Movimiento de los Focolares

Encender la llama en los jóvenes

Jul 14, 2013

Hoy más que nunca se está planteando el tema de la corrección de las iniquidades de nuestra historia. La esperanza está depositada en los jóvenes: Igino Giordani nos invita con este escrito extraído de “La sociedad cristiana” a reflexionar….

Nuestro sistema educativo ha preparado para este mundo a hombres que no comprenden la sociedad en la que deben vivir. Este sistema está destinado a destruir nuestra civilización y ya la está destruyendo.  Es inútil culpar a los políticos, a los empresarios, a los abogados… Hemos dado a muchos de nuestros jóvenes el primer empujón para que se introduzcan en el camino de la criminalidad. Es culpa nuestra si las calles están repletas de delincuentes. Es el momento de reparar esta locura. Es el momento de recoger a esta juventud, tan preciosa para la sociedad, y alimentarla con la fuente de la Vida.

Si los resultados no son buenos -¿quién de nosotros puede librarse de esta responsabilidad? ¡Que cada uno examine su conciencia y examine también su filosofía de vida! Puesto que rechazamos las enseñanzas de la religión no logramos darnos cuenta de las más graves mutilaciones del laicismo. El hecho de haber alejado la religión de nuestra vida significa haber reducido la cultura a la erudición, la vida a la técnica, la ciencia a los manuales. Significa haber privado el espíritu del hombre de los valores del espíritu. Significa haberle quitado a la sociedad los principios constitutivos para constituirse y gobernarse, haberle quitado los criterios para elegir entre el bien y el mal, con sentido de responsabilidad y conciencia de la culpa. Una cultura sin Dios es una cultura a la que le falta la idea de un juez infalible, y por lo tanto de una sanción segura e inevitable ante cada acción humana. Y un ciudadano que no cree e ignora la sanción eterna tiende fácilmente a abusar del hermano, también porque ignora que se trata de un abuso moral. El hombre aprende cómo se hace una máquina pero desconoce como fue hecho él mismo. Sabe para qué sirve la atmósfera pero ignora para qué sirve el alma.

Educar, formar, es encender una llama. Si queremos formar jóvenes capaces de elevarse por encima de la ganancia económica y del placer sensual, hay que elevarlos con una fe superior a la materia y al sentido. El hombre se eleva mediante un impulso sobrenatural, que no lo hace superhombre, sino que lo confirma como semejante a Dios. Este impulso de ascender se llama amor a Dios y su natural expansión es el amor al hombre. Genera hambre y sed de justicia y el joven, ávido de ella, lleva esta hambre a la sociedad.

La llama encendida se debe alimentar y hay que educar al joven para que custodie y haga crecer el calor y la luz.  El tiene necesidad de una educación que no se limite solo a la infancia, sino que vaya del nacimiento hasta la muerte, es decir a lo largo de toda la vida en el cual hay que arder y dar luz. Esta llama tiene necesidad de alimento, y el alimento es variado, son palabras, libros, espectáculos, y son sobre todo ejemplos y experiencias. Esta llama viva permite que se experimente  la gracia divina que empuja a ir hacia los seres más atormentados, hacia los menos dotados, los débiles, los derrotados, los despreciados, para compensar en ellos, con nuestro don, nuestras deficiencias. Orientarse hacia ellos es necesario, como es necesario aspirar a la salud, aunque estemos enfermos, es más, justo porque estamos enfermos. Es necesario que todos colaboremos para suscitar una disposición de paz y de fuerza, de colaboración y de altruismo, para convertirnos en divulgadores de la verdad.

Igino Giordani en: La società cristiana, Città Nuova, 2010 (ed. Salesiana, 1942).

___

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete a la Newsletter

Pensamiento del día

Artículos relacionados

En la misma barca: un viaje hacia la paz

En la misma barca: un viaje hacia la paz

8 meses de navegación, 30 puertos y 200 jóvenes. Tras zarpar en marzo de 2025 de Barcelona (España), el buque-escuela por la paz “Bel Espoir” prosigue su viaje que terminará en octubre, uniendo las cinco orillas del Mediterráneo. A bordo, se alternarán ocho grupos de veinticinco jóvenes de distintas nacionalidades, culturas y religiones que, animados por el deseo común de construir un mundo mejor, convivirán conociéndose, entre debates y experiencias personales, abordando nuevos temas en cada escala. Entre ellos también una veintena de chicos y chicas, entre jóvenes embajadores de Paz de Living Peace y jóvenes del Movimiento de los Focolares. Berhta (Líbano), implicada en el proyecto MediterraNEW, que trabaja por la educación de los jóvenes del Mediterráneo, principalmente inmigrantes, nos cuenta su experiencia.

Argentina: compromiso con el diálogo intercultural con los pueblos originarios

Argentina: compromiso con el diálogo intercultural con los pueblos originarios

Agustín y Patricia y sus dos hijos son una familia argentina. Tras un curso en Sophia ALC, la sede latinoamericana del Instituto Universitario con sede en la ciudadela internacional de Loppiano (Italia), fueron en busca de sus raíces entre los pueblos originarios y nació un fuerte compromiso por el diálogo intercultural.