Movimiento de los Focolares
Congo, desafíos de la nueva evangelización

Congo, desafíos de la nueva evangelización

La contribución femenina en el reciente Sínodo para la nueva evangelización (del 7 al 28 de octubre) se expresó también a través de la voz de la profesora Ernestine Sikujua Kinyabuuma de Congo. Perteneciente al  Movimiento de los Focolares, la docente africana pone en evidencia la importancia de la nueva evangelización en Africa, donde la fe está viva pero aún es muy joven, necesitada de consolidación. «En el mundo africano –explica- el hombre está dividido. En él actúan dos fuerzas a menudo irreconciliables: la cultura tradicional y la religión. Otro fenómeno es la proliferación de las llamadas “iglesias nuevas” que presentan  un evangelio de prosperidad que promete éxito. No se sabe  discernir cuáles son los valores del cristianismo y la influencia del mundo occidental. El hombre africano está en la búsqueda de la relación con Dios, pero con insuficiente base catequística que lo lleva a buscar otra fuerza superior que le dé protección, prosperidad».

Ernestine es profesora, constantemente en contacto con los estudiantes. En su intervención en el Sínodo dijo que se daba cuenta que los jóvenes, a pesar de que vivan sumergidos en la cultura de “lo fácil”, están en búsqueda de un gran ideal y  de una vida radical basada en el Evangelio. Presentó algunas experiencias de los jóvenes de los Focolares que testimonian la vida cotidiana basada en la Palabra de Dios vivida Muchos no quedan indiferentes y se vinculan con los valores cristianos.

«En medio de los cambios a causa de la globalización, Africa atraviesa una crisis en todos los planos: político, económico y cultural. Por esto, en la búsqueda de una salida, las personas reaccionan de forma variada» -explicó en su intervención contando algunas experiencias realizadas con la comunidad local de los Focolares, que están iluminadas por el deseo de vivir la frase de Jesús “cualquier cosa hayan hecho a uno de estos hermanos míos mas pequeños, a mi me lo hicieron” (Mt 25, 40). Juntos realizaron la restructuración de tres bloques de dormitorios en la prisión central de Lubumbashi con la ayuda de una ONG internacional, la construcción de un taller de sastrería de forma que los presos aprendan  un oficio y un negocio donde se venden alimentos y artículos de primera necesidad a bajo precio para favorecer la supervivencia de muchos presos y para combatir la inflación.

En una entrevista realizada en la radio italiana Inblu, agregaba: «El Sínodo fue una experiencia nueva, rica y hermosa, porque me hizo entrar en el corazón de la iglesia». Y a la pregunta: “¿Por qué la nueva evangelización es un desafío que mira también a Africa y, en especial, a su País, la República Democrática del Congo?”, Ernestine responde: «En Europa hubo 2000 años de evangelización, en Africa, como máximo, 2 siglos. Por ejemplo en el mundo científico, donde yo trabajo, se siente mucho el hecho de que el hombre ingresa en la iglesia, pero luego  sale y va a buscar las “fuerzas sobrenaturales” para tener más éxito en el trabajo, para ser más inteligente… Por lo tanto para nosotros el mensaje de la nueva evangelización es muy importante para que se comprenda  que en Jesús se encuentran todas las respuestas que el hombre espera. Pero existe este dualismo: rezan,  buscan una relación personal con Dios, pero luego Lo van a buscar en otros lados. Nuestro cardenal presentó la nueva evangelización explicando que se precisa la inculturación del pueblo porque si nuestras culturas reciben el Evangelio que las ilumina, comprenderemos que allí están todas las respuestas y que no hay que buscarlas en otros lados”

 

 

Congo, desafíos de la nueva evangelización

Premio Luminosa 2012: premiado el servicio a los inmigrantes

(desde la izquierda) Padre Mario Dorsonville, Marco Desalvo, Chiaretta Zanzucchi

Un día, mientras se dirigía al Centro Hispano Católico de Washington de Washington, el Padre Mario Dorsonville, director del servicio de Inmigración y Refugiados de la Cáritas Católica de su Arquidiócesis, fue detenido por un hombre joven que lo tomó por el brazo. Le dijo que tenía un gran dolor en el corazón. “Vamos a la clínica, te tiene que ver un médico”, le contestó Dorsonville. “No”, respondió el hombre. Su dolor derivaba del hecho de no tener documentos, y por ende no poder tener un trabajo. No sabía cómo volver a su casa al final del día y mirar a la cara a los niños: “No hay mayor pobreza que cuando encontramos personas invisibles”, afirma Dorsonville.

Empezó así la historia del Centro Hispano Católico de Washington, escrita por Marylin Boesch en la Revista Living City de Noviembre. Un taller de fe, ha sido definido este lugar, donde ahora “las personas se pueden volver visibles”. La Misión del Centro es ofrecer la mejor calidad de servicios integrados para los emigrantes y refugiados, para devolver esperanza y dignidad a sus vidas, y hacer que vuelvan a tener confianza, sean respetados y miembros efectivos de la sociedad estadounidense. Se hace dándoles atención médica y odontológica, con centros de atención y consultoría, cursos de inglés y programas de formación profesional.

Es al Padre Dorsonville, a nombre del Centro Hispano Católico, a quien se le otorgó el Premio Luminosa 2012, el pasado 17 de noviembre, ante la presencia de más de 250 personas, entre diplomáticos, políticos, representantes del hebraísmo, del islam y del cristianismo así como personas sin una particular tradición religiosa, reunidos en la Universidad Católica de América en Washington. “Este premio nos anima a seguir iluminando la oscuridad con el servicio a nuestro prójimo” afirmó el Padre Dorsonville al aceptar el reconocimiento.

En la entrega del premio, promovido por el Movimiento de los Focolares, estaban presentes Marco Desalvo y Chiaretta Zanzucchi, delegados de los Focolares para la región Este de los Estados Unidos, quienes compartieron una reflexión de Chiara Lubich sobre el amor al hermano: “El Espíritu Santo, iluminándonos con su carisma, nos dijo: precisamente el hermano, la hermana… pueden convertirse en nuestro camino para llegar a Dios, una apertura, una puerta, un camino, un pasaje para llegar a Él. Y si lo conseguimos, amando al hermano, éste no es sólo nuestro beneficiado sino nuestro benefactor porque nos procura lo máximo que podíamos esperar”

Hay una profunda sintonía con la experiencia del Centro Hispano Católico; la reflexión resuena entre los presentes, subrayando su trabajo cotidiano en favor de quien pasa necesidad. “Se trata de un servicio concreto, constante y valiente, que devuelve dignidad a muchas personas de distintas proveniencias étnicas y sociales… ayudándolas a injertarse como parte integrante de la sociedad” – escribió la presidente de los Focolares María Voce, en un mensaje dirigido al Padre Dorsonville.

El Premio Luminosa por la Unidad, se confiere, a partir de 1987, a personas o asociaciones cuya vida contribuye a construir puentes de recíproca comprensión entre cristianos de diversas denominaciones, los principales credos religiosos y personas de buena voluntad  que se han distinguido en varios aspectos de la vida social.

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Familias musulmanas y cristianas, itinerarios comunes

Descarga la invitación

Un momento de encuentro fruto de una red de relaciones y de experiencias comunes, maduradas a lo largo de los años en muchas ciudades italianas, que abre nuevas posibilidades: en la diversidad de perspectivas religiosas y culturales, la familia se presenta como un horizonte común donde efectuar un intercambio de testimonios y reflexiones a través del diálogo y la escucha.

El domingo 25 de noviembre, en el “PalaBrescia”, la capital de Brescia hospedará este original taller compuesto por alrededor de 2000 personas, familias musulmanas y cristianas, provenientes de más de 50 ciudades del Norte de Italia, la región del país con mayor índice de presencia de nuevos ciudadanos emigrantes que han hecho de Italia su hogar actual.

La cita es el resultado de un proceso de acogida y amistad en acto desde hace años entre cristianos y musulmanes, basado en la fe común en Dios. Un diálogo en la vida cotidiana que encuentra su raíz en el ideal de la fraternidad universal que inspira al Movimiento de los Focolares y a fieles islámicos pertenecientes a algunas comunidades musulmanas de Italia. Ha sido un proceso de reconocimiento recíproco, que construye un tejido sano y que se ha difundido del Norte a Sur de la Península, así como en otros muchos países del mundo. Ya en octubre del 2010 había tenido lugar en Loppiano, la ciudadela del Movimiento de los Focolares, el encuentro nacional “Itinerarios comunes para la fraternidad” con la participación de más de 600 personas (musulmanas y cristianas) y varias autoridades civiles y religiosas.

Brescia 2012 es una nueva etapa de un proyecto que confluirá en un evento nacional en Roma en mayo de 2013, un paso ulterior para construir el camino juntos. El 25 de noviembre se espera la participación de personalidades civiles y religiosas, entre las cuales el obispo de Brescia Mons. Luciano Monari, el imán de la Comunidad islámica de Brescia, el Dr. Amyn Hasmy y otros imán y responsables de Comunidades musulmanas presentes en Italia septentrional.

La mesa redonda que será el corazón de la Jornada estará centrada en la familia como promotora del bien común en la ciudad, concebida por ende como un recurso y no como un problema, pondrá el acento en las relaciones en las y entre las familias como espacio para un contagioso círculo virtuoso en la sociedad circunstante, para construir redes de solidaridad y proyectos compartidos.

El 2013 es además el Año europeo de la Ciudadanía: desde esta perspectiva –en la convicción de los promotores- también la familia puede ofrecer un aporte importante en la formación de ciudadanos responsables y activos que persigan el bien común.

Promotores:

  • Movimiento de los Focolares
  • Ucoii (Unión de las Comunidades Islámicas de Italia)
  • Crii (Concejo de Relaciones Islámicas Italianas)
  • Gmi (Jóvenes musulmanes de Italia)
  • Admi (Asociación de mujeres musulmanas de Italia)
  • Comunidades islámicas del Triveneto
  • Centro Cultural Islámico de Brescia
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Crisis en Gaza

Bloqueados durante días bajo las bombas del barrio católico de la Franja de Gaza, tres focolarinos fueron liberados gracias a la intervención del Patriarca Latino de Jerusalén, de los consulados de Francia, Corea e Italia y lograron salir escoltados por un convoy de las Nazioni Unite Un coloquio con las dos focolarinas que vivieron en primera persona el inicio de la nueva crisis.

 «No se entiende mucho lo que está sucediendo, ni dónde se quiere llegar. Lo cierto es que la situación es grave, se tiene la impresión de estar al borde de un abismo», me dicen por teléfono las dos focolarinas que se vieron sorprendidas por los bombardeos israelíes mientras visitaban los amigos de los Focolares que viven en la Franja.

«Salimos el miércoles, Corres de Corea, Gérard que es francés y yo, para visitar nuestra comunidad –cuenta Francesca, joven de treinta y cinco años, enfermera de profesión y vive desde hace más de 10 años en Jerusalén; queríamos ir ya desde hacía varios meses, pero por varias circunstancias lo  habíamos postergado. Apenas llegamos supimos de la muerte del jefe militar de Hamas, después de haber oído una fuerte explosión por el bombardeo. A partir de ese momento fue prácticamente imposible salir del pequeño barrio cristiano donde estábamos alojados, excepto por breves momentos».

Corres prosigue la narración: «Habíamos llevado una ayuda para los amigos de Gaza, recogida entre los amigos del Movimiento: ropa, útiles escolares, juegos para los niños, comida. Distribuimos las pocas cosas entre los amigos cristianos, en una atmósfera que era muy tranquila. Hemos sido testigos de la generosidad de esta gente, que recibiendo los dones a menudo nos indicaban otras familias que tenían más necesidad. A pesar de que se oían las bombas que caían, podemos decir que permanecimos seremos. Rezamos juntos, nos reunimos en pequeños grupos que querían saber noticias de nuestras comunidades de Israel, Palestina y del mundo. Jugamos con los niños y tomamos té con jóvenes y adultos».

Interviene otra vez Francesca: «Permaneciamos en el primer piso de las casas, porque no hay refugios donde ir, ni haya sirenas de alarma para ser avisados: porque en Gaza no existen ni los refugios ni las sirenas, se vive en una precariedad constante. Nos impresionó la fe de esta gente, su esperanza sin límite, tanto que eran ellos quienes nos animaban. No denotaban temor y nos repetían continuamente: “Estamos en las manos de Dios”. Ciertamente las bombas se oían, y mucho, pero se seguía viviendo con normalidad y en la simplicidad de la vida fraterna. Nos preparaban almuerzos casi de fiesta, a pesar de todo. Uno de ellos fue hasta el puerto para comprar pescado fresco para nosotros y una mañana cocinó en el horno la pizza para el desayuno». El momento más difícil era de noche cuando, ante cada estallido, los vidrios y la tierra temblaban, mientras que los aviones planeaban sobre la cabeza de la gente de Gaza City.

Naturalmente los tres focolarinos habían señalado su presencia a la ONU que estaba preparando una expedición para hacer salir a los voluntarios italianos y otros extranjeros de la Franja.  Durante dos días consecutivos fueron al lugar establecido para partir, pero en cada ocasión un obstáculo impidió que salieran hasta que un convoy de la ONU pudo escoltar a los voluntarios fuera de la Franja.

Concluye Francesca: «Me llevo una imagen de estos días: habíamos llevado colores y cuadernos para dibujar. Un niño pintó una casa debajo de un árbol. Pero en el corazón de la casa había un misil…. Estos niños han crecido sin paz, sin serenidad».

de Michele Zanzucchi (Fuente Città Nuova online)

 

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Siria, los jóvenes quieren la paz

¿Qué País, qué situación dejaste?

Siempre viví la guerra en la TV, en Palestina, Líbano, Iraq….Nunca habría imaginado que habría estallado en Siria, que habría estado sumergido en una película de terror. Éramos “un arcoiris”  en el cual están todos los colores, en cierto momento estalló la guerra y los colores desparecieron: pasamos al blanco y al negro. Se miraba al vecino como sospechoso, se perdió un gran patrimonio histórico, la paz, la convivencia, la coexistencia, la propia casa… Fuimos obligados a escapar, a perder el trabajo, los amigos… las personas se alejaron una de la otra. Después de una vida donde vivíamos uno al lado del otro, nos encontramos en trincheras distintas, en cada familia hay miembros desparecidos, raptados, huérfanos,  asesinados…

Homs era una ciudad llena de vida. Sentíamos que existían bombardeos en otros puntos del País y  pensaba que la TV exageraba, pero desgraciadamente nuestra ciudad se convirtió en línea de frontera. Más adelante  también nosotros nos encontramos en medio de los bombardeos. En ese momento comprendí que también Homs estaba inmersa en la guerra.

 ¿Qué significa vivir en guerra?

Significa sentir que todo el pasado desaparece  en un santiamén: la paz, la libertad de circular sin miedo. Siria era un país seguro, nadie le preguntaba al otro a qué religión pertenecía.  Un amigo mío murió, fue la primera persona que perdí en la guerra. Era un  amante de la paz. Las personas que mueren no son mas que números: 30 muertos hoy, 50 ayer….Cada uno de ellos tiene un nombre, un padre, una madre… Cuando me encontraba en la iglesia para el funeral de mi amigo, lloraba como nunca antes había llorado. Cuando el sacerdote preguntó: “¿Qué diría Cristo ahora? ¡Que perdonemos!”, se produjo un silencio impresionante; se sentía solo la respiración de la gente. Todo respondieron que debíamos perdonar. Pero yo no lo lograba. Me fui llorando, con el deseo de atropellar  a alguno de los asesinos. Pero luego reflexioné: ¿Qué estoy haciendo? Me dije.  ¿Mato también yo a alguien que será como mi amigo? Entonces di marcha atrás y volví  a casa: Recé: Dios, dame la paciencia. No debo matar, para evitar hacer el mal que yo he sufrido.

¿Cómo ves el futuro de Siria?

Poder ver el País de antes, en paz. “Deja tu espada de lado y vive en paz”, este tendría que ser el mensaje transmitido por todas las religiones. Espero que esta guerra mediática invite a los jóvenes a la paz y no a la lucha. Que los líderes religiosos den un mensaje de paz, de modo que los jóvenes podamos reconstruir Siria.

 

Fuente: TV 2000 – entrevista a Wael – 16 de octubre de  2012

 

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Historias de heroismo cotidiano

Son historias, rostros que componen un rompecabezas de esperanza. Son experiencias en vivo las que construyen los tres días del Congreso de adherentes (Castelgandolfo, 15-18 de noviembre), una cita esperada todo el año y que llegó a los mil participantes. La próxima edición será en enero, con participantes de otras naciones.

Tanino, daba clases en Hungría años atrás. Puesto en alerta ante posibles ‘espías’ del régimen que estaban entre sus estudiantes, cuenta: “Entré a la clase tratando de no pensar en los espías sino en descubrir lo positivo que había en cada uno de los estudiantes. Había una muy seria. Me detuve para preguntarle qué le pasaba. Me habló de un niño pequeño, enfermo, en condiciones de miseria. Encontré ayuda a través de mi hermana, ropa para el niño y otras cosas, y nos hicimos cargo”. Cuando termina la situación del comunismo, Tanino descubre que precisamente esta alumna suya era una espía. “Lo importante es amar – concluye -. Si hubiese buscado al espía, me habría distraído y no me habría dada cuenta de las dificultades de la alumna que había amado más”.

Toma la palabra Grace de Catania, con su historia involucra a la ciudad a actuar contra la llaga de los juegos de azar que afectan también a los menores. 13 años y 18.000 euros de deuda por jugar. Un peso que puede llevar a un chico a pensar en el suicidio. De todo esto se da cuenta Grace estando en el salón de clase y empieza así una acción de sensibilización dirigida a las madres, a los docentes, a las barriadas. Nace una campaña de recolección de firmas para pedir que se aplique la ley que prohíbe las casas de juego cerca de las escuelas y la publicidad de los juegos de azar en la prensa y la TV.

¿Cómo redescubrir que somos hermanos? Es el lema de estas experiencias. No sólo de Europa. Toma la palabra las Filipinas, a través de la presentación de los Centros Sociales Bukas Palad (que en tagalo quiere decir “Manos abiertas”). Atención a niños con desnutrición de tercer grado, educación para la salud, ayuda médica, ayuda a distancia para salir del círculo de la pobreza, apertura de guarderías (para 500 niños sólo este año); formación profesional para los jóvenes: en 20 años –con el lema gratuitamente han recibido, gratuitamente den- Bukas Palad ha ayudado a más de 90.000 personas, suscitando la ‘reciprocidad’, donde quien recibe ayuda, ayuda a su vez.

Graziella de Luca, entre las primeras compañeras de Chiara Lubich, vino a saludar a los participantes

Hay personas solas que esperan una sonrisa, un gesto concreto. Y es por esto que hay quien llega a prestar su sueldo para poder comprar una estufa el día de Navidad, a abrirle la puerta a una ‘gitana’ superando los prejuicios comunes, y descubriendo así en su rostro el de una hermana. “Conocimos a Pietro –cuentan Luigino y Esterina, con 44 años de casados- un anciano si casa. Tratamos de solventar sus necesidades: cambiar su ropa, hospedarlo en nuestra casa. Una mañana de Pascua le pide a Luigino si lo podía bañar y cortarle las uñas. Al decirle que sí sentimos la alegría profunda de servir a Jesús en Pietro”. Podríamos proseguir, con los 37 participantes de Líbano, con el sacerdote anticonformista, con las experiencias de los jóvenes, de Perú, de Panamá, y muchos otros.

El congreso se concluye y el telón se cierra con las notas de los artistas de Verona, pero prosigue a través de la elección de cada uno: tomarnos en serio las palabras del Evangelio: “Cualquier cosa que hiciste al más pequeño de mis hermanos, a mí me la hiciste” (Mt 25,40). –es éste el mensaje que parte desde acá. Cambian las costumbres cómodas, la regla de oro (haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti) se vuelve un “principio razonable”, mediante el amor al prójimo se pueden transformar los conflictos en relaciones nuevas.