Movimiento de los Focolares
Familias: abrirse a las adopciones

Familias: abrirse a las adopciones

20141025-01«Cuando nos casamos teníamos muchos proyectos, y entre ellos el mayor deseo era el de tener un hijo. Fue una gran desilusión descubrir la presencia de problemas que impedían la concepción. Yo no lograba aceptarlo, más aún estaba convencida de que hubiéramos encontrado pronto una solución con la ayuda de la medicina, que nos daba muchas esperanzas. Tenía 22 años, por tanto no nos propusieron en seguida acudir a las técnicas de fecundación in vitro (FIVET), sino que nos sugirieron aplicar inicialmente tratamientos menos invasivos. En ese periodo, mientras esperaba que sucediera algo, busqué el apoyo y el consejo de un sacerdote de mi parroquia quien me ayudó a considerar el verdadero valor de la vida, un don precioso que Dios quiso confiar a la responsabilidad del ser humano. El sufrimiento que yo experimentaba era debido a mi deseo ardiente de maternidad que quería realizar lo más pronto. Dentro de mí había un conflicto con respecto al camino a elegir. Por un lado estaba la opinión de algunos médicos quienes proponían la FIVET como la solución correcta. El otro camino nos llevaba a confiar en Dios. Así, con mucha dificultad, tomamos la decisión de detenernos y no hacer nada más. De hecho consideramos che la fecundación homóloga desmiente algunos aspectos importantes de la verdad del ser humano. Nosotros creemos que la vida es un don de Dios y no un “producto” que hay que armar en un laboratorio, sin la donación de amor entre los esposos. En efecto, con esta técnica, el hijo no es concebido en su carne, sino en una probeta. Siempre había considerado la adopción como una experiencia bellísima, un gran acto de amor, pero mi fuerte deseo de vivir el embarazo me llevaba a no tomar en cuenta esta opción. El sufrimiento me abrió los ojos para ver más allá y entender que, como dice S. Juan Pablo II en la Familiaris Consortio, “la vida conyugal no pierde su valor sino que es posible ser fecundos más allá de la capacidad procreativa, se puede realizar la paternidad y la maternidad de manera espléndida en muchas formas de relaciones, de solidaridad hacia los más necesitados”.   Así nació en mí la idea de adoptar un niño y cuando la compartí con mi marido y él la acogió, realmente en ese momento acabábamos de “concebir” de forma afectiva al hijo que Dios quería donarnos. En el otoño de 2004 presentamos al Tribunal para los menores nuestra declaración de disponibilidad a la adopción nacional e internacional. Empezó la espera, nuestro bebé todavía no había nacido, pero ya estaba en nuestro corazón, en nuestros pensamientos. Todavía no existía, pero ya pedíamos por él.   Samuel nació en Vietnam y el 19 de abril de 2007, la asociación a la que nos dirigimos, nos comunicó que nos había sido asignado un niño. Fue el inicio de una gran emoción que no es fácil de describir. En seguida compartimos esta alegría con familiares y amigos; estábamos tan felices que hubiéramos querido gritarlo al mundo entero. Teníamos sólo una foto de él, que para nosotros padres adoptivos es como tener la primera ecografía, en la cual ves a tu hijo pero todavía no puedes abrazarlo. Después de haber realizado un viaje dentro de nuestras mismas emociones, nos tocaba ahora afrontar el viaje real, abordar un avión que nos llevaría del otro lado del mundo para ir donde nuestro hijo. El 29 de mayo de 2007 lo abrazamos por primera vez, fue una alegría incontenible. Ese día lo recordamos cada año como un segundo cumpleaños porque Dios bendijo a nuestra familia con el don de Samuel. Queremos agradecer al Señor por todos los dones que nos hizo: Dorotea, adoptada en 2012, y Miguel, que acogimos en adopción temporal». (G. y G. – Italia)

Familias: abrirse a las adopciones

Jordania e Irak: también rezamos por los terroristas

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Foto – EPA

También los musulmanes sufren por la violencia absurda de los extremistas islámicos. De hecho sostienen que no es el verdadero Islam el que incita al odio. ¿Cómo están afrontando la avanzada del IS las comunidades de los Focolares presentes en los países árabes, que quieren poner en práctica el amor evangélico? La respuesta de Rita en el micrófono de Adriana Masotti, para la Radio Vaticana: «En esta situación, el amor y la unidad se purifican a través del dolor que se vive. Todavía estábamos bajo shock ante la última tragedia, cuando los terroristas entraron en las aldeas del norte de Irak y de un día para otro vimos a miles de personas llegar sin nada. ¡Un dolor muy grande! Te preguntas qué está sucediendo y si todavía es verdadero aquello en lo que creemos. Pero después te convences de que es precisamente éste el momento de la prueba. Y lo confirmamos saliendo de nosotros mismos y yendo  hacia estas personas. Por ejemplo, una familia nuestra de Irak, acogió a 40 personas en su casa y en un determinado momento el papá, dándose cuenta de que ya no había ni un rincón libre en la casa, se fue a dormir al automóvil. De la misma manera, otras cuarenta personas se refugiaron en otra zona del norte de Irak, donde hay dos o tres familias del Movimiento, que también abrieron sus propias casas. Viendo que estaban angustiados y turbados se reunieron para rezar el Rosario: ahora son unos 60 y cada noche se suma alguien más de la aldea y rezan por la paz, pero rezan también por los terroristas. Dándose cuenta de que alguno necesitaba cobija unas frazadas, reunieron un poco de dinero para ir a comprar primero una cosa y después otra; sin embargo faltaban otras cosas, pero la Providencia hizo llegar más dinero… Decían: “La pequeña cifra que nosotros pusimos, no teniendo mucho, ha atraído más y más dinero ¡y esta pequeña suma no se  acaba! Me doy cuenta de que este amor auténtico, destilado con el dolor, nos hace ver que el amor es más fuerte. Personalmente he visto gente que no tenía más nada, pero ha mantenido la fe y, sintiendo la solidaridad de los demás, ha vuelto a encontrar el sentido de la vida, del amor, de la paz verdadera y cree en ello. Es más, ahora son testigos todavía más fuertes». ¿Cómo son actualmente las relaciones entre los musulmanes y las comunidades de los Focolares en los países que tú conoces y? «Ahora en Irak es más difícil, porque las partes están divididas: donde están los cristianos, prácticamente hay pocos musulmanes. No tenemos muchísimo contacto. Pero la gente se aprecia: siempre vivieron juntos. Es la política la que manipula las relaciones. En cambio en Jordania hay un grupo de musulmanes que comparte nuestra espiritualidad. Recuerdo que cuando llegaron a Jordania algunas familias iraquíes desplazadas, le contamos a nuestra comunidad lo que estaba sucediendo en Irak. También estaban presentes unos diez musulmanes –nosotros éramos un centenar- y la primera reacción, inmediata, fue la de los musulmanes quienes dijeron: “¡No es posible lo que está sucediendo! Ellos son nuestros hermanos: ¡seremos los primeros  en abrirles nuestras casas!”. Ellos sufren mucho por lo que está sucediendo debido a la violencia de los extremistas. No se atrevían a decirlo, porque les daba vergüenza, pero querían explicarnos que ésta no es su religión.  Esto es sacar provecho de la religión para practicar violencia, para  el odio… Con algunos tenemos una relación muy bella, en la verdad. Es más, sientes que tienes que ser todavía mejor cristiano para poder entrar en relación con un musulmán: sin componendas ni confusión. Cada uno de nosotros trata de manifestar lo mejor de sí al otro, de ser cristiano auténtico; y lo mejor de sí, para ellos, es tener el valor de hacer caer lo que no es humano, lo que no es amor, que ellos llaman “misericordia”». Fuente: Radio Vaticana  (en italiano)

Familias: abrirse a las adopciones

Hong Kong: los jóvenes con paraguas

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Para no interrumpir las actividades cotidianas los estudiantes organizaron áreas de estudio al aire libre para poder seguir estudiando.

Son reflexiones emblemáticas de los jóvenes de Hong Kong que observan con perplejidad el movimiento de protesta de la metrópolis china. “Occupy central with peace and love”, es el nombre del movimiento que comenzó a fines de septiembre y que – después de algunas semanas en las cuales los medios internacionales de comunicación, enfocaron su atención sobre las plazas de Hong Kong – continúa con menor intensidad la propia batalla, pero manteniendo firme el objetivo: obtener un “verdadero” sufragio universal para las elecciones de 2017. Los sentimientos al respecto son contrastantes. «En estos días también yo participé en la manifestación de protesta aunque por mi carácter no sería un tipo de persona muy activo, sin embargo siento firmemente que como joven que vive por un mundo unido y como una estudiante de HK, frente a un sistema social tan injusto debemos expresarnos y proclamar nuestras demandas». Y continúa: «Sentí en mi propia persona lo que quiere decir desarmonía, hasta ahora pensaba que estos hechos sucedían sólo en naciones que están en guerra y lejanas de HK, pero cuando vi a la policía lanzando gases lacrimógenos a los estudiantes, desencadenando una cierta violencia, me di cuenta que este problema lo tenía muy cercano. Toda esta situación en la ciudad que amo me produce dolor. Lo que puedo hacer es sólo seguir rezando y seguir creyendo que Dios cuidará a HK» «Durante esta demostración, también yo como estudiante participé y estoy orgullosa de ser una joven de HK. Pero en estos días la situación se puso fuera de control. Esta protesta me demuestra que en nuestra sociedad faltan el amor y la comprensión. Mi compromiso es el de amar a cada uno y rezar para que exista la paz en el corazón de cada uno, para que la esperanza llegue a todos»
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Los estudiantes dejan mensajes y se comprometen a vivir este período en la paz

En un carta colectiva, escriben a la presidente de los Focolares, María Voce, «Leemos cada día en los periódicos y en internet muchas noticias, por un lado cosas lindas – por ejemplo que los residentes de Hong Kong viven la solidaridad, la paz y que sus acciones son racionales, que los estudiantes viven idealmente….- y por otro lado la falta de paz. Vimos a la policía, durante los primeros días de las manifestaciones con equipos antidisturbios tratando de dispersar a los manifestantes con gases lacrimógenos.  Muchas personas con ideas diferentes han entrado en conflicto unas contra otras y diversas voces dentro de la sociedad se han levantado en medio de litigios y desunidad», en medio de esta situación los jóvenes expresan el renovado deseo de seguir con todas las fuerzas siendo mensajeros de unidad también en una situación tan difícil. Como respuesta, María Voce los alienta, diciendo que ella está segura de que con la unidad entre ellos, podrán tener «la sabiduría» y que «encontrarán la luz para callar o para hablar», siendo así «en medio de todos un testimonio de paz».

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Los estudiantes, el capital de Sophia

20141022-01En la actualidad existen muchas formas de impulsar el cambio. Lo demuestran una vez más los jóvenes: empezando por el movimiento de protesta “Occupy Wall Street”, pasando por las primaveras árabes, hasta el “movimiento de los paraguas” en Hong Kong. Cambian las épocas, los instrumentos,  las armas , y ciertamente las causas, pero el impulso de mejorarse a sí mismos y al mundo permanece siempre. Es éste el mensaje lanzado, el 20 de octubre pasado, por los estudiantes del Instituto Universitario Sophia, en la ceremonia de inauguración de su séptimo año de vida. Al pueblo estudiantil de este pequeño ateneo toscano, que es como una ventana al mundo –son 115 estudiantes provenientes de 30 países- se destacan algunas proveniencias interesantes, como Ucrania, Siria, Venezuela, Cuba, Camerún y Congo. Zonas “calientes”, pero que tratan de salir adelante, si juzgamos por las elecciones hechas por tantos jóvenes que frecuentan Sophia, promesas de estos pueblos. Quieren conocer, formarse, prepararse para actuar en ellos y a su alrededor. Hoy con la globalización sin duda es más fácil; por eso existe la Fundación “Por Sophia” que recoge fondos y distribuye becas que han sido otorgadas a estudiantes de India, Brasil y también a europeos e italianos para venir a formarse en la cultura de la unidad. Como subrayó el rector Piero Coda, en Sophia se está haciendo un gran esfuerzo por adecuar la oferta académica a las exigencias de la humanidad, de los mercados y del mundo laboral. Pero no termina aquí. El oro, el valor agregado de este lugar es también su “capital humano”, es decir, los mismos estudiantes, que han sabido percibir la novedad y la potencia revolucionaria de los cursos, ya sea los de política, economía o de ontología. 20141022-03Samar Bandak tiene 30 años; es jordano de origen palestino. Volvió a Ammán hace más de un año, después de haber terminado en el 2012 el curso de política en el IUS. Actualmente es uno de los dirigentes de la Caritas Nacional, y se desempeña como jefe del departamento de apoyo educativo del millón de refugiados que se ha asentado en el país, en medio de una población total de 5 millones.  Explica su elección académica, que no muy “obvia”, si se considera que se graduó en Ciencias de la Nutrición: «Descubrí que el principio de la fraternidad universal puede ser una auténtica categoría política junto a la libertad y la igualdad. Es una elección, una respuesta que remedia la injusticia. En Sophia no sólo se estudia sino que se da una gran importancia a la experiencia». Está también Patricio Cosso, actual representante estudiantil, proveniente de Argentina. «Hace cinco años mi objetivo era especializarme en Finanzas o en Administración para trabajar en el banco o para hacer algo similar a lo que se hace en Wall Street”, cuenta. “Después, en el 2011, encontré en una librería un texto que hablaba de la Economía de Comunión. Un binomio imposible de conciliar según mi forma de ver, que pretendía conjugar el egoísmo y el compartir. ¿Cómo podían convivir? Nunca hubiera imaginado que hoy estaría aquí, para compaginar formación profesional y convicciones éticas. Y aquí estoy, descubriendo que cada interrogante encuentra la luz correcta en la calidad fraterna que le doy a las relaciones y a las diferencias culturales y religiosas, ante la realidad de  las guerras y de  las crisis económicas de nuestros pueblos”. En Sophia, se procura “imaginar y experimentar una nueva cultura en todos los campos de la vida social, desde la familia a la política y a la economía, es decir,  una cultura de las relaciones”, dijo el Papa Francisco en el sorprendente videomensaje enviado por el 50º de la Ciudadela internacional de Loppiano. En su mensaje el Papa mencionó también a Sophia (que en griego quiere decir ‘sabiduría’) como una de las experiencias que han encontrado allí en Loppiano su casa, aportando, y confirmando así el camino por recorrer, es decir evidenciar que el “Principio de la sabiduría es el sincero deseo de instrucción” y que “dedicarse a la instrucción quiere decir amor”.


Galería fotográfica en Flickr

Familias: abrirse a las adopciones

Desde Ruanda en el Sínodo sobre la Familia

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Dieudonné y Emerthe Gatsinga (Rwanda)

«Hicimos un curso en Goma, en el Congo (RDC). Una pareja nos contó que, teniendo que huir por la erupción de un volcán, él vendió rápidamente el mobiliario de la casa, sin saber que dentro de un sofá ¡estaban escondidos los ahorros de su esposa! Y estos malentendidos ocasionados por la falta de comunicación en la pareja no son esporádicos». Los que hablan son los esposos Dieudonné Gatsinga, ginecólogo y Emerthe, economista, quienes viven en Kigali, en Ruanda. Fueron invitados a participar en el Sínodo extraordinario sobre la familia, como responsables de las jóvenes familias del Movimiento de los Focolares de su país, de Burundi, Kenia y Uganda. Desde jóvenes se reunían con un grupo comprometido en vivir con radicalidad el Evangelio, formándose en la espiritualidad de los Focolares. «Adoptamos este ideal como propio, también como pareja – cuenta Emerthe-. Al casarnos nos prometimos que no íbamos a quedar encerrados en nosotros mismos sino que nos donaríamos a los otros. Desde ese día han transcurrido 26 años. Tenemos 8 hijos de los cuales 4 son adoptados como consecuencia del genocidio de Ruanda. No fue fácil educar a 8 hijos en un momento de gran crisis social y económica para nuestro país y con experiencias muy dolorosas del pasado. Pero Dios nos ayudó y ahora ya crecieron todos: dos de ellos nos hicieron abuelos de tres niños». Juntos administran una clínica que tiene unas veinte camas. «Por motivos de trabajo – cuenta Dieudonné- me encuentro a menudo con madres que frente a un embarazo difícil quisieran abortar. Si bien mis jornadas están siempre llenas de trabajo, siento que a estas personas debo destinar todo el tiempo necesario para escucharlas hasta el fondo, darles confianza, hablar con ellas de la sacralidad de la vida. Soy padrino de muchos niños, nacidos gracias a estos diálogos». En su región los problemas de la familia no faltan. Durante muchos años las mujeres vivieron en situación de sumisión, ahora desearían afirmarse a sí mismas. «Hoy también en África – subraya Emerthe- muchas chicas han llegado a un alto grado de instrucción y no toleran más el tener que ser sometidas totalmente al varón. Pero los hombres todavía no están preparados para una relación de paridad con la mujer y no saben cómo enfrentar con serenidad este cambio y terminan por resignarse a vivir en dos niveles». «Cuando encontramos familias jóvenes – cuenta Dieudonné- les llevamos la buena noticia del matrimonio cristiano. Recordamos las promesas realizadas el día del matrimonio, es decir la promesa de ser los dos una sola cosa, de caminar juntos siguiendo cuatro directrices: la comunicación profunda en la pareja, el compartir la economía familiar, la coparticipación en la educación de los hijos, la oración en familia. Este anuncio, llevado a través de la experiencia del Evangelio vivido, hace florecer la esperanza en una relación más compartida, más alegre, sea para los dos esposos como para los hijos. Recuerdo a un hombre que construyó una casa sin hacérselo saber a su esposa. Él quería demostrarle a su esposa que sabía hacer algo. Ella sin embargo – dado que entre los dos no se hablaban- ignoraba este propósito y seguía juzgándolo. Cuando descubrieron esta visión del matrimonio que les proponíamos, se reencontraron y se reconciliaron» «Es una alegría ver que aquellos jóvenes que recorrieron un itinerario de fe consciente – subraya Emerthe-, se deciden por el matrimonio cristiano, eligiendo una fiesta nupcial sobria, en general ayudados por la comunidad. Cuando ocurre, que, a pesar de la preparación cristiana, no logran renunciar al estilo de vida anterior, tratamos de mantener una relación abierta. Y cuando se sienten preparados para celebrar el sacramento, es natural para ellos reinjertarse en la comunidad y volver a caminar juntos» Video: Voces desde el sínodo. En la familia, la fuerza de la fe.

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Sínodo: encuentro de los Focolares con los padres sinodales

20141016-02El compromiso en la formación de las parejas jóvenes, el apoyo a la mujer con un embarazo no deseado, la disposición de dejar todo para llevar el Evangelio a tierras lejanas. “Verdadera vida” fue la que emergió en la sede del Consejo Pontificio para la Familia en Roma, el 12 de octubre, en el encuentro que un grupo de padres sinodales y auditores del Sínodo mantuvieron con algunas familias del Movimiento de los Focolares. Fueron recibidos por la presidente y por el co-presidente del Movimiento, María Voce y Jesús Morán. Participaron en esta reunión (entre otros) el cardenal Andrew Jeom-jung, arzobispo de Seúl y los presidentes de las Conferencias episcopales de la República Checa, de Eslovenia, Madagascar, Tanzania y Uruguay. “¡No existen recetas infalibles, al contrario!”, empezó diciendo Alberto Friso de Familias Nuevas. “¡Cuántas veces nosotros que somos padres nos equivocamos con nuestros hijos! A veces somos demasiado permisivos, a veces posesivos, o débiles, o inflexibles cuando no es necesario. También aquí vale la regla del ‘recomenzar’. Estar siempre dispuestos a reconocer los errores y pedir disculpas. Y cuando es el hijo el que se equivoca, no dudar en hacérselo saber, expresándole también nuestra confianza”. Aunque la familia a menudo se encuentre herida, llagada internamente por traiciones y silencios culposos, sigue siendo un lugar “insustituible” donde se genera y se transmite la vida. Quienes trabajan al lado de las familias hoy- comentaba Anna Friso (de Familias Nuevas) – ha decidido vivir en las “periferias” porque “como dice el Papa Francisco, el cristiano no es cristiano para quedarse en la comodidad, sino para ir a las periferias del mundo”. “Y en las periferias – agregó Friso- no puedes preguntar a la gente si está casada por la iglesia, si convive o si está separada. Nosotros aceptamos a todos tal y como son, los amamos, los escuchamos profundamente, si podemos tratamos de ayudarlos en lo que precisan. Y en el momento justo, a todos, en cualquier situación se encuentren, les damos el mismo mensaje: Dios te ama inmensamente. No existe ninguna persona que esté excluida del amor de Dios”. 20141016-03Los obispos escucharon también la historia de Tiziana G., que carga en su pasado un matrimonio y 13 años de mentiras, peleas, pseudo aclaraciones  y nuevas desilusiones. Posteriormente se encontró con un ex- compañero de la escuela y comenzó  una nueva vida familiar. “Habría podido ir a una iglesia donde no me conocen y recibir igualmente la Eucaristía – contó-, pero por obediencia nunca lo hice”. Tiziana no esconde a los obispos el sentimiento de “autoexclusión” que experimenta, “la gran soledad espiritual” en que vive y el “fuerte malestar que tengo cuando veo que los demás se dirigen hacia el altar y yo me quedo en el banco. Me siento abandonada, repudiada, culpable”. Posteriormente, tomó la palabra Paolo R., también él lleva a cuestas la experiencia de un matrimonio fracasado. El suyo es un relato muy doloroso que empieza con el abandono de la esposa, continúa con la separación y los abogados, y llega a un “desierto interior”. Pero él ha decidido “esperar” porque –dice- “éste es el matrimonio cristiano. O lo tomas o lo dejas. Pones tu vida en las manos de Dios, con el sacramento, a través de la persona con la que te casas, de quien estás enamorado… pero el amor se construye, también en el dolor, día tras día”.

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Dieudonné und Emerthe Gatsinga de Ruanda

Estaban presentes en el encuentro los esposos Dieudonné y Emerthe Gatsinga, de Kigali, Ruanda, que participan en Sínodo como auditores, contaron su experiencia en la formación de las familias, de jóvenes esposos, de novios, principalmente en su país, pero a menudo también en Uganda, Burundi, Kenia y Congo. Él es ginecólogo, ella es economista, así se presentaron al Papa: “Al casarnos nos comprometimos a no estar nunca encerrados en nosotros mismos sino donarnos a los demás. Desde ese día han transcurrido 26 años. Tenemos 8 hijos de los cuales 4 son adoptados, pues quedaron huérfanos cuando se produjo el genocidio en Ruanda. No fue fácil ocuparse de 8 hijos en un momento de fuerte crisis social y económica para nuestro país y cargando con experiencias de vida tan dolorosas. Pero Dios nos ha ayudado y ahora todos han crecido: dos de ellos ya nos hicieron abuelos de tres niños”. Son historias que resaltan un texto de Chiara Lubich, leído durante el encuentro por el cardenal Ennio Antonelli: “No existe nada que constituya, una, y forme la  familia tanto como el amor… Cuando en el corazón de los miembros de una familia el amor está encendido, está vivo, no hay problemas irreparables, no existen obstáculos insuperables, no se llora por fracasos irremediables”. Foto gallery

(Fuente: Sir)