Movimiento de los Focolares
Paolo Rovea, una vida en Dios

Paolo Rovea, una vida en Dios

Gratitud y reconocimiento a Dios. Estas palabras resumen la multitud de mensajes que han llegado de todo el mundo por Paolo Rovea. El 3 de julio de 2025, en un accidente de montaña, Paolo puso fin a su vida terrenal. Casado con Barbara, tienen cinco hijos: Stefano, Federico, Francesco, Miriam y Marco.

En 1975 conoció el Ideal de la unidad del Movimiento de los Focolares. “Me cambió la vida radicalmente”, dijo. Ese año, asistió al Genfest en Roma, y regresó con el deseo de vivir al 100% con los gen, los jóvenes del Movimiento de los Focolares. Durante 14 años, se comprometió incansablemente, haciendo del Evangelio su estilo de vida.

Con Barbara, también una gen, comenzaron a planear formar una familia. Las parejas comprometidas y las familias jóvenes comenzaron a considerarlos cada vez más como puntos de referencia. Una de ellas escribió: “Con gran dolor por esta pérdida, estamos profundamente agradecidos por el amor, la estima, y la confianza que recibimos de Paolo. Agradecidos por los muchos años de acciones extraordinarias y alocadas que compartimos. Con Barbara, él forjó la historia de Familias Nuevas —la rama de los Focolares para el apoyo familiar— y la historia de muchas parejas, incluida la nuestra”.

Paolo también se va consolidando cada vez más en su profesión, con experiencia y sensibilidad. Se graduó en medicina por la Universidad de Turín (Italia), especializándose en oncología y radioterapia oncológica. En la misma universidad, impartió un máster plurianual. Trabajó como médico de hospital y posteriormente se convirtió en jefe del departamento de Oncología y Radioterapia Oncológica en Turín, hasta su jubilación en 2021. También obtuvo un máster y realizó cursos de perfeccionamiento de bioética.

En 1989, sintió la llamada de Dios al camino del focolar y le confesó a Danilo Zanzucchi, uno de los primeros focolarinos casados: “Estoy en un momento muy importante de mi vida: mi trabajo como médico debe convertirse en permanente; me casé hace cinco meses. (…) Doy gracias a Dios por todos los dones que me ha concedido: en primer lugar, por el ideal de unidad (…), por mi familia (…) la vida gen (…); por Barbara, mi esposa, con quien estoy viviendo unos meses maravillosos (…) Te aseguro que emprendo con un renovado deseo de santidad este camino único que es el focolar”.

Una vida arraigada en un crecimiento constante en su relación con Dios.

Muchos recuerdan cómo Pablo rara vez decía que no a una petición o necesidad; estaba presente para quien lo necesitara con un amor concreto. Su talento y profesionalismo estaban al servicio de quienes lo rodeaban: si había que cantar o tocar música, cantaba y tocaba; si había que escribir un texto, escribía; si había que dar un consejo médico, estaba dispuesto; si había que dar un consejo, lo daba con desapego, animando a los temerosos y animando a los inseguros. Su capacidad para acercarse a la vida de todos los que iba conociendo, hizo que, con el tiempo, muchos lo percibieran como un verdadero hermano, un miembro de la familia, un amigo fiel.

El compromiso de Paolo y Barbara con el Movimiento de los Focolares va creciendo, especialmente dentro de Familias Nuevas (FN). Una de los ámbitos que les apasiona profundamente es la educación sobre la afectividad y la sexualidad. Gracias a ellos, en 2011, en sinergia con las diversas agencias de formación del Movimiento de los Focolares, nació un programa en este ámbito, Up2Me, basado en la visión antropológica característica de los Focolares.

Maria y Gianni Salerno, responsables de Familias Nuevas, dicen: “Aunque a Paolo y Barbara los conocemos desde cuando éramos jóvenes, hemos trabajado juntos a diario durante los últimos 10 años en la Secretaría Internacional de Familias Nuevas. La pasión, la generosidad, la creatividad y el compromiso incansable con el que Paolo lo llevaba a cabo todo, siempre atento a la relación con cada persona, siguen siendo un testimonio muy grande para nosotros y siempre han sido un incentivo para avanzar juntos, para esforzarnos cada vez más y mejor por servir a las familias de todo el mundo. A menudo, cuando hablábamos con él sobre cómo abordar los desafíos que enfrentan las familias hoy en día, para estar cada vez más cerca de todos, sugería ideas innovadoras, útiles para adaptarse a los nuevos tiempos y a las necesidades de la gente. Viajó mucho con Barbara y dejó una estela de luz en todo el mundo”.

“Muchas de las nuevas iniciativas de Familias Nuevas, continúan los Salerno, fueron sugeridas y coordinadas por él, junto con Barbara. Entre ellas se incluyen el programa Up2me, Formato Familia, un programa de diálogo y crecimiento con otras familias en la ciudadela internacional de los Focolares en Loppiano, y, por último, pero no menos importante, la Loppiano Family Experience, una escuela de tres semanas para animadores de Familias Nuevas de todo el mundo, también en Loppiano. Incluso en esta dolorosa pérdida, sabemos que podemos contar con su apoyo irremplazable, que ahora, desde el Cielo, será aún más fuerte…”.

¡Gracias, Paolo!

Lorenzo Russo

Evangelio vivido: “Examínenlo todo y quédense con lo bueno” (1Ts 5, 21).

Evangelio vivido: “Examínenlo todo y quédense con lo bueno” (1Ts 5, 21).

Me encuentro regularmente con el equipo sinodal de la parroquia. Somos siete personas elegidas por un año en una asamblea local, y el objetivo es trabajar en la puesta en acción del proceso sinodal. A veces, al final del día, nos encontramos cargando con el cansancio y las preocupaciones personales, por más de que tratemos de no pensar en ello y ponernos al servicio de la comunidad.

En una reunión, con el pretexto de la “semana de la dulzura” que se celebraba en esos días, llevé un turrón a cada uno. Todos nos sentíamos felices como niños, fue como un momento de distensión y la actitud cambió. Me di cuenta de que la comunión se construye con pequeños gestos.

(C.P. – Argentina)

Sorpresivamente Marc y María Antonia, de unos cincuenta años, reciben en herencia del padrino de Marc, un tío soltero que lo quería mucho, una pequeña empresa de máquinas industriales. Tras pensarlo cuidadosamente, deciden mantenerla para ellos en lugar de venderla; por un lado para preservar los puestos de trabajo (seis empleados) y por otro lado con la ilusión de trabajar por cuenta propia involucrando a su hijo que ha estudiado ingeniería de los materiales.

A pesar del entusiasmo, la dedicación y el esfuerzo de todos ellos, pasan un momento feo. La empresa no funciona. Al año de haberse puesto al timón, se ven obligados a despedir a dos trabajadores y a devolver las máquinas que no han podido pagar totalmente. También tienen algunas deudas con los bancos y con la familia.

Por la noche, cuando regresan a casa exhaustos, empiezan a pensar que quizá se han equivocado; pero no se rinden, vuelven a empezar y buscan nuevos clientes. Poco a poco, la empresa arranca, ya no tiene pérdidas y pueden comenzar a pagar las deudas. Pero lo que les queda para su sustento es bastante poco.

El momento difícil se alarga. Pero luego llega un nuevo cliente que propone efectuar un pedido amplio y periódico que les daría la tan esperada tranquilidad económica. Se ponen muy contentos. Pero se dan cuenta de que lo que deberían producir sirve para una industria de armamentos, concretamente algunas partes de cañones. Sienten un gran malestar interior. ¿Pueden hacer la vista gorda y actuar como si nada? En realidad, si ese material no lo producen ellos, lo realizará algún otro…

Hablan mucho entre ellos y se consultan también con Pedro. Pasan más de una noche en blanco. No quieren ser partícipes, aunque sólo sea indirectamente, de la muerte violenta de nadie. Rechazan la propuesta.

Tras esa difícil decisión, increíblemente la empresa tuvo otros pedidos y consiguió ir adelante, no obstante las dificultades.

(A.M. Spagna – de la Revista LAR)

Estamos juntando fondos para poder viajar de nuestro país, las Filipinas, a Roma y participar en el Jubileo de los Jóvenes. En estos días dos señoras mayores han venido a traernos algunas monedas de su alcancía. Una de ellas, entregándonos el dinero, nos dijo: “Este dinero ha sido ahorrado y guardado durante un año sobre un pequeño altar que tengo en mi casa”. Su humilde pero profundo regalo, nacido de la fe y del sacrificio, nos dejó asombrados”.

(algunos jóvenes de las Filipinas)

Recogido por Carlos Mana

Foto: © Jonathan en Pixabay

Perú: Cuidar a los que están más solos

Perú: Cuidar a los que están más solos

“Empezamos por los últimos, por los descartados y abandonados por la sociedad”. Así nació en la Amazonia peruana el Hogar y Centro de Día para adultos mayores «Chiara Lubich». Un lugar donde, gracias a la generosidad de una familia junto a la comunidad de los Focolares, se acoge a ancianos abandonados que necesitan ayuda, cuidados, una comida caliente o simplemente el calor de una familia.

Evangelio vivido: “En su pobreza ha puesto todo lo que tenía para vivir” (Mc 12,44)

Evangelio vivido: “En su pobreza ha puesto todo lo que tenía para vivir” (Mc 12,44)

Esta mañana, mientras estaba comprando en el supermercado, pasé junto a un carrito grande donde una empleada estaba apilando cajas y vi que dos de ellas estaban en el suelo.

Temiendo haberlas dejado caer sin darme cuenta, me disculpé, luego recogí las cajas y las coloqué en el carrito.

La empleada me agradeció y me dijo que no me preocupara. Luego, haciendo un comentario en voz alta, añadió: “¡La amabilidad es rara!”. Otra persona que pasaba cerca confirmó: “¡Es realmente cierto!”. Entonces la dependienta le contó, a modo de explicación, lo sucedido.

Por mi parte, estaba feliz, también porque este pequeño episodio me recordaba una frase que escuché hace algún tiempo y que me llamó la atención: nos invitaba a “sembrar amabilidad”. Me pareció una “caricia” de Dios.

G.S. – Italia (*)

Tengo un hermano, cristiano católico, que se casó con una mujer alemana de la Iglesia Evangélica. Cuando se establecieron en Italia, la relación entre mi madre y mi cuñada no fue fácil, aunque ella no se oponía a que sus hijos fueran educados en la Iglesia católica. En cuanto a mí, traté de ser un “mediador” entre ella y mi madre. Mi cuñada también sufría por la incomprensión, que sin embargo se solucionó poco antes de la muerte de nuestra madre. Desde hace un tiempo comparto con ella diariamente, vía WhatsApp, el “pensamiento del día” que nos ayuda a vivir cada día el amor evangélico. Un día nos invitó a “ser misericordiosos”, con este breve comentario: “La misericordia es un amor que sabe acoger a cada prójimo, especialmente a los más pobres y necesitados. Un amor que no mide, abundante, universal, concreto”. Su respuesta no se hizo esperar: “Si te he hecho sentir mal en cualquier circunstancia en los últimos años, perdóname”. Sorprendida, respondí a mi vez: “Yo también me disculpo”. Y ella: “No recuerdo ningún episodio por el que deba disculparte…”.

C. – Italia (*)

Una persona muy querida me pidió que escribiera algo sobre mi experiencia como docente para un conocido suyo de otro país que estaba haciendo un proyecto sobre educación en valores.

Entendí que era una oportunidad para transformar en testimonio y “anuncio” lo que, de alguna manera, ha sido, a lo largo de mi vida, mi respuesta personal al “llamado” a vivir según las enseñanzas del Evangelio como docente y como madre.

La redacción requirió muchas horas de escritura, borrando, corrigiendo, reescribiendo, recordando aspectos que podría agregar, eliminando otros que me parecían irrelevantes y, sobre todo, filtrando cada palabra con amor. Intenté ponerme en el lugar de la persona para quien escribía, porque, aunque no la conocía, podía amar a Jesús en ella.

Se lo envié a mi amiga, sabiendo que tal vez no era exactamente lo que necesitaba, pero dispuesta para cambiarlo todo.

Para mi sorpresa, ella respondió: “Ya envié tu carta y gustó mucho”. Sin duda, no fue la escritura en sí lo que gustó, sino la obra que Dios hizo en mí y que, compartida, puede ser una pequeña luz para los demás.

Y por supuesto, las otras cosas que necesitaba hacer en esos días fueron fáciles de solucionar, ya que hubo algunos cambios de programa que me dejaron tiempo libre para hacerlas.

C.M. – Argentina

Carlos Mana
Foto © StockSnap-Pixabay

(*) De “Il Vangelo del giorno” noviembre-diciembre, Città Nuova, Roma 2024.

Gen Rosso en Madagascar

Gen Rosso en Madagascar

El conjunto internacional Gen Rosso hizo una gira en Madagascar. Ocho fechas en siete ciudades diferentes. Muchos kilómetros recorridos en esta espléndida tierra para llevar un mensaje de paz y fraternidad a través de la música y la danza.

Fueron necesarios dos días de viaje para recorrer 950 km, desde la capital Antananarivo hasta la ciudad de Tolear, en el extremo sur de la isla.

“La comunidad del Movimiento de los Focolares de Tolear nos acogió festivamente regalándonos tocados y collares típicos, demostrando su alegría con bailes y cantos tradicionales, afirma Valerio Gentile, booking internacional del Gen Rosso. Y en un conocido restaurante de la ciudad actuamos junto a un grupo local, el Choeur des Jeunes de Saint Benjamin. Así comenzó esta gira en el sur de Madagascar”.

Al día siguiente llegó el turno de los talleres en el colegio Don Bosco seguidos por el concierto en el anfiteatro. “Fue el día más lindo de mi vida”, comentó una chica entre lágrimas de emoción. Y un joven profesor añade: “Han sacado a relucir verdaderos valores para que vivamos. Siento que tengo que orientar mi vida sobre los objetivos que escuchamos en sus canciones y que compartimos con ustedes desde el escenario durante los talleres”.

“Entre los diversos talleres de danza y canto, estaba el de percusión, organizado de forma completamente original, explica Valerio. De hecho, el material utilizado estaba compuesto por botellas de plástico recicladas y los contenedores amarillos muy comunes en África, utilizados principalmente para el suministro de agua, aceite y otras cosas. Instrumentos musicales improvisados ​​teniendo en cuenta sobre todo la protección del planeta”.

Otra etapa significativa en la escuela École Père Barré, donde 300 estudiantes de secundaria pudieron compartir escenario con Gen Rosso quien, al inico, lanza el lema a vivir: “haciendo espacio para el amor”.

“No estamos aquí para montar un espectáculo para ustedes, sino para toda la ciudad”, comienza Adelson del Gen Rosso.

Las horas pasan volando y llegamos al concierto final en el Jardin de la Mer. Las voces del Choeur des Jeunes de Saint Benjamin abrirán el evento. Pero ocurre un hecho inesperado: se corta la electricidad y el evento se detiene. Luego de unos minutos se recupera y llega el momento del Gen Rosso. En la plaza reina un agradable ambiente festivo, los jóvenes presentes responden con animada participación.

Pero vuelve el apagón eléctrico, justo cuando el atardecer ha dado paso a la noche y la oscuridad es total.

“¿Qué hacemos?”, se preguntan. “Decidimos improvisar con la ayuda de unas antorchas para iluminar un poco. Uno tras otro se suceden los distintos grupos de jóvenes que participaron en los talleres de los días anteriores. No falta la creatividad y la alegría de estar juntos en ese escenario. ¡Ellos son el espectáculo, los jóvenes de Tolear!”.

“Gracias al Gen Rosso que nos hizo descubrir cuánta resiliencia tenemos dentro de nosotros”, dice un joven. Otros testimonios se hacen eco de él sobre el descubrimiento de los auténticos valores de la vida, sobre los talentos ocultos y sobre la dirección correcta que hay que tomar en la vida.

“Palabras que nos dan un fuerte impulso para afrontar la última etapa, en Antananarivo, la capital, afirma Valerio. Nos esperan en el colegio Fanovozantsoa. Unas pocas horas son suficientes para alcanzar un alto nivel de preparación tanto en el canto como a través del hip-hop, el baile latino o la percusión. Así que el concierto del 18 de mayo va genial entre aplausos, abrazos y selfies. Un momento inolvidable que queda grabado en el corazón de todos”.

La gira finaliza con la santa Misa del día de Pentecostés en Akamasoa, en la Ciudad de la Amistad, lugar nacido y concebido hace 30 años por el padre Pedro, un misionero argentino que decidió ayudar a los pobres mejorando sus condiciones de vida a través de un trabajo digno, educación y servicios de salud.

“Hemos celebrado juntos entre la ‘colorida’ misa por la mañana en la gran iglesia-gimnasio deportivo y un alegre espectáculo por la tarde en el anfiteatro al aire libre, continúa Valerio. Un concierto junto a familias, jóvenes, ancianos y niños, con un mensaje de esperanza para construir una nueva sociedad basada en el Amor”.

“Gracias Madagascar – dice Valerio en nombre del Gen Rosso – millones de corazones que laten cada día al ritmo de la solidaridad recíproca, de la resiliencia ante las dificultades, de la sencillez, de la serenidad de espíritu ante la adversidad, de la ligereza de vida, humildad, alegría y paz del alma. ¡De ahora en adelante ‘viajas’ con nosotros como un regalo para dar al mundo!”.

Lorenzo Russo