El Movimiento de los Focolares en Perú está difundido en sus tres regiones geográficas: costa, sierra y selva. Hay comunidades muy vivas en varias  ciudades del país con aproximadamente  2.000 miembros.

En el año 2009, la Pontificia Universidad Católica de Lima otorgó, a Chiara Lubich, el título de Profesora Honoraria.

Se cuenta con 3 centros del Movimiento: 2 en Lima y 1 en Arequipa.  Existen varias y vivas comunidades esparcidas en todo el País: Talara, Trujillo, Chiclayo, Lima, Ica, Arequipa e Tacna.

Perú es un país muy rico en recursos naturales, fue la cuna de la civilización Inca y pre-inca. Esto dejó una gran riqueza cultural y arqueológica como las ruinas de Macchu Picchu, consideradas una de las siete maravillas del mundo.

La llegada de los españoles y después la  inmigración  africana y asiática  han  hecho de Perú un país multicultural, ya que es una suma de tradiciones, razas, creencias y culturas procedentes de todo el mundo. Como dijo el escritor peruano Mario Vargas Llosa: “Si escarbamos un poco descubrimos que el Perú es, en pequeño formato, el mundo entero”.

La gran cordillera de los Andes es el marco natural  de los valores del pueblo peruano: trabajador, solidario, hospitalario, profundo, sólido; al igual que las montañas de hasta 6.300 metros que atraviesan todo el País.

La familia, no obstante los problemas del mundo de hoy, todavía se puede  considerar  una célula sana; la vida es considerada y acogida como un don de Dios; la figura de la mujer es emblemática por su  amor y sacrificio en llevar adelante la familia. Sobre estos valores el Movimiento Familias Nuevas, de los Focolares, encontró el humus apropiado para sostener, iluminar y  ayudar la vida de la familia en sus  alegrías y dolores.

Con su programa de Adopciones a Distancia, ayuda alrededor de 300 niños, distribuidos en los lugares más pobres de los Andes Peruanos.

La población juvenil e infantil en el País es del 59%. Los jóvenes y niños que han  conocido el Movimiento se han sentido atraídos por el ideal del Mundo Unido, lanzándose a vivir por los demás.

Tres jóvenes de Arequipa, en 1972, participaron en un encuentro del Movimiento en Argentina.  Regresaron entusiasmadas por el estilo de vida evangélico y en pocos  meses contagiaron del ideal de la unidad a otras personas. Luego, en 1981, una familia de Lima fue invitada a participar en un encuentro en la ciudad de Bogotá, Colombia. A su regreso, abrieron  el camino a  muchos otros. Después, miembros del Movimiento de Colombia empezaron a visitar, con cierta frecuencia, a estos grupos que cada vez crecían y estaban sedientos  de conocer más profundamente la espiritualidad de la unidad.

Se empezaron a hacer las primeras Mariápolis peruanas en la ciudad de Arequipa  (1982) y luego en Lima y Trujillo.

Con la alegría de todos, en 1989 se inauguró el primer centro femenino en Lima. Después, en 1995 se abrió el masculino y, en el 2001, otro centro femenino en la ciudad de Arequipa, al sur del País.