Jul 2, 2015 | Focolare Worldwide
https://vimeo.com/132331626 Quienes experimentan los efectos de la Economía de Comunión (EdC), afirman que se trata de una forma de vivir, además de ser una manera de administrar una empresa. Tal vez es precisamente por esto que las más variadas empresas deciden administrar la propia actividad según el espíritu de EdC. Complex Projekt, que se desempeña en el diseño y la construcción de carreteras, autopistas, puentes, es una de ellas. Cuando, a principios de los años ’90, nació en Brasil la EdC, la empresa polaca atravesaba una situación muy difícil. La caída del régimen comunista generaba fuertes dudas e inseguridades y la transición al sistema capitalista suscitaba un sinnúmero de preguntas y mucha desconfianza. El concepto mismo de propiedad creaba en los empresarios inquietudes y desazón interior. Andrzej Miłkowski, presidente de Complex Projekt, encontró en la EdC la respuesta a su necesidad de «liberarse de la presión de la propiedad», como él mismo advertía. Gracias a la EdC descubrió que era «simplemente un administrador» y que –sus palabras son, comprensibles en dicho contexto – «el propietario de la empresa era Dios». Así que Milkowski se dio cuenta de que es el capital humano lo que más cuenta en la empresa. Una buena administración, afirma, depende de los valores en los que se cree. En su caso se trataba de los valores evangélicos, puestos en práctica aplicando la enseñanza de S. Juan Pablo II: “ser más que hablar”. Éste es un lenguaje que podría parecer ajeno al mundo de la empresa, pero que a la larga ha marcado realmente la diferencia en Complex Project. «Nuestro trabajo consiste en realizar proyectos complejos de infraestructura y esto comporta una elevada responsabilidad – explica Milkowski. En la propuesta de EdC encontré la necesaria libertad interior y la distancia de mí mismo, valores que me han llevado a tomar decisiones ya no sólo mías, sino que eran fruto de objetivos compartidos. Decisiones que luego demostraban ser las correctas para el desarrollo de la empresa». Milkowski cuenta que con los colegas y el personal tratan de vivir teniendo como fundamento el respeto recíproco, buscan difundir una atmósfera de confianza y ponen en primer lugar las relaciones interpersonales. De hecho, en el reglamento interno se menciona la Regla de Oro presente en casi todos los textos sagrados de las distintas religiones: ‘Todo lo que quieran que los hombres les hagan a ustedes, háganles de igual manera a ellos’, «es como una oportunidad – explica el presidente – para que cada empleado haga sus elecciones con libertad».
Hace 2 años Andrzej Miłkowski empezó a pasar gradualmente la administración de la empresa a su hijo Stanisław. También este cambio generacional se está dando a la luz de los valores adquiridos en estos años. «Pienso – reflexiona Andrzej – que éste es el resultado del estilo de vida laboral que todos en la empresa, el personal y los administrativos, recibimos de Dios. Si cada día hacemos el intento, aunque pequeño, de vivir los valores evangélicos, practicando la oración y acercándonos a la Eucaristía – concluye el empresario polaco – recibimos del Creador un ‘algo más’ de capacidad también ante los problemas que comporta el diseño de los proyectos, como también en la resolución de cuestiones profesionales y familiares; y para escuchar y hablar. Así construimos el Reino de Dios… y lo demás se nos dará por añadidura. Esto lo experimentamos cada día. En efecto, a pesar de la crisis, la empresa sigue desarrollándose y creciendo».
Jul 1, 2015 | Focolare Worldwide
Jun 30, 2015 | Focolare Worldwide
«Cuando hablamos de emigración, los números dicen más que las palabras: de un informe publicado en octubre de 2014, se deduce que en el mundo somos 7.124 millones de personas. Si la riqueza se repartiera equitativamente, cada persona poseería un promedio de renta anual de casi 14.000 dólares norteamericanos. Pero la realidad es que 2.700 millones de personas tienen una renta de 2 dólares y medio al día. Ahora, esta desigualdad económica, que es una desigualdad social, tiene un impacto muy fuerte en el fenómeno de la emigración: pueblos enteros se trasladan hacia países más ricos» ¿Quién es el emigrante? En el 2013, la ONU consideró que en el mundo se trasladaron 232 millones de personas. Y define al emigrante como “una persona que deja su propio país por motivos de trabajo y se establece en otro lugar por un período superior a 12 meses”. «Es la única definición que existe… que considero incompleta – subraya Flavia Cerino-. En efecto, están los refugiados (aquellos que precisan un asilo político en otro país), los prófugos que huyen de situaciones de guerra, los llamados “clandestinos” (que se trasladan sin tener un documento idóneo para entrar en otro Estado). Y las razones son también muy variadas: guerra, pobreza, estudio, intereses culturales, catástrofes naturales… Por lo tanto las condiciones humanas que se definen con la palabra, emigrante, son muy distintas». ¿Cuáles son las palabras que más se repiten en los informes de los trabajos de grupo que se realizaron durante la Escuela Internacional de Humanidad Nueva en la que se trató este tema? Durante los talleres hubo expresiones muy evidentes. «La primera es “miedo”; un miedo a algo diferente de mí mismo – continúa Cerino-. En realidad la diversidad (lo vemos en la naturaleza, también la diversidad biológica) es una gran riqueza. Perdiéndola estaríamos destinados a la extinción. Hay que considerar obviamente el miedo que nace de la inseguridad y que nos lleva al tema del orden público, de la seguridad nacional. Una cosa, por lo tanto, es el orden público y otra cosa es el miedo a la diversidad. Otro aspecto que se repitió frecuentemente es el de la familia. El emigrante que se va sólo dejando la familia, difícilmente describe las dificultades que encuentra para no preocupar a sus seres queridos. En cambio, tendría que lograr contarle a su familia la situación real en que vive, para que tengan un conocimiento global de lo que implica emigrar, también en vista a la reunificación de la familia, porque en general las familias aspiran permanecer juntas. Otra palabra repetida en los talleres fue: interculturalismo. Esto es la capacidad de superar el miedo de la diversidad para crear lugares, espacios, ambientes de encuentro y de conocimiento. Que no es sólo cultural, sino existencial, la posibilidad de compartir los problemas. El emigrante debería poder estar en la condición de dar: en cambio él mismo considera que no tiene nada para dar, cuando no es reconocido como persona, cuando no puede ejercer una ciudadanía activa, por lo tanto está siendo excluído de antemano».
Flavia Cerino cita una pregunta que Igino Giordani se planteaba hace muchos años: “¿Qué hago yo por esta persona?”, refiriéndose al que emigra. «Es la pregunta que ahora nos hacemos nosotros. ¿Qué hacemos? Hay miles de experiencias, grandes iniciativas. Mi experiencia y la de muchos de ustedes se alterna entre dos elementos: el primero es que todo nace de una sensibilidad personal. Es decir yo, persona, me siento interpelada y cuestionada por un problema que veo en mi vecino de casa, en la realidad en la que vivo. Y trato de comprender qué puedo hacer, dirigiéndome a las personas y a las instituciones que tienen la competencia para actuar. Porque se trata de aliviar, de que la vida del emigrante resulte más fácil en mi ciudad. En la práctica, a la pregunta “¿qué puedo hacer yo?”, puedo responder comenzando a actuar según lo que está a mi alcance: por lo tanto, juntándome con alguien que comparta mi deseo, comenzando por pequeños gestos, puedo entrelazar los nudos de una red, allí donde estoy; mediante gestos simples que generan una humanidad renovada a mi alrededor». Fuente: “Reflexiones sobre la emigración y el interculturalismo”, intervención desarrollada durante la Escuela Internacional de Humanidad Nueva (febrero de 2015), coordinada por Flavia Cerino, experta en emigración – www.umanitanuova.org
Jun 29, 2015 | Focolare Worldwide
Estelle es la mayor de ocho hermanos, de una familia marfileña. Después de haber trabajado durante tres años como secretaria en una clínica médica de Abidjan, en el 2006 se trasladó a Man y allí colaboró en la construcción del centro médico del Movimiento de los Focolares, como responsable de la relación con los patrocinadores. Cuando el proyectó terminó, decidió perfeccionar sus competencias en el campo de la administración. Mientras tanto, como tenía que sostener a su familia por la muerte de su padre, solicitó y obtuvo una beca de Fraternidad con África. De esta forma, mientras trabajaba, se especializó a distancia en “Administración de organizaciones, ONG y asociaciones sin fines de lucro” en una universidad de Burkina Faso. Una vez terminados sus estudios, con la ayuda del tutor y de AMU, fue a Burundi para realizar una pasantía en administración y finanzas en CASOBU, una ONG que promueve el desarrollo humano y comunitario a través de actividades y proyectos basados en valores de solidaridad y desarrollo sostenible. “Para mí fue una hermosa oportunidad concreta, porque era la primera vez que salía de Costa de Marfil y pude conocer otras culturas y aprender mucho de CASOBU, por ejemplo, su experiencia en el microcrédito. Cuando volví a mi país, decidí empezar también yo a proponer este modelo de microcrédito a partir de personas que conocía. Formamos ya dos grupos que hasta hoy parecen marchar bien…”, cuenta Estelle. Todo lo que recibió, impulsó Estelle a comprometerse en Fraternidad con África: “Terminando mis estudios, pensé que, aunque no tenía la posibilidad de dar un aporte material, podía poner mi tiempo libre a disposición del proyecto”. Comenzó entonces a trabajar en la administración, finanzas y gestión del almacén del centro médico y también a redactar las actas, hacerse cargo de la administración y participar en la comisión que evalúa las candidaturas y hace el seguimiento de los estudiantes que reciben las becas, una experiencia que ella conoce muy bien, también porque fue a su vez beneficiaria.
El centro médico de Man nació en el 2002, durante la guerra civil, cuando se cerró el hospital. Al inicio prestaba sus servicios en un apartamento de tres habitaciones; luego, en el 2008, se inauguró el actual CMS (Centro Médico Social) que cuenta con consultorios, dispensario, farmacia y laboratorio. Pero hoy el flujo de pacientes se ha incrementado a tal punto que se está construyendo un nuevo Centro, en el que además, habrá servicios de diagnóstico con el objetivo de mejorar la calidad de los servicios sanitarios y reducir la desnutrición infantil en la zona de Man, además de reforzar la educación de las madres en el campo de la nutrición. En Man, la situación sanitaria de la población es crítica. Todo se paga con anticipación y sin posibilidad de reembolso. Dada la pobreza en la que vive una gran parte de la población, las familias generalmente alcanzan a cubrir los gastos de alimentación y educación, pero, si aparece una enfermedad, se va donde el médico sólo cuando el estado del paciente ya es grave. El nuevo centro médico, cada año, podrá atender a unos seis mil pacientes adultos y a tres mil niños. Cfr. AMU noticias 2/2015
Jun 25, 2015 | Focolare Worldwide
El Papa Francisco comenzó sus actividades públicas esta mañana a las 9.00 recibiendo en el estudio del Aula Pablo VI a los sesenta participantes en el encuentro de diálogo entre Budistas y Católicos de los Estados Unidos de América Focolares, organizado por el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso. A todos ellos, el Santo Padre les dio la bienvenida y les agradeció esta “visita de fraternidad – dijo – de diálogo y también de amistad”. “Y esto hace bien – añadió el Obispo de Roma – esto es salud. En este momento histórico tan herido por las guerras y el odio, estos pequeños gestos son semilla de paz y de fraternidad. Se los agradezco tanto, que el Señor los bendiga”. Fuente: Radio vaticana
Jun 23, 2015 | Focolare Worldwide
«Irak en este momento está pasando el momento más difícil de las últimas décadas, afirma uno de los amigos que fuimos a visitar». Quienes escriben son Gemma y Pierre, de Ammán, del Movimiento de los Focolares de Jordania e Irak, a su regreso de un breve viaje a Erbil (Irak). «De hecho, ya han pasado nueve meses desde cuando los pueblos de la llanura de Ninive fueron invadidos por la ISIS. La situación general del país ha empeorado con el último desarrollo, es decir, con la conquista de nuevos terrenos. Las personas, incluso nuestros amigos, sienten una gran incertidumbre ante el futuro. Muchos ya se han ido; muchos están pensando en dejar el país». La cercanía espiritual no es poca cosa si al terminar estos días juntos, alguien puede decir: «Hemos perdido todo, no he podido terminar los estudios universitarios, no hay trabajo… pero finalmente he vuelto a encontrar la paz, y he decidido reiniciar mi relación con Dios».
«En el encuentro con la comunidad de los Focolares –siguen relatando Pierre y Gemma – se vivió un momento muy importante: nos declaramos recíprocamente el estar dispuestos a dar la vida el uno por el otro, amarnos con la medida que Jesús nos amó, de modo que Él pueda estar presente entre nosotros, como ha prometido. Después meditamos sobre el vínculo entre la Eucaristía y la Iglesia, con una conversación de Chiara Lubich de 1982, ‘Eucaristía hace la Iglesia, la Iglesia hace la Eucaristía’. Entre los encuentros que hicimos tuvimos uno con Mons. Bashar Warda, obispo caldeo de Erbil, quien estaba contento de nuestra visita. Al final nos pidió que rezáramos más que nunca por Irak». «Vine por ustedes, cada uno es como el mundo entero para mí…», dijo Mons. Salomone Warduni, obispo auxiliar de Bagdad de la Iglesia católica caldea. Vine a propósito desde Bagdad. Exhortó a todos a no tener miedo, sino a seguir adelante en el camino del ideal de la unidad, porque cada uno de nosotros tiene una misión que cumplir». «Trato de vivir concretamente el amor que se vuelve recíproco dentro de la comunidad. En la Eucaristía encuentro la fuerza para seguir adelante y amar», dijo una de las presentes. Y después nos alegramos por estar juntos. A pesar de la situación hay un vivaz grupo de niños y de chicos, quienes dieron vida a la edición local de la Run4unity (la carrera de relevos mundial por la paz) ¡con 35 chicos y chicas! «Para nosotros han sido días intensos –concluyen Gemma y Pierre- una experiencia divina y profunda. Hemos recibido de ellos más de lo que podíamos dar. Quién sabe cuánta vida está naciendo de este gran dolor vivido cristianamente».