Dic 27, 2022 | Sin categorizar
La oración no es sólo el mejor camino para buscar a Dios, sino que, sobre todo, es estar disponible para ser encontrados por Él. De esta experiencia de gracia deriva nuestra fuerza y es precisamente en la oración que algunos jóvenes del Perú, ante una situación dolorosa, ha encontrado la respuesta. ¿Cómo vivir la oración? Este es el tema sobre el que las comunidades del Movimiento de los Focolares están llamadas a reflexionar este año y que también protagonizó el 13 de noviembre de 2022, durante la jornada Gen2day, que involucró las realidades juveniles del Movimiento de los Focolares, conectadas en directo desde muchas partes del mundo. Muchas experiencias sobre la importancia de la oración. Entre estas está la de un grupo de Gen de Arequipa (Perú), contada por un video a través de las palabras de Verónica, Alejandra, Anel y Katy. “Queremos compartir una experiencia de amor, unidad y oración que hemos vivido recientemente y que concierne en particular a una gen, nuestra gran amiga Pierina. Una semana después de su cumpleaños, sucedió algo inesperado, una noticia que conmocionó a todos: Pierina enfermó con consecuencias muy graves. Inmediatamente, entendimos la gravedad de la situación y que sería un proceso largo y delicado. Estábamos muy preocupados y sentíamos que teníamos las manos atadas. ¿Qué hacer? De repente nació de nuestros corazones la idea de rezar un rosario y una oración a la beata Chiara Luce Badano por la salud de Pierina. Junto con la comunidad de los Focolares de Arequipa empezamos a reunirnos todos los días a las 8 o 9 de la noche vía web. Pudimos observar cómo, lentamente, este momento juntos fue dando frutos inesperados, incluso en nosotros. Cada noche este rosario era nuestra fuerza. Aunque la situación seguía siendo complicada, pusimos todo en manos de Dios: la salud de Pierina, su recuperación y también la fuerza para la familia. Han pasado los meses y ha sido muy bonito ver como Pierina salía de terapia intensiva y luego comenzaba una lenta recuperación. Nos pareció una señal de que esta oración debía continuar. Nos dimos cuenta de que este espacio precioso que nos habíamos propuesto se había convertido en un momento para experimentar la unidad entre nosotros, en el que cada miembro podía no solo confiar la vida de Pierina a Dios, sino también traer sus dolores, sus dificultades, compartir y descubrir la belleza del encuentro con Dios. Ha sido una experiencia muy hermosa, que hasta el día de hoy es una fuerza para todos nosotros”.
Maria Grazia Berretta
Dic 23, 2022 | Sin categorizar
El Adviento es un tiempo de recogimiento, de espera y es un tiempo que nos despierta del adormecimiento, sorprendiéndonos con la encarnación de un Dios que se hace “pequeño” para venir a vivir en medio nuestro. El misterio de la Navidad nos lleva a lo concreto, a acoger a Jesús niño que en nuestra vida nos abre la posibilidad de convertirnos nuevamente y mirar con gratitud nuestra cotidianidad. Una caridad siempre nueva Desde que estalló el conflicto en Ucrania nos comprometimos a recoger alimentos y ropa y a acoger a los refugiados. En la parroquia empezó una cadena de oración por la paz. Nosotros acogimos a una madre de familia ucraniana con dos hijos. Por el idioma, que tiene una raíz eslava, no tuvimos mucho problema, a pesar de que mezclado con el inglés hablábamos una especie de esperanto… pero ¿cómo ayudar a organizar la vida a personas completamente desorientadas? En nuestra familia ya somos cinco y para acoger a los huéspedes le pedimos ayuda a parientes y amigos. Teníamos que organizar también los espacios, era una experiencia que nunca habíamos hecho. Después de los primeros días, fáciles por la novedad, pero difíciles por el resto, notamos en nuestros hijos, todos adolescentes, un sentido de responsabilidad que antes no habían demostrado, ayudaban en los quehaceres de la casa, con las compras, llevando al médico a alguno, enseñándoles algunas palabras en eslovaco, a cocinar, a planchar. Comprendimos el dolor de nuestros huéspedes, la incertidumbre y la falta de un horizonte y que compartir este dolor sordo no era solo un buen modo de ayudar a alguien, sino que nos ayuda a nosotros a vivir mejor nuestra fe y a transformarla en caridad siempre nueva. (J. y K. – Eslovaquia) Dios te visita Cuando quedé viudo, no encontraba ningún punto de referencia para el futuro. Nuestras dos hijas, ya no vivían en casa y tenían una vida por delante. ¿y si me volvía a casar? Pero, mi problema no era la falta de compañía, sino un gran interrogante sobre el sentido de la vida. Comencé a tomar licor, cada vez más. Un día tocó a mi puerta un chico de Bangladesh que vendía calcetines. Viéndome en estado catastrófico, se ofreció para acomodar la cocina y se puso a lavar un montón de platos y trastes hasta crear un aspecto ordenado. Mientras tomaba el café que me había preparado, le pregunté más sobre él. Estaba en Austria para tratar de sostener a sus padres ancianos y a su hermano enfermo. En resumen, después de pocos días se vio a vivir conmigo. Además de darme una mano con las labores de casa, le busqué otros trabajitos con amigos. Cuando veía que me dejaba llevar por la angustia, ese muchacho sencillo y bueno trataba de distraerme. Puedo decir que me salvó la vida. A través de él, siento que Dios vino a mí, vino para visitarme. (F.H. – Austria)
A cargo de Maria Grazia Berretta
(Tomado de “Il Vangelo del Giorno” (El Evangelio del día), Città Nuova, año VIII, n.2, noviembre-diciembre 2022)
Dic 14, 2022 | Sin categorizar
La fidelidad de Dios es inquebrantable, como una roca, y ésta es la revelación salvífica no sólo para el pueblo de Israel tras el exilio como anuncia Isaías, sino también para cada uno de nosotros. Por lo tanto, confiar en el Señor quiere decir construir nuestra existencia yendo a la raíz, porque cuanto más profundos son los cimientos tanto más se podrá construir hacia arriba; tanto más confiaremos en él y más sólidos serán nuestros gestos también. Tensiones en la familia Cuando mi hermano D., enojado por cómo lo había tratado R. (otro de mis hermanos), dijo que ya no quería verlo más, pensé que a nuestra edad (todos tenemos más de 70 años) tendríamos que tener más compasión. De allí surgió la idea de reunir a la familia con la excusa de un picnic en Jells Park, en un terreno neutro. Pero ese día, en que se había fijado el encuentro, no apareció. No me quedó más que rezar pidiendo que su corazón obstinado se ablandara. Algunos días más tarde lo llamé por teléfono. Me di cuenta de que no estaba bien y de que no se estaba alimentando. Le aseguré que le llevaría un buen plato de comida. Cuando llegué a su casa y empezamos a hablar, se lo veía agradecido sobre todo porque no lo había juzgado. Luego, estando yo de regreso en mi casa, lo llamé a D. para contarle y él se demostró dispuesto a ir a visitar a su hermano si yo organizaba algo. Cuando nos encontramos, el domingo siguiente, al principio se notaba un cierto empacho en ellos, pero al rato empezaron a hablar con normalidad. Al final R. quiso que nos quedáramos a cenar. Me quedé muy contento con el resultado y espero que mi pequeño aporte pueda sanar ciertas tensiones en la familia. (Gill – Australia) La propina Antes del reciente aumento de los sueldos para los médicos y el personal de la salud, era praxis en Hungría darles a los médicos una propina según el servicio que prestaban, como una tasa preestablecida. Como jefe de cirugía, por mis principios, no me agradaba esta modalidad. Sobre todo porque sabía que muchos pacientes, carentes de medios económicos, pedían prestados los florines para los médicos. Por ello rechazaba esa idea, por más que todos lo hicieran, hasta que una colega me hizo notar que el hecho de no aceptar la propina podía ser interpretado por mis pacientes como un signo de que yo no haría bien la operación. Un día, viendo a una señora mayor sacar de su cartera el ya acostumbrado sobre para mí, le dije: “Yo como médico estoy a su servicio y me pagan por lo que hago, pero si Ud. se queda más tranquila si acepto este regalo, le propongo que se lo haga llegar a una familia necesitada”. Ella se quedó pensativa un rato, y después me tomó la mano: “Doctor, lo que me está diciendo me da la garantía de que Ud. piensa verdaderamente en la gente. Le agradezco y, si está de acuerdo, me gustaría ayudar, junto con usted, a alguien que se encuentra en necesidad”. (P.M. – Hungría)
A cargo de Maria Grazia Berretta
(extraído de “Il Vangelo del Giorno”, Città Nuova, año VIII, número 2, noviembre-diciembre de 2022)
Dic 3, 2022 | Sin categorizar
El 21 de noviembre de 2022 en el Centro Internacional del Movimiento de los Focolares (Rocca di Papa-Italia) se llevó a cabo el encuentro “Pueblo de Dios, punto de encuentro de la diversidad. Muchos nudos, una sola red”, que reunía las diferentes realidades eclesiales vinculadas al carisma de la unidad. “Somos una porción de la Iglesia con diferentes colores, con diferentes matices de color; tantos colores como carismas, ministerios, territorios de origen, pueblos. Nuestra tarea es crear unidad en esta diversidad, sobre todo crear comunidades en las que se viva plenamente el Evangelio”. Son palabras de la hermana Tiziana Longhitano, de la congregación de las hermanas franciscanas de los pobres, responsable del Centro de las consagradas, adherentes al Movimiento de los Focolares, una de las muchas participantes presentes en el encuentro “Pueblo de Dios, punto de encuentro de la diversidad. Muchos nudos, una sola red”, que se celebró el pasado 21 de noviembre y que reunió a personas de varios países y diferentes vocaciones, unas cuarenta en forma presencial y unas 600 conectadas vía zoom. Un momento para compartir, para entender cuáles son los pasos a dar, mirando juntos el hermoso camino de estos años, que comenzó en abril de 1982, en el Aula Nervi, en el Vaticano, con el congreso “El Sacerdote hoy, el religioso hoy”. Aquella cita contó con la participación de unos 7.000 sacerdotes y religiosos que, a través de testimonios de todo el mundo, destacaron los frutos del encuentro del carisma de la unidad y la renovación suscitada en muchas comunidades religiosas y parroquias. Hoy muchas realidades continúan cosechando esos frutos, síntoma de un proceso en curso, no sólo dentro del Movimiento de los Focolares, sino en toda la Iglesia; realidades iluminadas por una “profecía”, como definió Margaret Karram, presidente del Movimiento de los Focolares, en su discurso, “una profecía que se ha abierto camino y sigue madurando para convertirse cada vez más en una realidad (esperamos) compartida y practicada en toda la Iglesia”. A lo largo de estos 40 años, diócesis, parroquias, sacerdotes y diversas comunidades carismáticas han compartido experiencias, generado comunidades a la luz del carisma de la unidad, presentándose ya no como piezas individuales de la Iglesia sino como un solo cuerpo, un pueblo que vive la cultura de comunión, de escucha y de caminar juntos. Basta pensar en el importante desarrollo que ha tenido el Movimiento Parroquial y el Movimiento Diocesano en los últimos años y el compromiso de sacerdotes, religiosos, consagrados y laicos en el Camino Sinodal. Muchas experiencias contadas durante este evento. Desde Brasil, Desi, focolarina casada, y Matheus, seminarista, cuentan cómo el llamado a la sinodalidad y el llamado a trabajar en sinergia con todas las realidades del Movimiento de los Focolares han llevado al nacimiento de varios Congresos pastorales que han puesto al centro la escucha, el conocimiento y la formación: “nuestros corazones se ensanchan hacia aquello a lo que estamos llamados: ‘Para que todos sean UNO’, dice Desi. Por otro lado, de Ecuador nos llega el testimonio del Nuncio Apostólico, Mons. Andrés Carrascosa, y de algunos sacerdotes de la Arquidiócesis de Quito que, después de unos ejercicios espirituales, han desarrollado el deseo de dar vida a un grupo para poder meditar en la Palabra de Vida: “He hecho una experiencia más profunda de la Palabra, dice el padre Ramiro Ramírez, la hice más viva en mí, he aprendido a comprender mejor el Evangelio (…) y esto también con mis compañeros sacerdotes (…). El padre Charles Serrano agrega: “Sabía que habría una reunión de unos 15 sacerdotes y que también estaría el Nuncio, pero cuando llegué encontré sacerdotes necesitados de curación, con fragilidad, con dolores y con el corazón roto. Yo también llegué así (…). Aunque la primera vez que asistí dije que ni loco volvería, ahora creo que estoy loco, porque el segundo martes de cada mes no veo la hora de volver (…)”. Una Iglesia, la de hoy, que necesita experimentar la fraternidad para fortalecerse “formando, de hecho, un pueblo al servicio del Reino de Dios, en favor de la vida, allí donde más grita”, como dice la hermana Maria Inês Vieira Ribeiro, conectada desde Aparecida (Brasil). La diversidad de cada realidad se convierte en la verdadera riqueza de la Iglesia que, a pesar de los esfuerzos de este tiempo, mira a sus hijos como los posibles santos del mañana. Es la experiencia de los jóvenes del Movimiento Carismas para la Unidad que, después de haber conocido el ideal de Chiara Lubich, quieren poner en contacto el carisma de cada uno con el del otro. De ahí que, durante la pandemia, nació “Santos juntos, como en el Cielo así en la Tierra”, una serie de encuentros vía zoom, un laboratorio, para compartir experiencias, poner en práctica el Evangelio y animarse recíprocamente a vivir la propia consagración con entusiasmo.
Maria Grazia Berretta
Para ver el encuentro completo haga clic en: (3) POPOLO DI DIO, CROCEVIA DELLE DIVERSITA’ – YouTube
Nov 25, 2022 | Sin categorizar
Esta es una de las páginas del diario de Irene, una jovencísima redactora de Teens, una revista del grupo Ciudad Nueva, hecha por los chicos para los chicos. A través de sus ojos y sus palabras, la historia de un viaje a una tierra marcada por las divisiones y su encuentro con el proyecto “Armonía entre los pueblos”, que a través del arte y la danza difunde belleza y esperanza a las nuevas generaciones de Belén. https://www.youtube.com/watch?v=79XjDZ_Gqi0