Ago 31, 2006 | Focolare Worldwide
Hiroshima, 21-25 de agosto de 2006 Queridísimos y queridísimas participantes en la Asamblea de los jóvenes de las Religiones por la Paz: Sé que se han reunido en Hiroshima de todos los continentes del mundo para manifestar y trabajar a favor de la paz. A todos mi más caluroso saludo y el augurio de que esta asamblea sea rica de propósitos y de frutos concretos. No es necesario que me alargue sobre la importancia de cuanto están haciendo en estos días. La trágica situación de un mundo que añora la paz, pero que no la sabe encontrar, está ante los ojos de todos. Por lo tanto, cada gesto en esta dirección es significativo; todo esfuerzo, todo compromiso, es un aporte. Pero ustedes que son jóvenes creyentes, jóvenes religiosos, tienen -yo diría- una tarea y un papel del todo especial en esta inmensa cantera que es nuestro planeta. Si, porque ustedes, sin importar de cuál religión provienen, están convencidos de que el prójimo, cada prójimo, debe ser amado y respetado. De hecho la “Regla de oro” -así como es llamado este precepto- está presente en los Libros Sagrados de todas las grandes religiones. La misma dice en práctica: haz a los demás lo que quisieras que te hicieran a ti; desea a los demás lo que deseas para ti; no hagas o no desees a los otros lo que no desearías para ti; no hagas o no desees a los demás lo que te causaría dolor si te lo hicieran a ti. El amor hacia el prójimo, así entendido, es el aporte más esperado y eficaz; es la llave principal para la solución de todo problema, la respuesta fundamental para todo mal. Pero es necesario especificar cuál tipo de amor estamos llamados a llevar al mundo – nosotros que hemos recibido el don de la fe religiosa- es un amor especial, fuerte como la muerte. No es suficiente la tolerancia o la no-violencia, no basta la amistad o la benevolencia hacia los demás. Es un amor que va hacia todos indistintamente: pequeños y grandes, pobres y ricos, de la propia patria o de otra, amigos o enemigos. Exige misericordia y perdón. Después, debemos ser los primeros en amar, tomando la iniciativa, sin esperar ser amados. Y amar no sólo con las palabras, sino concretamente, con hechos, olvidándonos de nosotros mismos para ponernos al servicio de los demás. Y esto comporta sacrificio y esfuerzo. La verdadera paz y la unidad llegarán cuando este modo de vivir sea practicado no sólo por personas en forma aislada, sino juntas, en reciprocidad. En estos días podrán experimentar cuán verdadero es esto, amándose entre ustedes. En la liturgia cristiana se canta que: “donde hay caridad y amor allí está Dios”. Dios entre ustedes, que se hace presente por su amor recíproco, les iluminará sobre lo que hay que hacer, los guiará, será su fuerza, su ardor, su alegría. Les unirá como en una red invisible pero potente, también cuando estén lejos los unos de los otros. Por lo tanto amor entre ustedes y amor sembrado en muchos rincones de la tierra entre los individuos, entre los grupos, entre las naciones, con todos los medios, para que el mundo se vea invadido por el amor, también gracias al aporte de ustedes. ¡Ánimo, queridísimos jóvenes! Vayan adelante sin titubear. La juventud, que poseen, no hace cálculos, es generosa. ¡Si todos hacemos así, la humanidad será cada vez más una familia, y podrá resplandecer en el mundo el arco iris de la paz! Estoy con ustedes, Chiara Lubich
Ago 2, 2006 | Focolare Worldwide
Biacout, como todas las aldeas libanesas que todavía no han sido sometidas a bombardeos está repleta de familias refugiadas de las regiones meridionales de Beirut, cristianas y musulmanas, sin distinción. Se trata de una pequeña urbanización piloto, nacida durante la guerra de los años ’80 por obra de personas voluntarias de los Focolares, con el fin de ser un oasis de paz y de convivencia. Hoy vive un nuevo rostro de su “vocación”.
En el Centro Médico Social, encontramos a Acia a quien conocimos hace 20 años cuando, con su familia y otro centenar de personas, escapó de su aldea en el sur de Líbano. La encontramos en una playa, sin casa, sin víveres, completamente desprovista. Estuvimos cerca de ella y a partir de entonces la relación se profundizó.
Hoy la historia vuelve a empezar de cero. Acia ha acogido en su casa a tres familias provenientes de su aldea, además de dos viejitos. Su situación precaria no le impide compartir todo con los demás. “Nos las arreglamos como es posible”, nos dice. “Menos mal que es verano. Los hombres duermen en la terraza. Pero tenemos necesidad de colchones y sobre todo de medicinas para los niños, para mi mamá y para mi suegra, y también para mi marido”. De hecho, hace un año más o menos a su marido se le diagnosticó una esclesosis muscular y está siempre en tratamiento. Después continua: “Hoy otras familias fueron acogidas por mi vecina. Están en condiciones pésimas. Tienen necesidad de todo”.
Compartimos lo que tenemos y seguimos nuestra visita. Llegamos a la Casa Notre Dame, que fue construida en plena guerra para ser un lugar de paz, de escucha, de intercambio. Sawsan, la maestra del preescolar, ha acogida a 8 familias musulmanas. Agradecen a “Allah” por estar aquí y esperan poder volver a encontrar sanos y salvos los familiares que viven cerca de la frontera.
“Esperamos que ‘Allah’ queme a todos aquellos que nos asesinan”, dice con rabia una de ellas. Pero enseguida: “Es más fuerte que yo, me caliento, me altera lo que esta sucediendo, pero sé que también los otros del otro lado sufren como nosotros por la furia de la guerra”. Fatmé recalca: “Todos somos hijos de Dios. Que Allah, el Omnipotente, calme los corazones y los espíritus y nos haga volver a encontrar la paz”.
En tanto llega Wardé, una joven cristiana escapada del sur durante la última guerra con el marido y los hijos, para refugiarse en Biacout. Últimamente había regresado al sur. “Henos aquí de regreso a Biacout. ¡Agradezcamos a Dios! Ninguno salió herido ni golpeado. Vivimos juntos, 3 familias. No tenemos nada y tenemos miedo de lo que está sucediendo y de lo que nos espera todavía”.
Mientras conversamos, veo entre las manos de algunas mujeres chiítas largos rosarios. Invocan a ‘Allah’ el Grande, alabándolo, dándole gracias. Y es con esta bellísima nota espiritual que nos despedimos.
Wardé nos acompaña, nosotros tratamos de compartir su angustia. Regresamos al auto: en el corazón permanece la dulzura de estos momentos transcurridos juntos en la Casa Notre Dame y el amargo grito de dolor que resuena por doquier.
Jul 23, 2006 | Focolare Worldwide
Desde Líbano nos escriben los responsables del Movimiento: “Por enésima vez aquí, en Líbano, se experimenta que sólo Dios permanece. Acabábamos de terminar de reconstruir tantas estructuras después de la última guerra, bien, han desaparecido en pocas horas. Son ya 500.000 personas del Sur de Líbano y del Este (sobre alrededor de 4 millones de habitantes) que han escapado en menos de una semana. Bombardeos, muertos, heridos, cuanto se ve en la TV es todo verdad. Pero más verdadera todavía es la extraordinaria experiencia que estamos haciendo: sí, todo cae, pero el Amor vence. Después de los primeros momentos de perplejidad, miedo, de tantos ¿por qué?, el amor se ha puesto en circulación, más fuerte que el odio”. Cristianos y musulmanes – “También nosotros hemos abierto las puertas de nuestros Centros a tantos de nuestros amigos musulmanes con sus familias, que hemos conocido en los últimos 3 años y con quienes hemos empezado una relación de verdadera fraternidad. Junto a nosotros se han convertido en actores de este amor concreto: ayuda recíproca en la cocina, en la limpieza, haciendo jugar a los niños, yendo a ayudar a otros refugiados”. Un designio de Dios – “Líbano, por más que las grandes potencias puedan hacer creer lo contrario, se encuentra en su verdadero designio de Dios: cristianos y musulmanes, verdaderos hermanos. Realmente hay que agradecer a Dios porque del Mal está surgiendo un Bien inmenso. También estos amigos nuestros sienten que aún si el mundo entero nos abandonara, Dios nunca lo hará”. La solidaridad no se detiene – “Productos alimenticios de todo tipo, dinero, personas que viven cerca y que aseguran su presencia para cualquier necesidad: en medio del dolor, encontramos la alegría de sentirnos verdaderos hermanos, la experiencia extraordinaria de ser una ‘familia’ nos hace experimentar que el amor reconstruye las relaciones, sana las heridas, disminuye el temor, devuelve la esperanza, trae la paz”. Nos ha llegado también la experiencia directa de los jóvenes, comprometidos en primera fila en las acciones de solidaridad que está promoviendo el Movimiento. Escribe J: El reto más difícil – “Quisiera contarles la experiencia de esta guerra desde otro punto de vista: es verdad que es una situación ‘alarmante’, que está yendo para atrás y que tendrá consecuencias terribles para Líbano; es también verdad que no sabemos lo que sucederá en el futuro, y que si sigue así este conflicto podría transformarse en una guerra en Medio Oriente… y nuestra mente podría seguir yendo adelante sin detenerse, PERO, en el momento presente, el reto más difícil es superar la tentación de la impotencia que nos quema lentamente”. Salir de sí para ir hacia el otro – “La experiencia que hemos hecho con la comunidad del Movimiento de los Focolares en el encuentro del sábado pasado, y con los jóvenes en nuestro congreso el sábado y el domingo ha sido la de salir de nosotros mismos, pasando de la observación a la acción, e ir hacia los demás, ayudando, amando… quizás solamente en las pequeñas cosas, escuchando a los demás, jugando con los niños. Con algunos jóvenes fuimos a Beirut donde estaban unos 600 refugiados en dos escuelas; les hemos llevado colchones y algunas cosas de las que tenían necesidad”. “Es verdad que todo cae, pero todavía es más verdadero que debajo del caos, está Dios que trabaja, sólo es necesario estar atentos. Seguimos rezando pero sobre todo la vida “en todo sentido” en el momento presente” J.
Jul 22, 2006 | Focolare Worldwide
Hemos recibido de la comunidad del Movimiento en Líbano un nuevo testimonio: un retazo del drama que vive la población cristiana y musulmana de ese pequeño país, y del compromiso de paz y solidaridad que vence el temor, el odio y la violencia.
Quien desee contribuir con ayudas en efectivo, puede enviarlas enseguida a la AMU (ver página al final)
El testimonio
Me encuentro en el automóvil. La circulación es muy lenta. Por doquier hay concentraciones alrededor de los supermercados, de los grandes negocios. La gente tiene una mirada apagada o de rebelión. Sola en el auto, vuelvo a ver aquello que creía haber olvidado.
Pegada a la radio que advierte del peligro que puede surgir de un segundo al otro, escucho nuevamente la música de Flash Information Radio Liban, aquella que escuchábamos en los momentos más difíciles y más graves de la larga guerra, aquella que se ha grabado para siempre nuestros oídos, aquella que siegue haciéndonos erizar la piel. “Aquí la redacción: las aldeas de Sur Kleya, Debl, Marjehyoun y tantas otras localidades están en una situación muy crítica. La gente se agolpa en las iglesias, en los salones de los municipios en una situación de extrema precariedad. Hacen un llamamiento para ser ayudados a evacuar enfermos, discapacitados, ancianos, heridos… No tienen víveres ni medicinas, están sin agua y sin electricidad. Es una emergencia humanitaria, la situación no se puede prolongar…”.
Después de algunos segundos, otra vez, la misma música, la misma voz grave: “La periferia de Zahlé ha sufrido un intenso bombardeo, la central eléctrica fue dañada…. hacemos un llamado a todas las personas: no circulen si no en caso de extrema necesidad”.
Suena el celular (móvil): es una amiga que vive en Achrafieh, Beirut. Me pide que la ayude a encontrar un rincón seguro para su madre…
Sí, la guerra esta vez presenta un nuevo peligro: aniquilar un país, un pueblo… La batalla se combate destruyendo los puentes, las calles, todas las infraestructuras públicas y privadas. Todas las regiones están en el objetivo. Ninguna se salva: el sur, la Békaa, el norte, la costa, Beirut. El peligro está en todas partes. La gente está extenuada. Nos han hecho entender que el final no será mañana.
Pero…
… en este infierno y en este estado de desolación general, hay siempre un rayo le luz, de nuevas energías, para dar esperanza, para motivar y animar…
Como sucede en la IRAP (Escuela de Rehabilitación para sordomudos): la gente llena completamente el salón, los pasillos, las aulas se transforman en campamentos.
Tratamos de establecer contactos para coordinar las ayudas con las instituciones sociales. Rollos de papel higiénico, cobijas (mantas), stock de víveres, medicinas para los pequeños víctimas de violentas diarreas están en camino hacia un centro de acogida en Bourg Hammoud. Colchones, vestidos llegan desde los mismos libaneses para sostener a las familias con niños pequeños.
Intentamos ponernos en contacto con nuestros amigos del sur, aislados sin ninguna ayuda. Pero muchas veces las líneas telefónicas han sido destruidas.
La voluntad de vivir y de hacer vivir no se apaga. También si las posibilidades son limitadas.
Cristianos, Musulmanes, Chiítas y Sunitas, todos corren la misma suerte, y están unidos debido a la violencia que indistintamente se desencadena sobre ellos, están unidos porque son libaneses, porque aman su tierra, porque son fieles a sus raíces.
Es este espíritu de solidaridad que mantenemos vivo. La paz, por la que nos hemos movilizado, sostenidos por la oración, debemos construirla en nosotros a cada momento y recomenzar, recomenzar. Para vencer los sentimientos de temor, odio y violencia que quisieran abatirnos.
Un grupo de jóvenes ha dejado nuestro Centro para ayudar otros. Una de ellas decía: “Aquí hemos vivido ‘momentos de cielo'”. Le respondí: “Que cada uno de ustedes lleve el cielo allí donde va”.
Es éste el bien más grande que tratamos de donar a quien está a nuestro alrededor. Tenemos necesidad de todo. Muchos han perdido lo que tenían. Pero sobre todo tenemos necesidad de amistad, de solidaridad, de oración.
El ‘País de los cedros’ renacerá una vez más, ¡vivirá! La esperanza de Claudel y la fe de los grandes santos está viva en nosotros. Nuestra señora de Harissa vela sobre este pequeño país, jardín de Dios “pedazo de cielo en la tierra”, que cada uno quisiera poseer, como repite el cantor de Líbano.
Nosotros lanzamos un llamamiento a todos nuestros amigos, a los organismos que ya han colaborado con nosotros: pongan en movimiento una cadena de oración, una cadena de ayuda. Movilicen la opinión pública a favor de la soberanía de Líbano. ¡Cada gesto de solidaridad será bienvenido!
Del equipo de la IRAP: Janine y Mona
Como ayudar:
Asociación “Acción por un Mundo Unido”
Ong – Via Frascati, 342 – 00040 Rocca di Papa (Roma) – Italia
c/c bancaria n. 640053 en Sanpaolo IMI, Agencia de Grottaferrata (Roma) ABI 01025 CAB 39140 CIN M
Coord. Bancarias internacionales para depósitos desde el extranjero:
IBAN IT16 M010 2539 1401 0000 0640 053 BIC IBSPITTM – Causa: ” Emergencia Líbano “
En Italia se puede usar también la cuenta corriente postal 81065005, siempre a nombre de AMU, indicando la dirección de la ONG y la causa.
La Asociación “Acción por un Mundo Unido” (AMU) es una organización no gubernamental (ONG) que se inspira en la espiritualidad de la unidad del Movimiento de los Focolares y se propone favorecer la fraternidad entre los pueblos, promoviendo proyectos de cooperación para el desarrollo, en el respeto de las realidades sociales, culturales y económicas de las poblaciones.
Mar 13, 2006 | Focolare Worldwide
En una de las regiones más pobres del noreste brasileño, afligida por una gran sequía, se ha dado vida a un proyecto de desarrollo que prevé la construcción de infraestructuras, intervenciones educativas sobre la salud, información sobre métodos de cultivo, valoración de los recursos e irrigación. El aspecto más innovador ha sido ilustrado por el Prof. Luigino Bruni, quien está entre los responsables del proyecto: “Los campesinos deben descubrir sus propios recursos y sus propios talentos: aprender a compartir sus descubrimientos, sus habilidades, sus progresos, y a poner en común también los beneficios que comporta para ellos este camino. Si la comunión no llega a ser una cultura no hay esperanza de que el problema social pueda resolverse algún día”. Con el objetivo de llegar a 4 millones de campesinos en los 180 municipios del semi-árido, el proyecto gubernamental Sertão vivo, inaugurado oficialmente en julio pasado, es el resultado de la colaboración entre el Gobierno de Ceará, la Comunidad Shalom y la experiencia de la Economía de Comunión, nacida precisamente en Brasil hace 15 años, por iniciativa de Chiara Lubich. El Estado de Cearà, ubicado sólo un poco más por debajo de la línea del Ecuador, tiene 7 millones de habitantes, una renta básica mucho más baja que la nacional, y una elevada tasa de desocupación, mortalidad infantil, analfabetismo. Desarrollo futuro – Después del primer curso de Economía humana y reciprocidad, y de la apertura, en junio 2005, de un centro de animación cultural, administrado por los tres Entes, el futuro prevé dos cursos de Economía al año, dirigidos a los formadores, y después estudios en el territorio, mediante la colaboración de las universidades y del ofrecimiento de becas. La dirección científica del proyecto ha sido confiada a Emmir Nogueira, co-fundadora de Shalom, y a Luigino Bruni, docente de Economía de la Universidad Bicoca de Milán (Italia) y responsable de la Comisión internacional de la Economía de Comunión. (de un artículo de “Il Regno” N. 2/2006)
Mar 11, 2006 | Focolare Worldwide
Ayubu tiene 42 años y vive en Akum, en Camerún. Confecciona bolsos de rafia, una típica actividad artesanal de su aldea: «Cuando me dijeron que tenía Sida caminaba como un hombre muerto. Era dos personas al mismo tiempo: una estaba ya muerta, la otra era el cuerpo que se movía. Me invitaron al Club. Estaba sorprendido de ver tanta gente en mis condiciones que reía y hablaba normalmente. Poco a poco volví a la vida: ya no era dos, sino uno. Volví a ser un hombre viviente. También mis bolsos se venden y estoy aprendiendo a trabajar la cerámica». El “Club” al que se refiere Ayubu es uno de los grupos de apoyo para enfermos de Sida realizados por el Movimiento de los Focolares en Nigeria, en Camerún, Kenia y la República Democrática del Congo. Mediante la red de los “Clubes” en distintos distritos, se le ofrece un apoyo global a la persona, para sostener a los pacientes, sus familias y las personas en riesgo. El proyecto se ha convertido en parte del proyecto ONU, y los resultados alcanzados, es decir la constitución en cada comunidad local de una red de solidaridad social en expansión, que se auto-promueve, con costos de intervención muy bajos, han sido presentados en la XIV Conferencia Mundial sobre el Sida (Barcelona, 7-12 de julio de 2002) y han sido publicados en las Actas entre las “Intervenciones y programas de mejoramiento”. Como nace la idea – El proyecto tuvo inicio en 1992, en un hospital de una misión Nigeriana, bajo la guía de dos médicos y una religiosa; juntos se dieron cuenta de que para controlar la difusión del virus y evitar la marginación de los enfermos, no era suficiente seguir el protocolo hospitalario para el tratamiento de los enfermos de Sida. Era necesaria, de hecho, una colaboración entre: personal sanitario, miembros de la familia, profesores, autoridades locales, curanderos tradicionales, para construir un sentido de fraternidad y una cultura de aceptación hacia las personas seropositivas. El testimonio de uno de los pioneros, el médico español Fernando Rico González: «Por distintas razones, especialmente por falta de formación y de conocimiento, las personas seropositivas a menudo se niegan a aceptar el diagnóstico. Me he sentido interpelado por el profundo sufrimiento, sin esperanza, que he encontrado en muchos. Entonces empecé a hablar de ello a mis pacientes y a preguntarles si les gustaría encontrarse junto con otras personas con sus mismos problemas, para ayudarse recíprocamente ». De Nigeria la experiencia se repite en otros países africanos. Por ejemplo hoy día son alrededor de cien las personas asociadas a los dos clubes de Akum y Bali, en Camerún. Unos veinte de ellos son niños. Otras personas gravemente enfermas son atendidas y visitadas en casa. Estos “clubes” son sostenidos por la ONG ‘Acción por un Mundo Unido’ (AMU). Para este proyecto han sido recogidos hasta ahora € 16.048,24. El presupuesto de gastos anual está por encima de los 18.600 €. La causal para un eventual depósito a la AMU –Acción por un Mundo Unido es “Proyecto Bamenda”. (de Amu Noticias 1/2004 – 2/2005 – 4/2005 y Living City 5/2005)