispana), Asia (Singapur, Malasia, Filipinas, Corea, India), África (Camerún, Sudáfrica, Nigeria, Congo, Kenia, Burundi), a casi todos los países europeos. Muchos representantes de las iglesias diocesanas o nacionales participaron en el proceso sinodal, incluidos sacerdotes, religiosos y muchos laicos, hombres y mujeres. La mayoría eran católicos de todas las vocaciones: sacerdotes, monjas, consagrados, laicos, incluso un obispo, pero también de otras Iglesias hermanas. Si bien los videos y textos de las lecciones estaban disponibles en una plataforma web (especialmente para aquellos que no pudieron seguir por el huso horario), hubo estudiantes de Asia que se conectaron en vivo, a las tres de la mañana (hora local). Fue una experiencia fuerte. Al finalizar el curso, en el centro de espiritualidad “Vinea mea” de Loppiano (Italia), vivimos en junio el cuarto y último módulo con 130 de ellos en formato de taller presencial, abordando algunos temas: clericalismo, procesos participativos y discernimiento comunitario. Ahora está claro que el Curso, que se inaugurará por segundo año consecutivo, representa el intento de responder, junto con otros en el mundo, a la llamada que el Espíritu Santo, desde los días del primer Pentecostés, nos dice de “salir” y que queremos promover en plena comunión con el Papa. Entre las muchas cartas recibidas, cuento la de una encargada a nivel diocesano del camino sinodal en Malasia: “Muchas gracias por las maravillosas sesiones. Estoy verdaderamente agradecida por la oportunidad de aprender tanto sobre los orígenes de la Iglesia sinodal y la sinodalidad. Realmente me abrió los ojos a la gran sabiduría y a los impulsos que ofrece el Espíritu Santo que guía a la Iglesia. Honestamente, mientras escuchaba las sesiones del primer módulo, me sentí muy pobre, pero al mismo tiempo enriquecida. Y es por eso que me inscribiré en las próximas lecciones”. ¿Qué temas se abordarán en este nuevo itinerario? Intentaremos, en primer lugar, ponernos en sintonía con lo que surgirá de la Asamblea sinodal del próximo mes de octubre. Mirando el texto de base (Instrumentum laboris) sobre el que trabajarán los miembros de la Asamblea general ordinaria del Sínodo de octubre en el Vaticano y que ha recogido los frutos del discernimiento comunitario de la fase de escucha que comenzó con la consulta al pueblo de Dios a nivel local, nacional y continental. Nos hemos dado cuenta de que algunas cuestiones parecían más urgentes que otras. Tales como: ministerialidad, lugares y método de participación, formación para ser “discípulos misioneros” al servicio de la fraternidad universal. Cada lección, de 3 horas de duración, se realizará vía web todos los lunes de 18 a 21 horas entre noviembre de 2023 y mayo de 2024. El curso será en italiano con traducción al inglés, portugués y español. También este año concluiremos con un encuentro presencial aquí en Italia, siempre en formato taller. Las inscripciones están abiertas en este link: https://www.sophiauniversity.org/it/centro-evangelii-gaudium/. El apoyo activo recibido de la Secretaría General del Sínodo en estos dos años nos anima a avanzar en ser constructores de unidad en la Iglesia y en el mundo, según esa forma sinodal con la que Jesús vivió su existencia humano-divina con los Apóstoles. y con todos sus discípulos. El “salir” al que nos empuja el Espíritu Santo, a través de la clara voz del papa Francisco, no equivale, en efecto, a dispersarnos, a fragmentarnos, sino a expandir nuestra interioridad sobre la de Jesús Abandonado y Resucitado que abraza todo y a todos. Como indica el título del documento de trabajo para la etapa continental del Sínodo, se trata de “ampliar el espacio de la tienda” (cf. Is 54,2).
Recientemente ha sido publicado, el libro “Sinodalidad y participación. El sujeto eclesiástico de la misión”, editado por Città Nuova, que recoge ponencias de ilustres personalidades del mundo eclesiástico y teológico. ¿Cuál es el aporte de este texto a la luz de los documentos recogidos hasta ahora durante las distintas etapas del Camino Sinodal y a las puertas de la nueva etapa universal? El libro recoge las intervenciones ofrecidas con motivo de un seminario de investigación promovido por el CEG, que tuvo lugar el 24 de junio de 2023 en el centro de espiritualidad “Vinea mea” de Loppiano (Italia) titulado: Participar/presidir/decidir. Raíz sacramental y dinámica de comunión en el camino del pueblo de Dios en misión”. Contó con la participación de más de treinta estudiosos, entre ellos teólogos y canonistas, comprometidos a responder a la invitación – presente en el Instrumentum laboris – a reequilibrar la relación entre dos principios eclesiológicos fundamentales: el de la “autoridad”, fuertemente afirmados en el Código de Derecho Canónico vigente, y el de la “participación”, que el actual Sínodo relanza como práctica ordinaria de la vida de la Iglesia. ¿Cómo, entonces, podemos hacer efectiva – preguntamos a los expertos presentes en el Seminario – esta participación activa de cada miembro del pueblo de Dios (fieles y pastores) en nuestras asambleas? ¿Seguirá siendo únicamente consultivo? ¿O será también deliberativo? ¿Se tratará de negociar una “concesión” jurídica o más bien de “reconocer” la capacidad de decisión del sujeto colectivo de acción eclesial tal como surge de la eclesiología del Concilio Vaticano II? ¿Y será entonces necesario actualizar el Código de Derecho Canónico? Como lo subraya el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo, el camino sinodal ha entrado en una nueva fase: está llamado a convertirse en una dinámica generativa y no simplemente a reducirse a un momento solemne y transitorio de celebración. De hecho, ¿cómo puede la Iglesia escuchar al Espíritu Santo sin escuchar a todo el pueblo santo de Dios? La respuesta a esta pregunta incide en la práctica pastoral (pensemos en los distintos consejos parroquiales y diocesanos, etc.) y en la formación, así como en la teología y el derecho canónico, como explicaba claramente el cardenal Francesco Coccopalmerio, Severino Dianich, Alphonse Borras y Piero Coda en sus densas intervenciones contenidas en el libro recién publicado (https://edizionicittanuova.it/prodotto/sinodalita-e-partecipazione/).
Maria Grazia Berretta
Sep 15, 2023 | Sin categorizar
Comportarse de manera que nuestra vida sea una continua alabanza a Dios, reconociendo su amor y la grandeza de sus obras en nuestra vida. Este salmo nos invita a ello y representa el fundamento de toda plegaria, particularmente cuando comprendemos la plenitud de la gratitud, amando a los hermanos y hermanas con quienes nos encontramos. Una ayuda concreta para personas cercanas y lejanas En nuestro país también, la guerra en Ucrania nos provocaba aprensión y miedo. Como respuesta a esa ráfaga de viento maléfica, durante el invierno pasado, algunos amigos y nosotros de la parroquia, nos habíamos comprometido a conseguir ropa de abrigo y –para suplir a la falta de electricidad– generadores y linternas para enviar a nuestros vecinos de la frontera. Pero una cosa lleva a la otra, y mirando a nuestro alrededor, ampliamos esta acción solidaria también a los pobres de nuestra pequeña ciudad. No nos habíamos dado cuenta de que se había evidenciado una grieta en la sociedad a la que antes no le habíamos prestado mayor atención. Alguien nos hizo ver que había sido necesaria la guerra en Ucrania para abrirnos los ojos. Hoy, además de seguir con la recolección de bienes para las víctimas de la guerra, nuestros brazos trabajan también para estos otros prójimos cercanos que lo necesitan. (J.M. – Hungría) Una esperanza En la sala de espera de una terminal de ómnibus, me doy cuenta de la presencia de una señora joven, bella, elegante. En su rostro hay signos de un profundo sufrimiento. Subimos al mismo autobús. Luego, en la ventanilla de la estación de trenes, compramos un billete para el mismo destino. Lanzo una frase de circunstancia, mientras nos encaminamos a nuestro andén. Lamentablemente nuestro tren acaba de partir. Tenemos por delante dos horas de espera. Le propongo a la señora sentarnos en la sala de espera. Frente al rostro aún tenso de ella, dejo a un lado mis problemas y cansancio, y decido escucharla. Mientras me habla de la tragedia que está viviendo desde hace meses, descubro un drama que yo ya había vivido. Se lo cuento. Más tarde, durante el viaje, la charla se hace tan intensa que no nos damos cuenta de que hemos llegado a nuestro destino. Empiezo a despedirme, pero ella quiere acompañarme hasta el sitio adonde tengo que ir, con tal de no interrumpir la conversación. Ahora su rostro está aliviado, su carga se ha alivianado. Luego sí, nos depedimos. Tal vez no vuelva a verla nunca, pero estoy segura de que en ella ha quedado una esperanza. (R.A. – Inglaterra) De sonrisas se vive Es gratificante para mí, médica en cuidados paliativos, que los pacientes que dejé la noche anterior me reciban por la mañana con una sonrisa y con el rostro sereno. Son personas que temían haber pasado una noche de dolor. Sí, ha ido todo bien, y yo también me siento mejor. No había que darlo por descontado: los opiáceos, de hecho, son fármacos que aún tememos porque son poco conocidos y fue necesario un diálogo abierto médico-paciente. Observo la postura de otra enferma, cuya mímica ha quedado reducida a pocos movimientos de sus ojos. “Señora, ¿siente mucho dolor?”. Al cerrar los párpados de sus ojos me doy cuenta de que me dice que sí: ¿cómo no me he dado cuenta antes? Le propongo la terapia y acepta, la expresión del ceño fruncido que tiene siempre, se relaja y sus ojos sonríen. Al encontrarme todos los días con mis limitaciones, a veces yo tampoco puedo sonreír. En esos momentos el otro (un colega, un familiar, un asistente) me hace de “espejo” y me ayuda a mirar hacia adentro. Necesito una buena dosis de humildad para aprender a aceptarme. Pero después echo una sonrisa a mi humanidad y, tras la nube, veo la posibilidad de recomenzar a amar. (Paola – Italia)
A cargo de Maria Grazia Berretta
(extraído de “Il Vangelo del Giorno”, Città Nuova, año IX – número 1 – septiembre-octubre de 2023)
Sep 8, 2023 | Sin categorizar
El 8 de agosto de 2023, a la edad de 99 años, Livia Groff, viuda de Goller, focolarina casada de Trento (Italia), de la primera comunidad de los Focolares formada en torno a Chiara Lubich, ha regresado a la casa del Padre. La recordamos a través de un breve fragmento en el que nos cuenta cuál fue su verdadera conversión.
“El que vive en Cristo es una nueva criatura” (2Cor 5:17). Esta es la frase extraída del Nuevo Testamento que Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, entrega como lema de vida a Livia Groff viuda de Goller quien, a sus 99 años, finalizó su viaje en esta tierra el pasado 8 de agosto. Nació el 25 de mayo de 1924, tercera de siete hermanas, comenzó a trabajar siendo joven como empleada en Trento y, a los 21 años, por invitación de una amiga, Doriana Zamboni, una de las primeras compañeras de Chiara Lubich, la conoció y se unió al grupo de chicas que la rodeaban, que toman literalmente las frases del Evangelio, las ponen en práctica y se cuentan unas a otras los efectos de vivir esas palabras. Para Livia, este encuentro es una verdadera fulguración. El descubrimiento del amor de Dios y el descubrimiento de Jesús presente en cada prójimo serán el protagonista de su vida y la guía segura en un camino compartido siempre junto a su marido, Olivo Goller, y sus hijos, Diego, María Elena y Andrea. Testigo de gran fortaleza y cercanía con los demás, afronta las diversas pruebas que la vida le presenta apoyada en la fe en Dios y en su amor. Durante 37 años cuida de su esposo Olivo quien, debido a un inexplicable accidente automovilístico, queda paralizado de sus piernas y ya no podrá caminar por el resto de su vida. Otra gran prueba llega a los 61 años, cuando su hija María Elena murió repentinamente a los 33 años de un infarto, en Predazzo, cerca de Trento, donde enseñaba. Con gran valentía y concreción, Livia siempre ha tratado de poner a Jesús en el centro de cada relación y con extrema bondad ha sabido cuidar de cuantos encontraba en su camino, acompañando a sus hijos Diego y Andrea, ambos focolarinos, en sus opciones de vida; apoyando a los enfermos, como ministra extraordinaria de la Eucaristía como ya lo había hecho con su marido; invitando a muchos a la oración. Una belleza, que muchos reconocían, encarnada, que iba más allá del estilo, pero que ocultaba en sí un secreto: mirar el amor de Jesús en la cruz que grita el abandono, reconocerlo en las pruebas de la vida y aceptarlo sin dudarlo. Compartimos a continuación un breve extracto de una entrevista con Livia Groff en Trento, fechada el 13 de diciembre de 2011, en la que habla de su primer encuentro con Chiara Lubich y del inicio de un viaje que cambió su vida. Mira el video (activar los subtítulos en español) https://youtu.be/vmFJ5v15rLg
Ago 31, 2023 | Sin categorizar
El Tiempo de la Creación es un tiempo durante el cual los cristianos en todo el mundo se unen en oración y en acción para cuidar la casa común. Un tiempo de gracia que las Iglesias cristianas nos indican a todos para renovar la relación con el Creador y con la creación, a través de la meditación, la conversión y el compromiso comunitario. Este período, que se abre el 1 de septiembre de cada año con una celebración ecuménica, en ocasión de la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación, concluye el 4 de octubre, día de San Francisco de Asís, patrono de la ecología y amado por muchas confesiones cristianas. El tema escogido para este año 2023 es “Que la justicia y la paz fluyan” y se inspira en las palabras del profeta Amós, “Mejor hagan que el derecho fluya como el agua, y la justicia como un torrente inagotable.” (Amós 5: 24). Por eso, la esperanza es que esos dos elementos, justicia y paz, como “un río inagotable”, puedan invadir de bienestar y belleza nuestro planeta. Un reto que sin duda nos moviliza y al que cada uno de nosotros, como parte del pueblo de Dios, está llamado a responder comprometiéndose en primera línea y en su ambiente, para crear puentes de diálogo, en pos de la justicia climática y ecológica, poniéndose a la escucha de las comunidades más afectadas por la pérdida de la biodiversidad. Son muchas las actividades y las iniciativas que se han lanzado en todo el mundo, como preparación a la jornada de apertura. Una de ellas es la que promueve el Movimiento Laudato Sì’, que invita a rezar por la justicia climática y a compartir esa plegaria con todos los operadores y los líderes políticos de la COP28 (https://laudatosimovement.org/es/reza-con-nosotros-por-la-justicia-climatica/). Para participar del Encuentro de Oración Ecuménica del 1 de septiembre será posible registrarse y acceder a él a través del siguiente enlace: https://us06web.zoom.us/webinar/register/WN_s6x-_ULjRZWRyzUYGNAhAg#/registration. Para mayores informaciones, visita la página https://seasonofcreation.org/it/. https://youtu.be/ejN_Wv3oql0?si=JNCYLwU88Z3awsJX
Jul 26, 2023 | Sin categorizar
La 37ª Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que tendrá lugar del 31 de julio al 6 de agosto de 2023 en Lisboa (Portugal), ya está en los umbrales y muchos son los jóvenes que se preparan para vivir este evento global junto con el Papa. Varias son las iniciativas que se han promovido, y numerosas son las personas que desde hace meses están trabajando con dedicación en pos de este momento de verdadera familia para la Iglesia. Aquí van algunos testimonios. Todo está listo. El sol está alto sobre las siete colinas de Lisboa y la brisa del océano trae consigo una novedad y una sensación de expectativa: la JMJ está por empezar y los jóvenes de todo el mundo están llegando. Tras meses de preparación y luego de haber tocado varias etapas en el país, el fin de semana pasado la Cruz del Peregrino y el Ícono de la Virgen “Salus Popoli Romani”, símbolos de la Jornada, han llegado finalmente a Lisboa y todos están listos para recibir a los primeros jóvenes que van llegando para las “Jornadas en las diócesis” que se llevarán a cabo del 26 al 31 de julio de 2023 en las 17 diócesis de Portugal continental y de las islas. Una manera de preparar a los peregrinos y a las comunidades de acogida para entrar al evento y vivirlo plenamente. “Cuando se nos comunicó que la JMJ se realizaría en Lisboa, recibimos la noticia con inmensa alegría. Estoy seguro de que será una ocasión de gracia para cada uno de los participantes, como así también para todo nuestro país. En mi caso, creo que tengo que estar abierto a las sorpresas que el Espíritu quiere comunicar”, dice José Cardoso de Almeida, párroco de Sátão, en la diócesis de Viseu, sacerdote voluntario del Movimiento de los Focolares.
Él, que ha podido vivir en primera persona la espera y el entusiasmo de varias JMJ, sintió enseguida el llamado, como muchos voluntarios, a ponerse manos a la obra organizando la Jornada, que se celebraría justamente en “su casa”. Han motivado a los jóvenes y se han preparado para recibir a los que irían llegando de las varias partes del mundo. Dice: “Este último año ha sido un período de encuentros frecuentes. Se han organizado muchísimas actividades para ayudar a sufragar los gastos de los que tenían mayores dificultades para participar. Como ‘pequeño constructor’ de esta JMJ junto a muchos, he aportado mi esfuerzo para motivar a algunas familias a que abriesen sus casas a jóvenes extranjeros en las “Jornadas en las diócesis”. En nuestra zona recibiremos a alrededor de 3.000 jóvenes, especialmente franceses. Luego iremos a Lisboa y daré una mano para el sacramento de la Reconciliación, durante el evento”. Una experiencia concreta que nos da la idea de que ponerse al servicio genera innumerables frutos en las distintas comunidades. “Por ejemplo el descubrimiento de la belleza de trabajar juntos –sigue contando el Padre José– que pienso que los jóvenes de hoy necesitan. También necesitan descubrir el secreto de la felicidad, que radica en el amor verdadero, y en la experiencia, como dice el Papa Francisco, de ‘salir de uno mismo’ y ‘ser con y para los demás’. Ésta es la verdadera unidad”. En este “salir” encontramos la figura de la Virgen María, dispuesta a “levantarse y partir de prisa”, como anuncia el lema de esta JMJ, que va al encuentro de Isabel. Una “invitación al encuentro con Jesús vivo en la familia, en el trabajo, en la vida social y política”, explican Ana y José Maria Raposo, de Lisboa, de la parroquia de Nossa Senhora da Conceição dos Olivais Sul. Ellos, Ana y José, son voluntarios de Dios en el Movimiento de los Focolares, están casados desde hace 45 años, tienen cinco hijos y cuatro nietos y son una de las muchas familias portuguesas que hospedarán en su casa a los jóvenes que serán parte de la JMJ.
“Para que los jóvenes, como María, vivan su vocación, es necesario creer y hacerlos protagonistas, sin olvidar la relación intergeneracional –nos dicen–; hay que creer que ya hoy se cambia el mundo si se cambia el corazón, si se libera la mente, si salimos de nuestra propia zona de confort, si miramos a nuestro alrededor y vemos a Jesús en todos; hay que creer que el mundo unido es posible”. QQ Una experiencia que apunta a este tiempo tan frágil, atiende al otro y toma vigor también gracias al testimonio concreto del que quiere poner esta certeza del amor al servicio, “en la acogida que significa –como explican Ana y José– ser una familia para el que llega. Fue espontáneo para nosotros unirnos enseguida para recibir a los jóvenes peregrinos que participarán en la JMJ. Siempre hemos recibido en nuestra casa a quien lo necesitaba, por estar de paso o de viaje, y los últimos meses han sido también la ocasión para rever algunos aspectos y reorganizar los espacios de manera que los jóvenes que llegan se sientan realmente en casa”. La Jornada Mundial de la Juventud sigue revelándose, aún hoy, como un gran evento de la Iglesia, alrededor del Papa y de los jóvenes de todo el mundo, en donde se hace “Comunidad”. Y ser –como afirma el Padre José Cardoso de Almeida– “un laboratorio del Reino de Dios mismo y la imagen de esa fraternidad universal que deriva del Evangelio”.
Maria Grazia Berretta