Alegría, emoción, sorpresa y también curiosidad. Muchos y distintos sentimientos y también gran expectativa de los 500 participantes de la Asamblea general de los Focolares en audiencia con el Papa Francisco. El grupo, en efecto, está compuesto por personas procedentes de 137 países. Entre ellos hay católicos, cristianos de otras iglesias; hay también alguno que no tiene referencias religiosas. Así se ha expresado la Presidente Maria Voce presentando a la Asamblea. Estaban reunidos en la Sala Clementina, en el Vaticano, y dirigiéndose al Papa le dijo: «Las personas aquí presentes, de varias edades, culturas, vocaciones, laicos y consagrados, vírgenes y casados, vivieron una experiencia apasionante de comunión en la cual, por el constante y siempre renovado amor recíproco, recorrieron un camino de discernimiento comunitario, en escucha del Espíritu, en la distinción de las líneas a seguir para poder responder a los dolores y a las esperanzas de la humanidad de hoy con nuestro específico carisma de la unidad» Fue significativa su mención a la Evangelii Gaudium: «Ésta fue casi una escuela-laboratorio para ejercitarnos en compartir, en pensar y trabajar con Jesús entre nosotros, redescubriéndonos el pueblo nacido del Evangelio y llamado por lo tanto, a vivir y testimoniar nuestro carisma y donarlo a todos. Su exhortación apostólica fue, sin duda, uno de los faros que iluminó nuestros trabajos». Otra nota significativa que testimonia el carácter “ecuménico” de la Asamblea de los Focolares: «Nos hemos sentido particularmente solicitados (llamados, interpelados) a buscar con fe nueva los posibles caminos para unirnos y que se produzca una participación cada vez más plena en la vida y en la conducción del Movimiento de los hermanos y hermanas cristianas de las varias Iglesias que lo integran» Y el Papa Francisco, alentando a vivir el carisma de la unidad hasta el fondo, se expresó de esta forma: «Queridos hermanos y hermanas: Os saludo a todos los que formáis la Asamblea General de la Obra de María y queréis vivirla plenamente insertados en el «hoy» de la Iglesia. Saludo de especial manera a Maria Voce, que ha sido ratificada como presidenta durante otro sexenio. Al darle las gracias por las palabras que me ha dirigido también en vuestro nombre, formulo a ella y a sus más estrechos colaboradores mis cordiales deseos de una provechosa labor al servicio del Movimiento, que durante estos años ha ido creciendo y enriqueciéndose con nuevas obras y actividades, incluso en la Curia Romana. Cincuenta años después del Concilio, la Iglesia está llamada a recorrer una etapa de la evangelización testimoniando el amor de Dios por toda persona humana, empezando por los más pobres y por los excluidos, y para fomentar con la esperanza, la fraternidad y la alegría el camino de la humanidad hacia la unidad. La Obra de María –de todos conocida con el nombre de Movimiento de los Focolares– nació, en el seno de la Iglesia católica, de una pequeña semilla, que con el paso de los años ha dado vida a un árbol que ahora extiende sus ramas por todas las expresiones de la familia cristiana e incluso entre miembros de las diferentes religiones y entre muchos que cultivan la justicia y la solidaridad junto con la búsqueda de la verdad. Esta Obra surgió de un don del Espíritu Santo –¡sin duda!–, el carisma de la unidad que el Padre quiere dar a la Iglesia y al mundo para contribuir a realizar con incisividad y profecía la oración de Jesús: «Para que todos sean uno» (Jn 17, 21). Nuestro pensamiento va con gran afecto y gratitud a Chiara Lubich,, testigo extraordinaria de este don, quien durante su fecunda existencia llevó el perfume de Jesús a tantas situaciones humanas y a tantas partes del mundo. Fiel al carisma del que nació y del que se alimenta, el Movimiento de los Focolares se encuentra hoy ante la misma tarea que aguarda a toda la Iglesia: aportar, con responsabilidad y creatividad, su peculiar contribución a esta nueva época de la evangelización. La creatividad es importante: no se puede seguir adelante sin ella. ¡Es importante! Y, en este contexto, quisiera transmitir tres palabras a los que pertenecéis al Movimiento de los Focolares y a quienes, de diferentes maneras, comparten su espíritu y sus ideales: contemplar, salir y hacer escuela. (leer más el texto íntegro del Papa) (RV).- (Con audio)
Atender a los demás
Atender a los demás
0 comentarios