
Del sueño al compromiso: las propuestas de Loppianolab
«Más de mil participantes, de los cuales una cuarta parte en la franja de edad de los jóvenes, chicos y niños; tres temas centrales sobre trabajo, educación, participación, a partir de la herencia del año ’68; casi cincuenta talleres para grandes y pequeños; decenas de relatores» destaca satisfecha Aurora Nicosia, Directora de la revista Città Nuova, en la conclusión de LoppianoLab, el laboratorio para Italia que se realizó, el 29 y 30 de septiembre, en la Ciudadela Internacional de Loppiano y cuyo título se relacionaba con el aniversario de la contestación: “Del sueño al compromiso, educación, participación, trabajo, a los cincuenta años del ‘68”. Cada uno de los tres temas – educación, participación, trabajo – fue el centro de una plenaria, a la que le siguieron talleres abiertos al aporte de todos. La mañana del sábado 29 de septiembre fue dedicada al tema del trabajo, con la puntualización de “Por qué el trabajo no terminará”, que puso en diálogo a Carlo Petrini, fundador y alma de Slow food, con la economista Hermana Alessandra Smerilli y el Padre Antonio Loffredo de la cooperativa social La Paranza, moderados por la abogada Flavia Cerino. Sobre la herencia que nos ha dejado el año ’68 en el ámbito cultural, político y eclesial, hubo un debate entre Mario Capanna, político y ensayista, el teólogo Brunetto Salvarani y la ex diputada Rosy Bindi con la moderación de Marco Luppi (hitoriador, Instituto Universitario Sophia) y Federico Rovea, (doctorando en Ciencias de la educación, Universidad de Padua) con el tema cuyo título era: Del sueño al compromiso: Más allá de la revolución y la contestación del año ’68.
La mañana del domingo 30 de septiembre, en cambio, se concentró en el tema de la educación, con el título “Del sueño al compromiso: hablemos de educación 4.0 Entre memoria y futuro… una cuestión de sentido”. El debate, moderado por el escritor Paolo Di Paolo, contó con la presencia del profesor y escritor Eraldo Affinati, Emma Ciccarelli, vice presidente del Forum Associazioni Familiari, y Michele De Beni, pedagogo y docente del Instituto Universitario Sophia. Entre los temas tratados, se vio la situación que vive hoy el mundo de la enseñanza y más ampliamente, el mundo de la educación. «LoppianoLab, fue importante para volver a focalizar algunas prioridades: el trabajo, la necesidad de participación en muchos lugares compartidos entre sociedad y política, el rol central de la educación…» comenta Marco Luppi, docente de Historia Política Contemporánea del Instituto Universitario Sophia. «Pasando del sueño al compromiso, yo parto del hincapié que se hizo, de alguna manera, en todas las charlas y talleres, el de un trabajo común que nos espera a todos, creyentes y no creyentes, hacia la construcción del bien común, en un diálogo no sólo posible, sino también urgente».
Como en los años anteriores, la fórmula de los talleres que caracteriza el evento puso en diálogo a ciudadanos, empresarios, operadores de la comunicación, estudiantes y docentes, políticos, miembros del asociacionismo, jóvenes, intelectuales, de todas las regiones de Italia y de otros países. «Como conclusión, destaca Aurora Nicosia, «podemos decir que el título de esta edición, “Del sueño al compromiso”, no quedó en un slogan, sino que pasó a ser algo vital, un impulso a no renunciar a los “sueños”, como ha menudo dice el Papa Francisco, sino a darles a esos sueños concreción, con un compromiso individual y coral». Tamara Pastorelli

Inclusiva, equitativa y sostenible
Carolina Carbonell está entre los organizadores del Congreso de Economía de Comunión de Rosario, la poblada ciudad de la provincia de Santa Fe, a 300 Km. de Buenos Aires. Lo define como “un maratón”. Quizás porque todo comenzó con una carrera. «Era febrero 2018. Pocos meses antes había llegado la propuesta de organizar un Congreso en nuestra ciudad. Hacía mucho calor. Caminando por el área peatonal de la ciudad, encontré a un viejo amigo de la Universidad, hoy director de una serie de hoteles. Rápidamente lo detuve y le conté nuestro sueño, así encontramos el lugar para el Congreso». El 6 de septiembre pasado 70 personas estaban presentes en la inauguración, con una conferencia con el título ¿Qué es la Economía de Comunión? «No pocas, considerando el hecho de que eran días en donde las Facultades están siendo objeto de protestas por parte de los estudiantes».
El segundo día prosiguió el “maratón”. «Todo el equipo – relata Carolina – se levantó temprano para ir a visitar a más de 300 chicos de cuatro y quinto año de 12 escuelas de Rosario, reunidos en el “Colegio Natividad del Señor” para participar en un taller. Los muchachos pusieron toda su creatividad para “crear” empresas y “tomar decisiones” sobre distintas situaciones como la competencia, la crisis, la distribución de las utilidades y a selección del personal. De todas formas la parte más interesante fue el examen al que someten a los empresarios de la EdC presentes, quienes respondieron según su experiencia de vida. En la tarde fuimos al After Unplugged “Empresas de un solo tiempo” en La Maquinita Rosario». Se trata de un espacio de coworking (infraestructura de trabajo compartido) donde Gonzalo Perrín, Leandro Simeoni y Lucas Longhi contaron su experiencia de empresarios en un proyecto de bien común. «El sábado 8 le dimos la bienvenida a 120 participantes, provenientes de 30 ciudades de 8 provincias y 4 naciones distintas. Un buen grupo, muy heterogéneo por edad y profesión. Después de una presentación innovadora, de los orígenes hasta hoy de la EdC siguieron los testimonios de los empleados de algunas empresas que forman parte del proyecto. Eran experiencias distintas, desde una empresa familiar que produce banquetas sustentables, a un contact center con 1.200 empleados, hasta “Nomines”, una empresa inclusiva que sólo contrata personas con capacidades diferentes».
Después del almuerzo, se presentó la original propuesta de un juego, el baile de las sillas, pero en una versión distinta y más divertida, en lugar de eliminar a quien se quedaba sin lugar se eliminaban las sillas. «Se necesita ingenio y equilibrio para sentarse encima de los demás si hacerse daño. El momento más difícil es cuando queda una sola silla, y todos tienen que sentarse sin que nadie se caiga. El mismo ingenio es el que tienen que tener los que trabajan para eliminar la pobreza». Con gran profundidad se presentaron algunas realidades entre las más tristes que están presentes en la sociedad, para recordar los motivos por los que nació la EdC. Al final, concluyó Carolina, «cuando pensábamos que faltaba poco para llegar a la meta», porque se trataba de un maratón, «y parecía que ya no va a suceder nada, llegó lo imprevisto. El domingo, algunos niños de 8 años contaron sus experiencias; la de una pequeña empresa, para ganar dinero y compartirlo con los chicos de otros países en guerra, o también la de sus visitas a un centro para ancianos donde aprenden a estimarlos». La conclusión fue la entrevista a Martina, de 9 años: «Las preguntas, pero sobre todo las respuestas presentaban la profecía que contiene la EdC, las personas que viven la cultura del dar desde niñas son las que un día podrán cambiar la economía». Fuente: www.focolare.org/conosur

Medicina es encuentro
«Años atrás, la relación médico-paciente fue definida “una historia de silencio”, en la convicción de que un buen paciente tiene que seguir las directivas del médico sin hacer objeciones, sin hacer preguntas». Flavia Caretta, médica geriatra en el Policlínico “A. Gemelli” de Roma y referente de Health Dialogue Culture, está entre los organizadores del último congreso realizado por la red internacional en Caruaru, en el Estado de Pernambuco, cuyo título era: “Diálogo Interdisciplinario en la Construcción de la Salud Integral” (23-25 de agosto). HDC mantiene relacionados entre sí a profesionales del área bio-médica que, inspirándose en la espiritualidad de la unidad de Chiara Lubich, han promovido una reflexión y una compartición de prácticas sobre el tema del cuidado del enfermo, considerado en la globalidad de sus dimensiones. Casi 400 profesionales estaban presentes en el Congreso, provenientes de todas partes de Brasil. «La insatisfacción del paciente por la “mala” comunicación – observa Caretta – es superior a cualquier otra insatisfacción en el ámbito las competencias técnicas. La cultura tecnológica ha especializado los distintos conocimientos, pero a menudo ha “fragmentado” la identidad del paciente y las relaciones interpersonales entre quien atiende y quien es atendido. El riesgo puede ser el de perder, o no adquirir nunca, la capacidad de mirar al enfermo en su conjunto […] Cada pregunta sobre el tratamiento contiene una exigencia de relación. Ignorar esa dimensión significa reducir la medicina a la aplicación de una técnica, a una prestación de servicios, mientras que en primer lugar es el encuentro con una persona».
«La calidad del coloquio clínico no depende sólo de la aplicación de conocimientos científicos o de las “habilidades” comunicativas del operador, sino también de su capacidad de “entrar” en lo que el paciente está viviendo. El proceso asistencial no puede ser considerado un protocolo que hay que descomponer en procedimientos, pues allí está implícita una dimensión humana imprevisible, a la que no puede aplicarse un standard, y que debe ser jugada dentro de una relación personal, en reciprocidad. Ningún aspecto del tratamiento tendría el mismo efecto si no se entra en relación con el otro. […] Entre las nuevas tendencias en medicina, además de la comunicación y de la personalización de los tratamientos, se le está dando relieve a los estilos de vida, al rol que revisten la comunidad y la sociedad para la salud, y en particular en la dimensión espiritual». «Quisiera ofrecer algunas modalidades experimentadas y compartidas por muchos profesionales de varias competencias, proveniencias geográficas y culturales, que inspiran su vida, y por lo tanto también su profesión, en los valores ínsitos en la espiritualidad del Movimiento de los Focolares. […] En la relación con el paciente se demostraron eficaces algunas estrategias, como la escucha, que requiere dejar de lado preocupaciones, juicios, interpretaciones apresuradas, para dejar lugar a lo que el otro quiere comunicar, con palabras, miradas, silencios. El silencio también es comunicación, a veces más elocuente de lo que pueda captarse en un diálogo. Más aún, el compromiso de lograr entrar en el momento presente libera de la prisa y de los condicionamientos que podrían ofuscar la decisión que se debe tomar».
La coherencia entre los valores espirituales y su puesta en práctica en la profesión, destacó Caretta, «no se refiere sólo a la relación con los pacientes. Es cada vez más imprescindible interactuar de manera muy estrecha con varias competencias. Las revistas científicas, sobre todo en los últimos años, en la perspectiva de mejorar la organización de los servicios y la calidad de la asistencia, subrayan cada vez más la necesidad del team del tratamiento, el trabajo en equipo, las múltiples disciplinas coordinadas. […] Recuerdo una expresión de Vaclav Havel, poeta y primer presidente de la República Checa: “La esperanza no es creer que las cosas cambiarán. Esperar es que tú puedes marcar una diferencia”. La reciprocidad puede transformar todo componente del mundo de la salud, operador o paciente, todo componente del mundo académico, estudiante o docente, en un protagonista del cambio». Para contactarse, noticias y profundización: www.healthdialogueculture.org
Tsunami y terremoto en Indonesia
Más de 1.200 cadáveres se encontraron después del terremoto y el tsunami que afectó a la isla de Sulawesi. El sitio del Vaticano informa que “se encontraron 1.203 cuerpos, pero algunos todavía no han sido identificados o recuperados”, dijo Insan Nurrohman, vice presidente de Aksi Cepat Tanggap, una de las principales ONG de Indonesia. Los socorristas trabajan sin descanso. Lograr sacar a las personas que todavía están vivas es una tarea delicada. “El gobierno está mandando maquinaria pesada para liberar los escombros –afirma Matteo Amigoni, responsable de Cáritas italiana para Indonesia y Filipinas- pero hay que sortear el problema de la falta de electricidad y gasolina, que no permite utilizar los medios”. En el Angelus, el Papa Francisco dijo: “Rezo por los difuntos, tristemente numerosos, por los heridos y por cuantos han perdido la casa y el trabajo. Que el Señor los consuele y sostenga los esfuerzos de quienes están comprometidos en llevar socorro”.

El día nace de la noche
Familias desmembradas, pobreza, inseguridad extrema. Aumentan los precios, falta de alimentos, de transporte público, energía eléctrica y agua corriente. La crisis de todo un país se sintetiza en la oración que se reza antes de la cena, la primera plegaria que Agostino y Marisa recitan en tierra venezolana: “Señor, gracias porque hemos podido encontrar alimento, y lo podemos comer y compartir”. «Teniamos planeado encontrarnos con familias, primero en el Centro Mariápolis cerca de Caracas, luego en Valencia y en Maracaibo. Emeris y Oscar nos acompañaron y nos hicieron partícipes de su vida». Agostino y Marisa, que habían vivido muchos años en Santo Domingo, reviven la experiencia del contacto con la pobreza, vivida por muchos en ese país, y del dolor del desapego de los familiares, obligados a emigrar. La misma experiencia que vivieron miles y miles de italianos, huyendo de la crisis de post-guerra. Se embarcaban con maletas de cartón. «El pueblo venezolano durante décadas acogió a los inmigrantes y ahora está obligado a emigrar. Del bienestar a la inseguridad extrema. Nos dijeron: “Éramos ricos y en la abundancia y no lo sabíamos, ahora todo es precioso”». “La crisis es la bendición más grande para las personas y las naciones, porque las lleva a progresar. La creatividad nace de la angustia como el día de la noche oscura…”. Así decía Albert Einstein, en 1931. «Había que tener agallas para escuchar allí estas palabras», contenidas en un video realizado por Familias Nuevas. Las familias nos pidieron que lo presentáramos al día siguiente también. Nos dijeron: “Habéis estado en Santo Domingo y en Cuba para ayudarnos aquí, hoy”. “Esta crisis económica nos abrió los ojos a las necesidades del prójimo”».
En Caracas el programa va adelante «lleno de actividad: charlas personales, almuerzos, cenas con familias. Por turnos habían pedido permisos en los trabajos, y venían a la casa de Emeris e Oscar. Contamos una experiencia que para nosotros había sido fundamental. Teníamos que decidir dónde vivir y teníamos ideas completamente distintas. Entonces, una noche hicimos el pacto de hacer propio, en profundidad, el deseo del otro. Surgió una solución inesperada, que contenía los elementos importantes de ambos, pero era nueva. Un fruto del amor recíproco». Nos refieren: «Muchas familias tienen coche, pero es muy difícil repararlo, ya sea por el costo que tiene el arreglo, como por la falta de obreros especializados, que han emigrado. Un problema grande son los neumáticos. Emeris y Oscar también estaban preocupados por un neumático gastado. Después de algunos días nosotros compramos dos de los cuatro neumáticos, era lo que ahorraríamos de la comida. Los cambiaron, y esto nos permitió viajar».
Valencia, a dos horas de Caracas, sufre la falta de agua y hay mucha dificultad con el transporte público. «En un pueblito rural, Guacamaya, nos encontramos con la comunidad que antes estaba en contacto con Ofelia, obligada a partir. Están decididos a encontrar el modo para ir adelante sin tener que dejar el país». Estaban presentes también muchos jóvenes, «como esponjas absorbían cada cosa que se decía». «Después de dos días, el viaje a Maracaibo corría el riesgo de suspenderse por controles y bloqueos. Pero fue todo bien. Sin electricidad todo se hacía difícil: mucho calor, la imposibilidad de encender los acondicionadores, falta de conexión internet, programas que cambiaban. La noche en que debiamos volver a la ciudad nos esperaba una cena con dos familias, pernoctaríamos en casa de otra familia y desayunaríamos en otra, para poder ver a todos sin pesar económicamente sobre nadie. Por la ruta, un bloqueo por manifestantes nos constriñe a volver atrás. La familia que nos recibe nuevamente, como no estaba en su programa que volviéramos, no tenía nada en casa. Con pasta que teníamos nosotros, cocinamos. Una velada hermosa. Increíblemente había corriente eléctrica, lo cual nos permitió descansar a la noche. Al día siguiente, llegando a Maracaibo, supimos que allí no había habido luz y para todos había sido un alivio ese cambio de programa». En su narración, está también este episodio: «La mañana del encuentro con la comunidad el transporte escaseaba y había largas colas para los alimentos. La familia que había organizado todo llegó tras largas peripecias. Su hija les había propuesto que rezaran para encontrar un medio de transporte, y después de poco tiempo un coche se detuvo y les ofreció llevarlos». Esto también es Venezuela hoy.