«Carmen, ¡qué gran ayuda para el Camino! ¡Qué mujer fuerte! Nunca conocí a nadie como ella». Con estas palabras Kiko Argüello comunica la muerte de Carmen Hernández en una carta dirigida a todos los caminantes, los que adhieren a la propuesta del Camino Neocatecumenal. Kiko Argüello escribe también que Carmen fue para él «un ser maravilloso» y recuerda «a la mujer, su gran genialidad, su carisma, su amor por el Papa y, sobre todo su amor a la Iglesia» Carmen Hernández era la responsable junto con Kiko Argüello y el Padre Mario Pezzi del Camino a nivel internacional. Los funerales se realizarán el 21 de julio en la Catedral de Madrid y los presidirá el Arzobispo Carlos Osoro Sierra. La recuerdan las más de 30 mil comunidades neocatecumenales, que están presentes en 120 países del mundo. Estará presente un numeroso grupo de obispos y cardenales cercanos a la realidad neocatecumenal. Ella nació en Olvega, en España, y vivió una larga vida. Estaba atenta a escuchar al Espíritu que la llevó, después de haber estudiado química, a encontrar la vocación misionera que advirtió en su juventud. Hizo una experiencia en un instituto misionero, realizó estudios de liturgia en el contexto de la profunda renovación conciliar y pasó un período de dos años en Tierra Santa. Finalmente, en 1964 tuvo un encuentro con Kiko entre los marginados de Palomeras Altas, en la periferia de Madrid. Allí el impulso evangelizador de Carmen tomó una forma nueva, junto con la comunidad cristiana que con Kiko iba formándose en medio de los pobres. La presencia de Carmen proporciona una sólida base teológica y litúrgica a la fuerte catequesis de Kiko, y su acción se convierte en una verdadera y justa formación post-bautismal. Fue fundamental su rol en la redacción del Estatuto del Camino que tuvo la aprobación de la Santa Sede en 2011. En el 2015 recibió el Doctorado Honoris Causa en Sagrada Teología de la Catholic University de América de Washington, en reconocimiento a su gran contribución a la formación cristiana en todo el mundo. «Ustedes recibieron un gran carisma, para la renovación bautismal de la vida», dijo el papa Francisco en su discurso a los adherentes al Camino Neocatecumenal el pasado 18 de marzo, la última vez que Carmen Hernández fue vista en público. Pero el Santo Padre habló con ella personalmente por teléfono el 1º de julio pasado durante una audiencia privada que le concedió a Kiko Argüello y al Padre Mario Pezzi. El Movimiento de los Focolares se une a la oración y al agradecimiento, teniendo un vivo recuerdo de la comunión entre los movimientos eclesiales sellada en Pentecostés de 1998 cuando Juan Pablo II se encontró por primera vez con los Movimientos y las Nuevas comunidades, cada uno fruto particular de un carisma donado por el Espíritu Santo a la Iglesia y a la humanidad para responder a las exigencias de nuestro tiempo. Maria Chiara De Lorenzo
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