Al aproximarse la navidad, también este año hay mucho revuelo entre las y los gen4 que se toman en serio y realizan la invitación a acoger a Jesús en quienes se encuentran en dificultad.

El Papa Francisco, en la navidad de 2017, nos invitaba a hacer de modo que: «nuestro corazón no esté cerrado como lo estuvieron las casas de Belén». Tomando en serio la invitación del Papa, ayudados por los asistentes, implicando a padres, profesores, compañeros del colegio, la acción «Han desalojado a Jesús» (HDJ) se está orientando a financiar proyectos de acogida, para ayudar a aquellos que no son acogidos y sufren por falta de paz, de justicia, no tienen casa o se ven obligados a dejar su propia tierra.

En este único «marco» de la acogida, se preparan pequeños talleres para confeccionar las figuritas del niño Jesús que nace para cada hombre, hoy como ayer, y espera que lo recibamos en todos los necesitados. Desafiando a veces la indiferencia de las personas y la dificultad para obtener los permisos para estar en lugares públicos. «¿Por qué llevar al niño Jesús por las calles?». Una niña responde: «Porque hay personas que no conocen a Jesús y se lo damos a conocer». Preparan villancicos o teatros donde se representa la historia de Jesús, organizando fiestas para las familias, para los niños, o van a las residencias de ancianos….

La acción HDJ conducida por los más pequeños, lleva en sí los valores profundos de la Navidad: el don de sí mismo, el agradecimiento, el amor desinteresado, la generosidad. Refuerza indirectamente estos valores también en los adultos, en las familias. Promueve habilidades manuales, creativas, imaginativas, de colaboración, de programación, de expresión mediante la realización de las figuritas. Desarrolla en los niños una ciudadanía activa, la solidaridad y la fraternidad, a través de la recogida de fondos destinada a aportar respuestas concretas a las necesidades de otros niños en diversas zonas del mundo.

Estimula el deseo de dar. De hecho, son muchos los que han dejado espontáneamente un donativo para sostener tales iniciativas y muchas son las experiencias contadas por los adultos que reciben el mensaje de estos pequeños que con amor querrían encontrar una casa para Jesús, al menos durante la Navidad. «Entrar en un supermercado y verse acogidos por niños tan sonrientes que te ofrecen al Niño Jesús es impactante», ha exclamado un señor de Florencia. «¡Pensamos que podemos encontrar todo en un supermercado, pero nunca hubiera contado con poder volver a casa llevando conmigo a Jesús!».

Rosi Bertolassi

 

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