
Monsignor Livio Maritano (a destra) insieme a Chiara Lubich, i genitori di Chiara Luce Badano, e la dott.ssa Maria Grazia Magrini, vice postulatrice della causa di beatificazione di Chiara Luce.
La relación de monseñor Maritano con el Movimiento de los Focolares se volvió particularmente significativo tras su encuentro con Chiara Luce Badano, una joven miembro de los Focolares de su diócesis, probada por una enfermedad terminal.
La había conocido en el último periodo de su vida y quedó impactado por su luminoso testimonio cristiano, “por la altura de espiritualidad, el nivel de amor a Dios que le daba la fuerza para hacer frente a la enfermedad”.
Ante la noticia de la muerte de monseñor Maritano,
Maria Voce dijo: “Ha sabido leer en la vida de Chiara Luce la santidad en la vida cotidiana”.
Después de la muerte de la joven Badano, comprobando la creciente fascinación que continuaba a emanar, identificó en su vida los signos de una dimensión de santidad universal que tocaba los corazones de muchos, especialmente de los jóvenes. Comprendió que Chiara Luce era un modelo para ofrecerles, como ha subraya
do Benedicto XVI en ocasión de su
beatificación. Él personalmente ha querido llevar este testimonio en todas partes, en Italia, donde fue llamado para contarlo.
Monseñor Maritano estuvo en varias ocasiones con
Chiara Lubich. La estima hacia su persona y su carisma, que veía encarnado con particular intensidad en la vida de la joven Chiara Luce Badano, dio lugar también a mantener con la fundadora de los Focolares una relación epistolar.
“El Movimiento de los Focolares recuerda con gratitud y aprecio a monseñor Livio Maritano”, dice María Voce. “Nos unimos en la oración a la familia, amigos, a la diócesis de Acqui y a toda la Iglesia”.
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