“Plenitud, felicidad, tenacidad, familia, una experiencia única, de escucha, diversidad”, son algunas de las palabras clave que se repiten en los comentarios dejados por los jóvenes del Liceo Basile, quienes también fueron protagonistas de los tres espectáculos y de los talleres en los que participaron desde el 31 de enero al 5 de febrero en Palermo (Italia del sur). «Es como si me hubiera convertido en una de ellas, con un ideal grande, creer que el amor de verdad puede superar todo y que nuestros corazones no tienen fronteras», escribe Irene. El Liceo Científico “Ernesto Basile” es considerado como una institución de vanguardia, y está situado en Brancaccio, el barrio donde trabajó el Padre Pino Puglisi, un sacerdote que en 1993, fue asesinado por la mafia, que ahora es Beato. Las problemáticas sociales en la zona no faltan y el tema educativo está siempre abierto: los porcentajes de deserción escolar están muy por debajo del promedio nacional. Por esto hay múltiples iniciativas que se llevan adelante en la escuela, que con frecuencia representa la única posibilidad de rescate, apuntando a que las jóvenes generaciones crezcan con la conciencia de pertenecer a una comunidad. Y testimoniar, a veces con esfuerzo, una vida que vaya contra la corriente y les dé la posibilidad de reflexionar sobre las elecciones que a menudo los llevan a llevar una vida equivocada. Un encuentro casi casual con el Gen Verde ocurrido en el mes de mayo del año pasado, despertó en los jóvenes el fuerte deseo de concretar el proyecto educativo START NOW, que ya ha sido experimentado en varias ciudades de Europa y Asia. «Los objetivos educativos del proyecto – explican las artistas del grupo- son la promoción del arte como catalizadora de la educación a la paz, la valorización de las diversidades culturales, del diálogo intercultural, de los derechos y de la dignidad de la persona, de relaciones interpersonales que estimulen el desarrollo integral de la persona». “Hubo un entusiasmo del mil por ciento” en la preparación de este evento. Los talleres, con la participación de un centenar de jóvenes, fueron lugares para experimentar la propia creatividad y para descubrir sus propios talentos. Lo lograron trabajando codo a codo con las integrantes de la banda, como co-protagonistas, compartiendo las varias experiencias artísticas dentro del respeto y de la escucha recíproca. PalaOreto, 3 de febrero. Los jóvenes subieron al palco con el Gen Verde ante un público de mil adolescentes de las escuelas del barrio y de sus familias. Continuaron el domingo siguiente en el Teatro Golden con un segundo festival por la noche, y las entradas estaban ya agotadas dos semanas antes del evento. Emocionados pero seguros de su performance, ellos dieron lo mejor de sí mismos en las coreografías, en el canto, en la danza y en el teatro, contagiando enseguida al público. Sobre todo vivieron una experiencia única, que no concibe los “muros” y que puso en relieve que las diferencias, las diversidades, la marginación pueden ser superadas. «El día después siempre tiene sabor a nostalgia, pero ahora es distinto: ¡es un sabor a desafío! Buen “Start Now” para todos nosotros, ¡pequeños guerreros de la periferia!», escribió en su página de facebook la docente promotora del evento al día siguiente del espectáculo. Es el sueño de alguien que trabaja cada día con estos jóvenes, contrastando la marginación y el malestar a través de la creatividad y estímulos positivos, ayudándolos a no permanecer encerrados en el propio espacio cotidiano, promoviendo una escuela inclusiva de las distintas dimensiones de la persona. .
Hacer sentir la cercanía
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