Movimiento de los Focolares

Silencios de amor

Nov 7, 2003

Testimonios

En el hospital tenía que hacer guardias nocturnas con otro médico que se decía cristiano, pero que no era practicante y a menudo, viéndome participar en la Misa casi todos los días, me tomaba el pelo. Teníamos que permanecer disponibles toda la noche, pero él me dejaba sólo ya al final de la tarde y esto para mí quería decir mucho más trabajo. No era justo, pero “Bienaventurados los pobres de espíritu…” así que traté de mantener hacia él una actitud abierta, sin juicios, un mes, dos… Un día me dijo que deseaba venir a la Misa conmigo porque: “en estos meses, de tu modo de amar en silencio, he aprendido muchas cosas”. Desde aquél día no volvió a salir del hospital antes de tiempo, e incluso empezó a preocuparse por mí durante la noche para que no me cansara demasiado. En otro momento compartí la habitación con un médico de religión islámica. Varias veces me hizo notar que nuestro modo de vivir la Cuaresma es mucho más suave que el Ramadán de ellos. Mientras tanto me enteré que su madre había muerto hacía un año y no tenía a nadie que se ocupara de su ropa y de sus cosas personales. De hecho me había dado cuenta que su bata a menudo estaba sucia y que le faltaban algunos botones. Una noche decidí lavarle la bata, planchársela y pegarle los botones que le faltaban. A la mañana siguiente, lógicamente, le costó reconocer su bata y preguntó quién la había arreglado. Cuando lo supo, vino a abrazarme diciendo: “Ahora entiendo. Amando en silencio has dado un sentido mucho más profundo al ‘mortificarse’ de cuanto yo habría podido imaginar”.

___

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete a la Newsletter

Pensamiento del día

Artículos relacionados

Reconocer la belleza: Giulio Ciarrocchi y su legado

Reconocer la belleza: Giulio Ciarrocchi y su legado

El 26 de junio de 2025, Giulio Ciarrocchi, focolarino casado que trabajó durante muchos años en la Secretaría de Familias Nuevas, regresó a la casa del Padre. El Movimiento de los Focolares le agradece su legado y su ejemplo de fe inquebrantable y sin temores.

Fratellanza

Fratellanza

La fraternidad, ser hijos del mismo Padre, puede ser la raíz de todo pacifismo. En este extracto del libro «Rivolta cattolica», Igino Giordani escribe casi una invocación, un llamamiento poético que nos obliga a levantar la vista y nos abre los ojos sobre quién es nuestro hermano, ese hermano que puede ser clasificado como enemigo, como extranjero, como migrante, pero siempre es hermano. Es un llamamiento que, escrito allá por 1925, toca nuestras fibras más profundas y nos desafía a ser constructores de paz.