30 de septiembre de 2017
¡Queridísimas y queridísimos!: Al final de nuestro encuentro internacional en Castel Gandolfo, en el que hemos podido constatar lo que el Carisma de la Unidad realiza en el mundo, y hemos profundizado nuestra identidad como Obra de María, nos ha nacido el gran deseo de llegar a cada uno de ustedes que, de distintas maneras, ha adherido al Ideal y lo vive, y que, en las situaciones más variadas da su contribución para construir fragmentos de fraternidad. Hemos pensado que son muchos y muchos aquellos a los que les debemos gratitud y reconocimiento por haber amado, sufrido y dado la vida para construir esta realidad. Con el corazón en la mano, queremos expresar un inmenso gracias a todos, sin olvidar a aquellos que, aun no considerándose hoy parte activa del Movimiento, siguen viviendo su vida cotidiana movidos por el mismo Ideal de Chiara. Ciertamente la Virgen, Madre de la Obra y de todos, nos ayudará a proseguir juntos en el camino hacia la unidad de la familia humana, como testigos de su amor, dondequiera que estemos. Sintiéndonos todos, en lo que cada uno hace y vive, como pequeños nudos de una gran red, les abrazamos
Emmaus junto con todos
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