Jul 13, 2023 | Sin categorizar
Entrevista al autor sobre su última obra literaria. Un libro pensado para dar esperanza y mantener una fe intacta en el carisma de la unidad. Algunas preguntas al Copresidente del Movimiento de los Focolares acerca de su último libro, publicado por Città Nuova, que lleva el título de “Fidelidad dinámica”. Jesús, empecemos por el título: “Fidelidad dinámica”… He querido usar la expresión que el Papa Francisco ha utilizado en su discurso a los participantes de la Asamblea del Movimiento de los Focolares en el año 2021. Allí él habló de fidelidad dinámica. Para mí es un pensamiento muy cercano al concepto de fidelidad creativa. Con la ventaja de que “dinámica” hace referencia al concepto griego dynamis que quiere decir fuerza de movimiento. Por lo tanto, fidelidad dinámica es una fidelidad en movimiento, que no es estática y ello es muy apreciado por el Papa Francisco. Cuando nos habló a nosotros en otras ocasiones destacó que los movimientos tienen que ser justamente “movimiento”. Entonces me pareció ver en ese título algo más cercano a lo que hoy vivimos en nuestra realidad… El libro está dividido en capítulos. El primero: “palpar el pulso del tiempo”. ¿Cuáles son las perspectivas del carisma de la unidad de Chiara Lubich para el tiempo presente? ¿Cómo actualizar la identidad y la historia del carisma?
Yo creo que el carisma de la unidad de Chiara Lubich es muy actual siempre. Por lo que se refiere a la sinodalidad, el Papa Francisco está insistiendo en que nos descubramos como pueblo de Dios en camino, en donde todos somos protagonistas. Sínodo quiere decir “caminar juntos”. El Papa quiere una Iglesia en donde cada uno dé lo mejor de sí como parte integrante del pueblo de Dios, cuerpo de Cristo. Pues bien, yo pienso que el carisma de la unidad de Chiara Lubich puede aportar mucho en este sentido, con su espiritualidad de comunión, la espiritualidad de la unidad. Por otra parte hoy hay muchos conflictos, guerras, polarizaciones masivas por todas partes –en el campo político, moral y social– y acaso como nunca antes asistimos a contraposiciones que parecen irreconciliables. Creo que en ello el carisma de la unidad también puede dar un gran aporte con su trama dialógica. Por lo tanto, hoy el carisma de la unidad hay que actualizarlo, redescubriendo su verdadera identidad, yendo a lo esencial, al núcleo fundacional del carisma. Esta actualización exige poner en práctica dos momentos, no en sentido cronológico, sino en su sentido profundo. Por una parte escuchar los signos de los tiempos, las preguntas del mundo, de la sociedad contemporánea. Por la otra, ir a fondo, ir a pescar en todos esos recursos que el carisma tiene, algunos de los cuales ni siquiera se han expresado aún. A mí me gusta mucho ese concepto de expresar lo que no ha sido expresado aún, y que está dentro de nosotros. Es así cómo se actualiza la identidad. En una fidelidad dinámica. Al transitar el proceso de purificación de la memoria que estamos viviendo en esta fase post-fundacional, pienso que estamos preparados para dar este paso. La actualización de un carisma se realiza con el aporte de todos y con un cambio de mentalidad, con una forma mentis. Además de la ayuda del Espíritu Santo, ¿qué podemos hacer para realizar todo ello? Sin duda la ayuda del Espíritu Santo es fundamental porque estamos en el contexto de una obra de Dios. Pero para actualizar el carisma se requiere la inteligencia. No en un sentido académico. Sino más en el sentido de la sabiduría. Se necesitan talentos y competencias para escuchar el grito de la humanidad. Es importante lo que se lee en el documento de la Asamblea General del año 2021: hoy la demanda de la humanidad que tenemos que escuchar es el grito de Jesús Abandonado. Por ello, además del Espíritu Santo, necesitamos la inteligencia del carisma y la Sabiduría que llega de la vida. Y no es un ejercicio de laboratorio, un ejercicio académico. Se puede captar el grito de Jesús Abandonado cuando estamos en contacto con el sufrimiento de nuestros contemporáneos. ¿Qué es la “teología del Ideal de la unidad”? ¿Por qué es importante para la fidelidad al carisma? Lo dijo la misma Chiara Lubich, que para el futuro del Movimiento de los Focolares y del carisma sería importante la teología. Ello quiere decir profundizar el carisma de la unidad a la luz de la Revelación, de donde surgió, y de la investigación teológica. Es un ejercicio de inteligencia del carisma que es fundamental, de lo contrario no se encarna, pero sobre todo no se universaliza. Sin la teología del Ideal el carisma se queda en el ámbito del Movimiento. Con una teología del Ideal de la unidad el carisma puede ir afuera también, además de encontrar un fundamento sólido. La teología del Ideal de la unidad ayuda a entenderlo bien para poder transmitirlo a las generaciones futuras. La vida y el testimonio van siempre primero, pero también esta labor es decisiva. La teología del Ideal de la unidad previene de posibles desviaciones. El kerigma original, que está en los Evangelios, necesitó del arduo trabajo de los Padres de la Iglesia, grandes teólogos, para que se salvase en su integridad. Con la actualización, ¿no se corre el riesgo de que el carisma pierda su identidad? Todo lo contrario. Justamente es el hecho de no actualizar lo que hace perder la identidad del carisma, porque la identidad de un carisma es siempre dinámica y creativa. Es cuestión de ser siempre los mismos sin ser nunca lo mismo. Es eso lo que he tratado de expresar. Lo estático justamente hace que se pierda la identidad del carisma porque le hace perder la conexión con la realidad. Para mí esto es muy claro: es necesaria una actualización constante para que el carisma mantenga su identidad. Es lo que Chiara hizo durante toda su vida.
El segundo capítulo: “la casa del conocimiento de sí mismo”, se inspira en una carta de Catalina de Siena. Allí descubrimos nuestros límites, los fracasos, la auto-referencialidad, el rostro de Jesús Abandonado. ¿Qué podemos hacer para superar la “prueba del conocimiento de sí mismo”? El segundo capítulo es fundamental en esta fase que estamos viviendo, en la que hemos tenido que lidiar con nuestros defectos y con nuestros errores en la encarnación del carisma. ¿Qué podemos hacer para superar la prueba? Hay que vivirla hasta el fondo, porque hay que reconocer que no estamos a la altura del carisma. Ninguno de nosotros está a la altura del carisma. De ello surge no una sensación de desaliento, sino por el contrario una nueva confianza en Dios, en el Espíritu Santo, autor del carisma. Por consiguiente, la prueba del conocimiento de sí mismo se supera aceptando la humillación de no estar a la altura y colocando toda nuestra confianza en Dios. El tercer capítulo: “el discernimiento a la luz del carisma de la unidad”. El Papa nos pide que seamos artesanos del discernimiento comunitario. ¿Cómo podemos hacerlo? Y sobre todo, ¿el carisma de la unidad de Chiara Lubich es un carisma en discernimiento? Para el Papa Francisco discernimiento y sinodalidad van de la mano, tanto el discernimiento individual como el comunitario. Es un proceso muy delicado, porque requiere inteligencia, pero sobre todo escucha del Espíritu Santo. El discernimiento nos lo pide todo a nosotros y le pide todo a Dios. Pero ello no es simple, no es un ejercicio de consenso. Es ir a fondo en la búsqueda de la voluntad de Dios en cada momento. Creo que el dinamismo típico del carisma de la unidad, que nosotros llamamos Jesús en medio, que quiere decir ser merecedores de la presencia de Jesús entre nosotros, es un ejercicio de discernimiento. Chiara Lubich lo explicó muy bien: para merecer esa presencia es necesario un desapego completo de nosotros mismos, ponernos a la escucha del Espíritu Santo. Se requiere el amor recíproco. Incluso Chiara elaboró la idea de las relaciones trinitarias, que transforman el discernimiento comunitario en un “discernimiento trinitario”. Cuando apuntamos a tener a Jesús en medio de nosotros, hacemos una experiencia trinitaria, con todas las debilidades y las fragilidades de nuestra humanidad, corporeidad y psicología. Pero la hacemos y allí se da el discernimiento. Esta praxis de las relaciones trinitarias podemos leerla a la luz de la gran idea del Papa Francisco del discernimiento y de la sinodalidad. En el libro tú hablas de dos desviaciones: “el secuestro del Uno” y la “disolución del Uno”. ¿Qué son y cómo evitarlas? Estas tentaciones son realmente dos desviaciones de la espiritualidad de la unidad. En la primera sucede que alguien se adueña de la misión de la Comunidad e incluso de la misión de cada uno. Hay alguien que lo centraliza todo, que sin darse cuenta se apropia del sitio del Espíritu Santo en la dinámica de unidad. En este caso se secuestra el “nosotros”, lo necesario para que cada uno pueda florecer y dar su aporte. Entonces se dan abusos de autoridad, abusos de conciencia y abusos espirituales y por ello es un riesgo muy grande. En la disolución del Uno sucedo lo contrario, se pierde el sentido de la Comunión. Prevalece un individualismo exagerado. Si en el primer caso alguien se adueñaba del nosotros, en este caso desaparece el nosotros y aparece el individualismo de todos. La vida de comunidad se vuelve una organización en donde cada uno busca su espacio, su realización personal. Aquí también desaparece el Espíritu Santo que es dinamismo de la vida cristiana. ¿Cómo evitarlas? Se necesita un momento de autoconciencia: entender los errores que hemos cometido. Simultáneamente hay que volver al Evangelio vivido y a una auténtica vida de unidad. Sobre todo creo que hay que hacerlo con humildad, con la capacidad de descentralizar, con el amor al otro y pensando que la persona siempre es algo absoluto que no puede anularse de ninguna manera. Por lo tanto creo que la solución es un plus de amor, verdad, transparencia y donación concreta en la vida de unidad, en la vida de comunión. La unidad es un regalo del Espíritu, nadie puede secuestrarla con su poder ni disolverla con su individualismo. La unidad es una experiencia de Dios que nos toma por entero. Démonos cuenta de ello. Por último, ¿qué podemos hacer para que todos esos temas del libro no se reduzcan a meras buenas intenciones? Pienso que sería útil hablar de todo esto en las comunidades. Encontrar momentos para leer algunos trozos, tener algún retiro, y hacer un examen de nuestra vida a la luz de esas indicaciones. El libro está pensado para dar esperanza, mantener una fe intacta en el carisma de la unidad, y en caso de haberse extraviado, recuperarla. Mi deseo es que poniendo en común las experiencias podamos hacer resurgir una vida auténtica allí en donde ya no está, porque en muchos sitios la vida florece, hay generatividad y hay muchas cosas bonitas.
Lorenzo Russo
Jul 12, 2023 | Sin categorizar
El sábado 24 de junio de 2023 se celebró en Loppiano (Incisa Valdarno, Florencia) un seminario teológico sobre el tema «Participar/presidir/decidir. Raíz sacramental y dinámica comunional en el camino del pueblo de Dios en misión». Más de treinta estudiosos han aceptado la invitación del Centro Evangelii Gaudium (CEG) del Instituto Universitario Sophia para elaborar una propuesta de revisión del derecho canónico con el fin de reequilibrar – como exhorta el documento base (Instrumentum laboris) de la XIV Asamblea del Sínodo de los Obispos – «la relación entre el principio de autoridad, fuertemente afirmado en la legislación vigente, y el principio de participación». Dado que “no todas las discusiones doctrinales, morales o pastorales – nos asegura el Papa Francisco – deben resolverse con intervenciones del magisterio» (Exh. apostólica Amoris laetizia, n. 3), la escucha del sensus fidelium de todo el pueblo de Dios es decisiva (pastores y fieles) en la variedad de culturas que la componen. El diálogo entre teología y derecho está, por tanto, animado por un proceso sincero de inculturación sin el cual se corre el riesgo real de sentar las bases para una inobservancia práctica de los principios generales enunciados por la Iglesia. «El punto – subraya el profesor Vincenzo Di Pilato, coordinador académico de la CEG – es precisamente esto: ¿cómo hacer efectiva la participación activa de todos los fieles dentro de nuestras asambleas sinodales? ¿Seguirá siendo solo de asesoramiento? ¿O también será deliberativo? ¿Significará esto llegar a una negociación para una “concesión” jurídica o “reconocer” la capacidad de decisión del sujeto colectivo de la acción eclesial tal como emerge de la eclesiología del Vaticano II y del magisterio posconciliar? ¿Y será necesaria, por tanto, una actualización del Código de Derecho Canónico?».
En el saludo inicial a los participantes, el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo, destacó cómo el camino sinodal entra en una nueva etapa: está llamado a convertirse en una dinámica generativa y no simplemente en un acontecimiento entre otros. En efecto, no se puede escuchar al Espíritu Santo sin escuchar al pueblo santo de Dios en esa “reciprocidad” que lo constituye “Cuerpo de Cristo”. En este vínculo de comunión toma forma esa particular metodología de conversación en el Espíritu, bien descrita con ocasión de la presentación del Instrumentum laboris. De ahí la necesidad, mencionada varias veces por el cardenal Grech, para articular mejor el principio de restitución. En otras palabras, esto significa que la unidad del proceso sinodal está garantizada por el hecho de que vuelve a donde empezó, a la Iglesia particular, y es un momento importante de “reconocimiento” de lo que ha madurado en la escucha de lo que el Espíritu dice hoy en la Iglesia. El camino sinodal parece, pues, presentarse como un momento significativo de la vida eclesial, capaz de estimular y activar el impulso creativo y de anuncio evangélico que nace del redescubrimiento de la relación con Dios que inerva la relación entre los creyentes, y también como signo de un contexto cultural en el que habita un grito silencioso de fraternidad en la búsqueda del bien común. Si en el informe “Los problemas de sinodalidad entre eclesiología y derecho canónico” del profesor Severino Dianich, surgió la recuperación de la eclesiología paulina del ser-cuerpo de Cristo y la puesta en valor de la coesencialidad dinámica de los dones jerárquicos y carismáticos; para el profesor Alphonse Borras, este punto de inflexión necesita una aclaración canónica, que perfile una práctica procesal flexible, capaz de acompañar los procesos de toma de decisiones y de participación a través de los diversos organismos ya previstos (consejo episcopal, consejo presbiteral, pastoral diocesana, pastoral parroquial…). El cardenal Francesco Coccopalmerio, ex presidente del Pontificio Consejo para los textos legislativos, siguió esta línea en su discurso “Sinodalidad eclesial: ¿es concebible una rápida transición de consultiva a deliberativa?”. A su juicio, es posible encontrar una clara definición de sinodalidad en el derecho canónico, entendida como la “comunión de pastores y fieles en el ejercicio de la actividad de reconocer cuál es el bien de la Iglesia y en la capacidad de decidir cómo ponerlo en práctica”. Al final del seminario, muchos hicieron la propuesta de dar a conocer los resultados alcanzados a través de la publicación de las intervenciones. El CEG está trabajando para garantizar que esto suceda en septiembre como una contribución adicional al próximo Sínodo.
Antonio Bergamo
Jun 27, 2023 | Sin categorizar
El nivel alcanzado por la inteligencia artificial nos enfrenta a nuevas cuestiones éticas: ¿cómo promover el desarrollo tecnológico a escala humana? Call to action (llamada a la acción) para desarrolladores e innovadores del mundo digital. Un horizonte que nos concierne a todos. Junio de 2023, Instituto Universitario Sophia: en la pantalla del Aula Magna, una presentadora digital abre elegantemente el seminario “Hacia un juramento digital / Towards a Digital Oath”. Estamos cruzando un umbral: los preparativos comenzaron hace
algún tiempo, pero la aceleración de los últimos meses dice algo nuevo. Promovido por una plataforma de protagonistas -el centro de investigación Sophia Global Studies, el Movimento Politico per l’Unità, NetOne, New Humanity y Digital Oath-, la cita pretende abordar los temas más urgentes del mundo digital desde diferentes perspectivas: filosófica, tecnológica, ética, social, política, hasta debatir la propuesta de un “juramento” que podría representar para los profesionales del mundo digital un análogo del Juramento Hipocrático para los médicos. ¿Dónde surge esta necesidad? ¿Con qué objetivos? El mundo tecnológico tiende a cambiar rápidamente y, cada vez con más frecuencia, a una velocidad superior a nuestra capacidad de adaptación. La complejidad de las máquinas y sistemas que estructuran la realidad afecta no solo nuestra forma de vida, sino también la forma en que vemos el mundo y pensamos en el futuro. El nivel alcanzado por las “inteligencias artificiales” – IA, ve surgir, junto al entusiasmo por sus capacidades operativas, una preocupación general por las nuevas posibilidades que abren estos sistemas y los efectos que pueden derivar de su uso malicioso. La reciente difusión de ChatGPT (noviembre de 2022) y todos sus derivados ha acercado masivamente la IA a nuestra vida cotidiana, dando lugar a nuevas preguntas de sentido vinculadas a la comprensión de lo que es humano y lo que no lo es.
En el panorama mundial, la evolución de estos dispositivos ha producido cierta desorientación, no sólo porque su uso aparece al alcance de todos, sino sobre todo porque demuestran que hacen algo que antes era prerrogativa de los seres humanos, con capacidades cuantitativamente superiores. El hecho de que nos encontremos ante sistemas que no son “inteligentes” en el sentido humano del término y que gestionan su base de conocimientos mediante cálculos estadísticos no cambia el resultado final: la sensación de no ser ya los autores de opciones fundamentales, cuestionados por las máquinas que son un poco menos “herramientas” y un poco más “compañeros de trabajo”. A estas preguntas, el seminario “Hacia un juramento digital / Towards a Digital Oath” agregó un tema central: cuestionarse sobre la ética de las tecnologías es cuestionar lo humano. De hecho, es opinión de muchos considerar el desarrollo tecnológico como la actividad humana que más nos caracteriza. Efectivamente, las tecnologías digitales, y la IA en particular, son las que más reflejan, como en un espejo, nuestra forma de ser y entender la existencia. Las crisis del siglo pasado (valores, medioambiental, social y política) están íntimamente relacionadas con ellas y nos dicen que el desarrollo tecnológico debe ir acompañado de un compromiso educativo igualmente decidido, para que cualquier forma de progreso pueda estar guiada por una conciencia ética más profunda. El sentido de un “juramento” para el mundo digital va exactamente en esta dirección. El programa del seminario de principios de junio reunió a expertos cualificados (link al programa). Después de una primera visión general de las tecnologías digitales actuales, el debate exploró los riesgos y las regulaciones asociadas a su uso en Italia y en la Unión Europea, en los EE. UU., en Brasil y en China, entrelazando soluciones tecnológicas con cuestiones políticas, reflexiones filosóficas con fenómenos sociales.
«Es necesario hacer visible y suscribir un compromiso concreto y universalmente compartido – explica Fadi Chehadé, ex director ejecutivo de ICANN (Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números) y promotor del “juramento” por una ética del mundo digital, profesor invitado en el Instituto Sophia, con el que los desarrolladores, técnicos y usuarios de tecnologías digitales pueden anclar firmemente su trabajo en un enfoque centrado en el ser humano». Fadi Chehadé acompaña las primeras etapas del camino desde noviembre de 2019, cuando un primer grupo se reunió en Trento (Italia) para dar forma al proyecto. Posteriormente, el grupo promotor involucró a académicos de varios países y participó en la consulta pública promovida por la ONU para el Pacto Mundial Digital 2024. Hoy el propósito del Juramento Digital es preciso: sugerir lineamientos y motivar éticamente a los desarrolladores e innovadores del mundo digital a enfocarse en la dignidad y calidad de vida de las personas y comunidades, el sentido humano de la existencia, el respeto por los derechos fundamentales y el medio ambiente. “La propuesta de traducir, por así decirlo, el Juramento Hipocrático para el mundo digital – recordaron los impulsores del congreso – ya ha surgido en varios estudios internacionales, que subrayan la urgencia del tema y la responsabilidad de quienes crean y gestionan lo digital y gestionan datos. El pensamiento no va solo a las nuevas redes neuronales sino también a las redes sociales, o criptomonedas… Nuestro trabajo se suma al de otras redes: ahora es necesario unir fuerzas para una coalición entre las universidades, el sector privado y las organizaciones comprometidas con la redacción de un código de ética, un protocolo de autorregulación del que se puedan beneficiar las personas, la sociedad y el medio ambiente”. En el nuevo sitio de Digital Oath hay una redacción inicial del juramento disponible para todos y las firmas están llegando; el texto está abierto a sugerencias y modificaciones con elaboración progresiva. Próximamente, el sitio incluirá también las grabaciones y documentos del Seminario. Aunque el camino sea ciertamente cuesta arriba, somos muchos los que caminamos: es un horizonte que nos concierne a todos.
Andrea Galluzzi
Jun 23, 2023 | Sin categorizar
La Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa ha llevado a cabo su sesión plenaria número 15 del 1 al 7 de junio de 2023 en Alejandría (Egipto), huésped del Patriarcado greco-ortodoxo de Alejandría y de toda África, alcanzando un acuerdo sobre un nuevo documento llamado “Sinodalidad y Primado en el segundo milenio y hoy”. Nuestra entrevista al teólogo Piero Coda, presente en el encuentro. Mons. Coda, ¿podría decirnos qué momento ha sido, quién ha participado y cuál es el objetivo primordial? Se realizó la 15° Sesión plenaria de la “Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa. Tuvo lugar en Alejandría (Egipto), bajo la presidencia del Metropolita Job de Pisidia (Patriarcado Ecuménico de Constantinopla) y del Cardenal Kurt Koch (Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos), con la cordial hospitalidad del Patriarca de Alejandría, Theodoros II. Consistía en llevar a término la etapa del diálogo inaugurada por el documento de Rávena (2007). Éste preveía –tras la elaboración del cuadro teológico compartido por Ortodoxos y Católicos acerca de la interdependencia en la vida de la Iglesia de sinodalidad y primado– el examen histórico de la situación vivida en el primer milenio, propuesto por el documento de Chieti (2016). Todo ello con el fin de alcanzar la descripción de la situación vivida en el segundo milenio, objeto del documento aprobado en Alejandría. Por las conocidas vicisitudes que convulsionan al mundo ortodoxo, el Patriarcado de Rusia abandonó los trabajos de la Comisión. También estuvieron ausentes en Alejandría los representantes de los Patriarcados de Antioquía, de Bulgaria y de Serbia, pero estaban presentes las restantes diez delegaciones de los demás Patriarcados (Constantinopla, Alejandría, Jerusalén, Rumania, Georgia) e Iglesias autocéfalas (Chipre, Grecia, Polonia, Albania, República Checa y Eslovaquia). ¿En qué términos es posible hablar de Sinodalidad en ámbito ecuménico y qué consideraciones han surgido teniendo en cuenta el pasado?
El tema está ilustrado en la Introducción: “El presente documento considera la convulsionada historia del segundo milenio (…), se compromete a dar –en la medida de lo posible– una lectura común de esa historia y ofrece a los Ortodoxos y a los Católicos la oportunidad de explicarse recíprocamente acerca de varios puntos, como así también promover la mutua comprensión y la confianza que son requisitos esenciales para la reconciliación empezando el tercer milenio. El resultado es una inteligencia más clara y compartida de las razones que han llevado –no raramente por motivos de naturaleza histórico-política más que teológica– a incentivar una distancia que no sólo impidió los intentos de reconciliación hechos a lo largo de los siglos y el deseo de alcanzar un buen resultado, sino que además exasperó la interpretación polémica respecto de la otra parte y la rigidez apologética de la propia posición. Hay que registrar el valor que tiene la apertura a una situación nueva marcada por el acercamiento que se produjo en el siglo XX. Ello propicia una más pertinente valoración del efectivo significado y peso teológico de lo que aún impide la plena y visible unidad. ¿Cuáles son las perspectivas futuras? El documento hace hincapié en que son decisivos el “retorno a las fuentes” de la fe y la estrategia del diálogo de la caridad entre las “Iglesias hermanas”, promovido todo ello por Paulo VI y el Patriarca Athenágoras (en la línea del Vaticano II). También es importante el actual compromiso de la Iglesia Católica, incentivado tenazmente por el Papa Francisco, en redescubrir y reactivar el principio de la sinodalidad, que estimula la esperanza. ¿Hacia dónde apuntar la mirada? El documento hace una precisión diciendo que “la Iglesia no está concebida correctamente como una pirámide, con un primado que la gobierna desde lo alto, pero tampoco se la comprende correctamente con una federación de Iglesias autosuficientes. Nuestro estudio histórico de la sinodalidad y del primado en el segundo milenio ha mostrado lo inadecuado de ambas visiones. En el mismo sentido, es claro que para los Católicos la sinodalidad no es meramente consultiva y para los Ortodoxos el primado no es meramente honorífico”. Entonces, la interdependencia entre sinodalidad y primado –éste es el punto firme adquirido– es “un principio fundamental en la vida de la Iglesia. El mismo está intrínsecamente relacionado con el servicio de la Iglesia a nivel local, regional y universal. Sin embargo, el principio debe ser aplicado en específicos contextos históricos (…); lo que se requiere en las actuales circunstancias es una nueva y correcta aplicación del mismo principio”. Esta perspectiva allana el terreno para proseguir en el camino y continuar con la apertura de una fase nueva.
Carlos Mana e Maria Grazia Berretta (fotos: ©Dicastero per la promozione dell’Unità dei cristiani)
Jun 16, 2023 | Sin categorizar
Dejar que Dios habite en nosotros: éste es el punto de partida para custodiar y dar testimonio con alegría del valor inestimable de la unidad y de la paz, en la caridad y en la verdad; para enriquecerse y ser semillas de bien y de hermandad para el mundo. Sin medir el odio Vivo en una pequeña ciudad de Ucrania, en el límite con Eslovaquia. Aquí no llegan bombas, pero sí llegan sus tremendas consecuencias: gente desplazada, con sus carencias; la necesidad de linternas, velas, medicamentos, abrigo… Una gran oscuridad ha invadido nuestra tierra. Las noticias de los que traicionan, de los que se enriquecen en estas dramáticas situaciones, o de los que se aprovechan de los demás, los chacales… están a la orden del día. Cuando el mal triunfa, no tiene reglas, ni límites. Pero a pesar de todo, también vemos otra cosa: gente que se siente partícipe del dolor de los demás y busca soluciones. Se percibe la necesidad del calor de la familia, de la protección y la solidaridad. Asisto a esta paradoja de una guerra del mal y del triunfo del bien. Nos contamos la historia de Chiara Lubich y de sus primeras seguidoras; ellas también empezaron durante una guerra y no midieron el odio que había, sino que encendieron el bien y luego lo esparcieron por todas partes. Realmente las fuerzas del mal no prevalecerán. Nuestra gratitud es una verdadera oración que se levanta hasta el cielo como un canto de alabanza a Dios que es Amor. (S.P. – Ucrania) Una cadena de amor En la sala de espera de mi negocio, entre las clientes, el intercambio de noticias es una costumbre, y como desde hacía tiempo no veía a una anciana, la señora Adela, que periódicamente venía a vernos, pregunté por ella a una de las señoras. De esa manera me enteré de que Adela estaba gravemente enferma. Impulsada por el deseo de volver a verla, un día decidí ir a visitarla. Encontré a la señora Adela sola y sin parientes, en un estado de completo abandono y enseguida lancé un pedido de ayuda, buscando a alguien que pudiera hacerle compañía. Muy pronto tres clientes respondieron y se comprometieron positivamente. Nació así una hermosa competencia hasta que el hijo de una de ellas hizo de todo para que pudiera ingresar en una casa que le ofrecía asistencia y atención médica. Yo también me ofrecí para prestar mis servicios como peluquera, no sólo para Adela sino también para todas las que lo quisieran. La historia de Adela me demostró que es suficiente empezar con actos concretos de caridad; la cadena del amor se pone en marcha con mayor velocidad y eficazmente. (F.d.R. – Italia) Una escuela de solidaridad En el desierto, en las afueras de la ciudad de Egipto en donde me encuentro, viven 1000 personas enfermas de lepra. Hasta hace algunos años nadie sabía de esa colonia. Fuimos para verificar la situación y descubrimos que carecían de todo. Ni siquiera los médicos iban a verlos. Acordé la acción con la Caritas, abrimos nuestro grupo a otros jóvenes cristianos y musulmanes con los que vamos allí en los días libres del trabajo. Dos de nosotros, estudiantes de medicina, se ocupan de la asistencia médica, para lo cual se informaron sobre los nuevos métodos de tratamiento de la lepra. Otros pusieron a disposición su tiempo para pintar las casas y hacerlas más habitables. Un joven periodista publicó algunos artículos en varios periódicos y revistas con la finalidad de informar y sensibilizar al problema a la mayor cantidad de personas posible. Sobre todo nos dimos cuenta de que los enfermos de esa colonia necesitan que alguien los escuche, ya que eso es casi más importante que los medicamentos. Esta experiencia ha sido para cada uno de nosotros un verdadero aprendizaje: nos ha hecho entender que cada uno de nosotros puede dar su aporte en función de los demás. (H.F.S.- Egipto)
A cargo de Maria Grazia Berretta
(extraído de Il Vangelo del Giorno, Città Nuova, año IX – número 1, mayo-junio de 2023)