20151201-02

Todavía están presentes en nuestros ojos las imágenes que nos llegaron de la sufrida Bangui , capital de la República Centroafricana, donde el papa Francisco, demostrando gran coraje, quiso abrir la primera “Puerta de la Misericordia”. Aquél 29 de noviembre, se expresaba así: «Hoy Bangui se convierte en la capital espiritual del mundo. El Año Santo de la Misericordia se anticipa en esta tierra. Pero en esta tierra que sufre están también todos los países que están pasando a través de la cruz de la guerra. Bangui se convierte en la capital espiritual de la oración por la misericordia del Padre».

Y en referencia a la fecha elegida del 8 de diciembre, el Papa explica en la Bula que «Esta fiesta litúrgica indica el modo como Dios actúa desde los comienzos de nuestra historia. Después del pecado de Adán y Eva, Dios no quiso dejar la humanidad sola y dominada por el mal. Por esto pensó y quiso a María santa e inmaculada en el amor (ver Ef 1,4), para que fuera la Madre del Redentor del hombre. Ante la gravedad del pecado, Dios responde con la plenitud del perdón. La misericordia será siempre mayor que cada pecado, y nadie puede poner límite al amor de Dios que perdona».

«En la fiesta de la Inmaculada Concepción –continúa Francisco- tendré la alegría de abrir la Puerta Santa. Será en esta ocasión una Puerta de la Misericordia, donde quienquiera que entre podrá experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y da esperanza»

Pero no existe solo la sorprendente novedad de abrir la primera “puerta santa” en la lejana Bangui, porque Francisco desea que se abran muchas puertas, en todo el mundo, para dar a todos los cristianos la posibilidad de atravesarla con los mismos efectos de renovación interior de quienes lo harán en Roma, centro de la cristiandad. En efecto, el Papa continúa en la “Bula” indicando que «el domingo sucesivo, el Tercero de Adviento, se abrirá la Puerta Santa en la Catedral de Roma, en la Basílica de San Giovanni in Laterano. Sucesivamente se abrirá la Puerta Santa en las otras Basílicas Papales. En el mismo domingo establezco que en cada Iglesia particular, en la Catedral que es la Iglesia Madre para todos los fieles, o también en la Subcatedral, o en una iglesia de especial significado, se abra para todo el Año Santo una Puerta de la Misericordia igual».

La quisiera también en los Santuarios, en las metas de muchos peregrinos, y en todos esos «lugares sagrados que a menudo tocan el corazón con la gracia y que encuentran el camino de la conversión». Cada país, por lo tanto, será directamente involucrado «a vivir este Año Santo como un momento extraordinario de gracia y de renovación espiritual»

El Jubileo, por lo tanto, será celebrado en Roma «así como también en las Iglesias particulares como signo visible de la comunión de toda la Iglesia»

Lee el texto completo:   Bulla de convocación 

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