El 11 de noviembre se recuerda el centenario del final de la Primera Guerra Mundial, a la que siguió la Conferencia de paz de París (18 de enero de 1919 – 21 de enero de 1920). Pero por otros cinco años al menos en toda Europa continuaron las revoluciones y violencia de todo tipo. Desde Finlandia hasta Anatolia, desde el Cáucaso hasta Irlanda, de Alemania a Grecia. “Las guerras son siempre trágicas”, afirmó el Presidente de la República italiana Sergio Mattarella, el pasado 4 de noviembre. Y haciendo propias las palabras del escritor Claudio Magris, dijo: «“Cada país pensaba dar una pequeña bella lección al enemigo más cercano, sacando una ventaja territorial o de otro tipo. Ninguno lograba imaginar que la guerra pudiera ser tan tremenda, y prolongarse tanto”. En nuestro presente nuevamente surcado por vientos de guerra, que el recuerdo del centenario sea un llamado a perseverar en el proceso de integración y unificación europea, únicas garantías de una paz duradera».
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