Movimiento de los Focolares
Un nuevo año para vivir el Evangelio

Un nuevo año para vivir el Evangelio

Intimidad en la familia En nuestro país existe la costumbre de desarmar el pesebre el día de Epifanía. Para concluir el período navideño invitamos a nuestros hijos. Fue una velada muy linda: hablamos de honestidad, de solidaridad…. Se construyó entre nosotros un clima tan hermoso que delante del pesebre leímos el Evangelio del día, descubriendo matices que no habíamos nunca notado. Estaban presentes los más pequeños; hablamos sobre el significado de la fiesta. Luego cada uno expresó una intención para el nuevo año, un deseo. Nos propusimos buscar en el transcurso del año otros momentos para crear esta intimidad entre nosotros. Parecería algo que se da por descontado en una familia, pero para nosotros fue un descubrimiento y la velada terminó con dulces canciones para dar gloria a Dios y agradecerle. (M.M. – Líbano) Elina la acompañante de mi madre. Mi madre tuvo un accidente y a pesar de su avanzada edad, de una situación de autosuficiencia pasó a tener necesidad de asistencia constante que ni yo ni mi hermana podíamos ofrecerle. Por esta razón contratamos a Elina, una joven del este de Europa, quien también de este modo resolvía sus problemas. Pero mamá no lograba aceptarla. Para ayudarla a construir un “puente” entre ellas, traté de aprovechar las pequeñas ocasiones: traducir el idioma eslavo de Elina para que mi madre entendiera, explicarle a cada una la necesidad de la otra, descubrir lo más posible la parte positiva de cada una. Comenzaba a nacer una relación entre ellas, cuando descubrí que a Elina se le estaba venciendo el permiso de estadía. Era necesario ordenar legalmente su situación laboral. Durante cuatro meses estuve tocando puertas en diferentes instituciones. Finalmente todo quedó arreglado. Mi madre poco a poco encontró en ella una amiga, casi una hija. Por su lado, Elina encontró una familia y enseguida llamó a su hijo para que se radicara en Italia. Ahora se siente feliz. (A. P. – Italia) Calzado deportivo Hacía dos semanas que mi hijo no asistía a las clases de educación física porque no tenía el calzado apropiado para gimnasia. No teníamos dinero para comprarlo y a pesar de mi  buena voluntad no lograba ahorrar el dinero necesario ni siquiera para comprar el más económico. Un día me acordé de las palabras del Evangelio: «pidan y obtendrán…», y le pedí a Dios que me ayudara a ahorrar para comprar el calzado que necesitaba mi hijo. Mi emoción fue grande cuando exactamente ese día, el muchacho llegó de la escuela con un par de zapatos deportivos, más otro par complementario. Se lo habían comprado con los fondos del proyecto de apoyo a distancia del que formamos parte. ¿Cómo no descubrir en este hecho la respuesta del amor concreto de Dios, justo en el momento en que tenía más necesidad, para que también mi hijo fuera feliz? (E.B. – Bolivia)

Un nuevo año para vivir el Evangelio

Argelia, jóvenes musulmanes y cristianos juntos

El ramillete. Un testimonio presentado en el congreso gen 2013.

«Durante mucho tiempo pensamos que no era posible relacionarnos con los jóvenes cristianos de una forma tan profunda, pero las cosas que vienen de Dios no se pueden contradecir.

Somos musulmanes, por cultura y convicción. Venimos de Argelia, un país en donde casi la totalidad es musulmana, donde el contacto con las otras religiones es muy raro, o mejor dicho inexistente

Ciertamente, dar cabida en nuestra vida a un Movimiento con una connotación cristiana era un gran desafío. Primero porque nuestras culturas son diversas, hay diversidades cultivadas sobre todo por las doctrinas políticas e históricas, que se han endurecido en la vida cotidiana debido a los muchos obstáculos de tipo social y cultural.

¿Cómo podíamos asumir un compromiso así sin que se turbara nuestra fe? ¿Por cuál idea nosotros estábamos dispuestos a tantos sacrificios? No eran preguntas banales.

Nuestra experiencia es rica e inédita. Entramos con prudencia en un camino que nos atraía y poco a poco descubrimos que podíamos superar las discordancias.

A lo largo de los años, para nuestra gran sorpresa la acogida recíproca se ha dado en forma natural y espontánea, tomamos conciencia de que también estábamos profundizando nuestra religión. De hecho, compartiendo los mismos principios se ampliaba en nosotros al infinito la dimensión de la humanidad.

Más allá de las palabras es con los hechos que nos comprometemos, yendo continuamente más allá de los propios límites en un ambiente donde todavía se necesita mucho amor y apertura. Toda dificultad representa para nosotros un nuevo motivo para proseguir.

Hoy en día, estamos en varias ciudades de Argelia, a algunos cientos de kilómetros de distancia. La relación entre nosotros, musulmanes y cristianos, parece enriquecerse con la experiencia de cada uno, ayudados por los gen de todo el mundo.

Pensamos que la misión más grande que tiene confiada el hombre de hoy es la de trabajar para que podamos vivir todos juntos, más allá de las convicciones religiosas, de cultura, porque el amor va más allá de toda diversidad».

Un nuevo año para vivir el Evangelio

Navidad en la calle en Santiago de Chile

«Hoy también aquí nació Jesús, en esta plaza de la periferia de Santiago. Como todos los años celebramos la Navidad junto con nuestros amigos que viven en la calle o que tal vez no tienen a nadie con quien festejar. Es hermoso  ver a los jóvenes, adultos y niños compartir la Navidad. Se sientan en la misma mesa sin fijarse en las diferencias.

Esta vez había muchos emigrantes, sobre todo personas que llegaron de Perú en búsqueda de trabajo, y con muchos niños. La situación para ellos no es color de rosa. Otras personas proceden  de las regiones de Chile donde se produjo el terremoto del 2010 y todavía esperan encontrar una casa donde vivir. Otras recién comienzan su “recorrido” en la calle y están desmoralizados. Nelson, por ejemplo, se fue de su casa hace tres meses. Su esposa no quiere vivir con él, porque él toma. En la mesa se conversa; él cuenta que está muy triste y que tiene nostalgia de su familia. Loreto lo invita a volver a creer, ¡es Navidad! Y le ofrece ayuda.

Al día siguiente, Nelson va a la “casita de los Primeros tiempos”. Es un departamento donde viven juntos algunos gen, los jóvenes del Movimiento de los Focolares. Hacen  una experiencia de convivencia según el Evangelio, imitando el ejemplo de Chiara Lubich y de las primeras focolarinas. Allí, Nelson puede lavarse, afeitarse, recibe de regalo un pantalón y una linda camisa de uno de los jóvenes, y luego, con uno de nosotros, va a la casa de su esposa. La alegría de la hija  cuando ve llegar a  su papá es incontenible. Le explicamos la situación a la esposa, y ella, después de titubear un poco, acepta recomenzar y pasan toda la tarde juntos. A la noche, acompañamos a Nelson al “Hogar de Cristo”. Allí hay  un reglamento muy claro: cero alcohol, y él acepta. Ahora hay que hacer un trabajo en equipo, y nos tenemos que dar una mano, pero el Niño ha traído este regalo y muchos otros, que nos impulsan a ser los brazos de Su Amor para que Él llegue a todos lados.

No tenemos dudas de que el mundo unido es posible. Sólo hay que ponerse a trabajar en serio y descubrir juntos qué hacer para realizarlo».

Un nuevo año para vivir el Evangelio

Tailandia, el relato de un joven budista

«Me llamo Num. Nací en Tailandia y soy un gen budista. Soy músico y pintor profesional. Actualmente doy clases de computación a personas discapacitadas. Como ven, mi cabello está muy corto porque recién terminé una experiencia como monje budista.

De hecho, según nuestra tradición, un joven dedica un período de su tiempo viviendo como  monje en un monasterio. Lamentablemente en la actualidad, esta costumbre no es muy  practicada. Siendo gen, yo quiero conocer mejor mi religión y así vivir mejor mi vida espiritual. Por lo tanto decidí ser ordenado monje. La ceremonia de ordenación tuvo un gran significado para mí. Los focolarinos y los gen estuvieron presentes en esta importante ocasión. En esta experiencia sentí muy fuerte su cercanía.

Tenía mucho tiempo para rezar. Comenzaba con las oraciones muy temprano, a las 4.30 de la mañana. Salía con los otros monjes, a hacer una colecta  para conseguir  comida, y enseguida después de las oraciones de la mañana. Descubrí que las personas  depositan su confianza en los monjes y los respetan mucho. Comprendí también que es muy importante esta confianza y que, nosotros monjes, debemos ser fieles a las enseñanzas de Buda, para preservar esta confianza que la gente tiene en nosotros. Las enseñanzas del budismo me ayudaron a aprender muchas cosas y principalmente aprendí mucho de los monjes más ancianos. Y aunque estaba en el monasterio, sentía que los otros gen vivían su vida en unidad conmigo.

Conocí a los gen a través de uno de mis amigos budistas. Él conoció el ideal gen a través de un monje budista de su pueblo. Cuando me  encontré por primera vez con los gen, noté enseguida que se relacionaban de un modo muy amistoso, como si fueran hermanos y hermanas, aún si eran y somos todos muy distintos, inclusive de religiones distintas.

¿Qué significa ser un gen budista? Tenemos muchas cosas en común con los cristianos, como por ejemplo, tratar de ser personas comprometidas y buenas, y también tenemos en común la elección de hacer el bien a los demás. Puedo vivir como un gen en cualquier lugar, en cada momento, y, sobre todo, puedo amar a todas las personas que encuentro ayudando a construir relaciones de fraternidad con todos. Nosotros, los gen budistas, tratamos de vivir el ideal de la unidad cada día; tratamos de amar y de construir la unidad donde estamos. Junto con los gen cristianos, hacemos muchas actividades buscando el bienestar de la sociedad. Por ejemplo, nos organizamos para recoger fondos para ayudar a las víctimas de las catástrofes naturales. Ahora estamos trabajando para ayudar a los que sufrieron por el tifón que hubo en Filipinas. ¡Vamos adelante juntos!».

Un nuevo año para vivir el Evangelio

Proyecto Lempira

Honduras es un país centroamericano, con una población de 8.5 millones de habitantes, donde el 70% de la población vive en la pobreza, y entre ella más de 4.2 millones de hondureños viven en pobreza extrema, sobreviviendo con menos de $1.00 diario, según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística de Honduras (INE). Los hermanos Galeano, jóvenes empresarios hondureños, permeados por el Ideal de Chiara Lubich, decidieron hacer algo para ayudar. Así nació el “Proyecto Lempira”, una iniciativa para llevar víveres, colchones, agua potable, abrigo y  medicamentos a las familias que viven en precarias condiciones en la comunidad del crematorio de Honduras. Diseñaron un estilo de camiseta, y una parte de las ventas se destina a un fondo de ayuda a las personas pobres. Desde que empezaron este proyecto, las ventas se han incrementado, muchas personas y empresas se han unido a esta iniciativa y la camiseta se ha vuelto un ícono de la moda. Info: http://youtu.be/Tl-KiTzyqtI http://t.co/rxLAt9IPSw (AH – Honduras)

Un nuevo año para vivir el Evangelio

Minoti Aram, pionera del diálogo interreligioso

Minoti Aram

En la mañana del día de Navidad nos llegó una noticia inesperada: Minoti Aram falleció en Dubai, mientras estaba visitando a la familia de su hijo Ashok.

Desde hace años, Minoti Aram estaba en silla de ruedas y su salud tenía altos y bajos preocupantes, pero gracias a  su naturaleza indómita había  podido siempre superar todas las crisis. Continuaba siendo un punto de referencia para millares de personas que viven en la zona donde se encuentra el Shanti Ashram de Coimbatore (Tamil Nadu, al Sur de India)

Estaba casada con el Dr. Aram, educador, pacifista y miembro del Senado hindú. Minoti llevó una vida según el espíritu gandhiano, y, junto con su marido, inició en los años ’80, el Shanti Ashram, una institución de paz y de compromiso social.

En el compromiso por el diálogo interreligioso trabajaba a la par con su marido. El Dr. Aram fue durante muchos años presidente de la Conferencia Mundial de las Religiones por la Paz (hoy Religiones por la Paz). Por este motivo, en Pekín, en los años ’80, Minoti Aram conoció a Natalia Dallapiccola, una de las primeras focolarinas. Como a Minoti  a menudo le gustaba recordar, se quisieron como hermanas. Después del fallecimiento del Dr. Aram, (hacia fines del ’90) fue Minoti quien concretó un deseo de su esposo: invitar a Chiara Lubich a India.

Minoti Aram, Natalia Dallapiccola

En el 2001, propuso a las diversas organizaciones gandhianas de Tamil Nadu (Sarvodaya) que se le otorgara a Chiara Lubich el Premio Gandhi, defensor de la Paz. Su propuesta fue bien recibida y Chiara viajó a India donde residió  durante tres semanas. En Coimbatore, además de recibir el premio, se dirigió a un público de seiscientas personas, todos hindúes. Al día siguiente, Chiara, Minoti, la hija Vinu y algunos de sus colaboradores, se encontraron para comprender cómo continuar el diálogo emprendido.

Chiara Lubich, Minoti Aram

Nacieron así, los Sarvo-Foco Pariwar, mesas redondas entre las familias de Sarwodaya y del Focolar. Minoti Aram estaba siempre presente para animar este original camino de diálogo. La familia creció, muchos de los colaboradores de la familia Aram se unieron a  estos momentos de vida compartida entre el movimiento gandhiano y el movimiento de los Focolares. Comenzaron actividades sociales y artísticas, intercambio de grupos de jóvenes, hasta la organización en el 2009 del Supercongreso gen 3.

Durante los años 2002 al 2004 y en el 2007, asistió en Roma,  a simposios hindú-cristianos, junto con otros Gandhianos. En este último año, Chiara Lubich, a pesar de su débil estado de salud, quiso saludar personalmente a Minoti.

Hace dos años, en ocasión del XXVº aniversario de la fundación del Shanti Ashram, junto con muchos invitados, Minoti quiso recordar la importancia del diálogo con Chiara y Natalia, a quienes consideraba sus hermanas. En los meses pasados, había propuesto con insistencia a su hija, la Dra. Vinu Aram, que se realizara un congreso en  la sede de Shanti Ashram para recordar la figura de Natalia Dallapiccola, porque, decía, “las generaciones futuras deben conocer a los pioneros en el diálogo entre los seguidores de diversas religiones”. El congreso se fijó ¡para el mes de noviembre de 2014!

Roberto Catalano