Con la presencia de jóvenes abogados de 6 países europeos – España, Italia, Eslovaquia, Austria, Bulgaria, Rumania – el quinto seminario veraniego de Comunión y Derecho se concluyó en Ottmaring, Alemania, el 30 de julio de 2010 con un balance positivo que ha confirmado el interés por este tipo de encuentros que ya desde hace años se desarrollan durante el verano en alguno de los países de Europa.
En el panorama jurídico-cultural europeo, jóvenes estudiantes de Derecho y los recién graduados, hacen una experiencia de fraternidad mediante el estudio del Derecho, realizando una búsqueda individual y colectiva de un Derecho “nuevo”, basada el aporte que cada uno está invitado a vivir, a través de la escucha recíproca y de la apertura al “otro”.
“Libertad religiosa y pluralismo” ha sido el argumento tratado este año, solicitado por los jóvenes al terminar el seminario del año pasado.
La primera jornada empezó con aspectos histórico-jurídicos del derecho a la libertad religiosa tal como se expresan en las distintas leyes internacionales y, específicamente en las declaraciones y constituciones de Europa y en las diversas aplicaciones de la jurisprudencia obtenidas de algunas decisiones de la Corte Europea de los Derechos del Hombre y de algunas Cortes Constitucionales o internas de los Estados nacionales. Apreciado el análisis del principio de laicidad del Estado y la presentación de algunas experiencias nacionales en el plano de su interpretación y aplicación.
Diálogo, encuentros por grupo y excursiones culturales marcaron los tiempos de las cuatro jornadas del seminario.. Particularmente participada la visita a importantes lugares históricos como los de la “Paz Augustana”, la Iglesia de Santa Ana y el encuentro en una mezquita, con el imán y algunos fieles musulmanes, que se concluyó con una generosa degustación de platos típicos.
Del intercambio sobre los distintos sistemas jurídicos, en un diálogo apasionante enriquecido por los participantes de distintos credos, en la dialéctica entre las motivaciones de la persona y las de la colectividad, emergió la exigencia de que los Estados maduren un concepto de laicidad que tenga en cuenta el aporte que la religión puede ofrecer para construir una sociedad laica, abierta y solidaria –como concluyó la abogada Giovanna Rigatelli, en su exposición.
Ante el riesgo y peligro de que en la actual Europa multiétnica se constituyan grupos cerrados al resto de la sociedad, resultó estimulante lo que dijera Igino Giordani en una aplaudida intervención suya en la Asamblea Constituyente italiana el 15 de marzo de 1947: “El amor es el anti-límite, el amor es lo que nos obliga a superar continuamente las particularidades de la raza, las particularidades de la casta y las particularidades de la nación”.
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