Movimiento de los Focolares

Una luz después de Fukushima

Ago 21, 2012

Se realizó en agosto el 25º encuentro interreligioso de oración por la paz en el Monte Hiei. Fue un momento de reflexión sobre la relación de los hombres con la naturaleza después del terremoto del 2011 en Fukushima. Se leyó un mensaje de los Jóvenes por la unidad en el que aseguraban a los líderes presentes su compromiso por la paz.

“Hoy sentimos sinceramente el deseo de asegurarles a todos ustedes nuestra proximidad y amistad así como la renovación de nuestro compromiso por la difusión de una cultura de paz” . Este es un párrafo del mensaje que  300 Jóvenes por la Unidad del Movimiento de los focolares, dirigieron al ven. Kojun Handa, el 256º supremo Sacerdote de la denominación budista Tendai. El mensaje fue leído en la conclusión del 25º Encuentro Interreligioso de Oración por la Paz que se realizó en Kyoto el 3 y 4 de agosto por iniciativa de la Escuela Tendai con la colaboración de varias organizaciones religiosas de Japón. El convenio –cuyo título era “Raging Natural Disasters and the Role of Religious Leaders” (Violencia de los desastres  naturales y rol de los líderes religiosos)- intentaba ser un momento de reflexión sobre la relación de los hombres con la naturaleza después del terremoto, el tsunami y las trágicas consecuencias nucleares del 2011 en Fukushima.

En la solemne ceremonia de apertura estaban presentes más de 1200 personas, entre ellas 16 de varias religiones del extranjero, además de muchos líderes de las religiones de la zona del Sol Naciente. Benedicto XVI envió un mensaje al ven. Kojun Handa que fue leído por el arzobispo Pier Luigi Celata, secretario del Pontificio Consejo para el diálogo interreligioso. En el mensaje se leía: “El compromiso por la causa de la paz por parte de los líderes religiosos es de la mayor importancia (…). Estoy seguro que la obra de esta Cumbre y del Simposio que estudia la respuesta de los líderes religiosos a los desastres naturales aportará una mayor solidaridad y colaboración recíproca”.

Hubo un momento de oración en silencio por las víctimas de la guerra y por las víctimas de los desastres naturales. Fue conmovedor el pedido de auxilio y de oración de Mar Gregorios Ibrahim, metropolita ortodoxo, que llegó desde Siria. Hubo varias presentaciones sobre cómo socorrer a las víctimas de las catástrofes naturales y sobre la posición de las religiones con respecto a la energía nuclear después del grave problema de la central nuclear de Fukushima.

El encuentro concluyó el 4 de agosto en el Templo Enryakuji del Monte Hiei con la ceremonia de oración por la paz. Estaban presentes, además de los asistentes del Encuentro, muchos muchachos y jóvenes de la Tendai. En este contexto Cristina Lee que asistía representando al  Movimiento de los Focolares, leyó el mensaje de los 300 Jóvenes por la unidad. “El tema elegido para el congreso de este año – scriben – nos interesa muchísimo. Es cierto que nosotros los jóvenes somos conscientes de que nuestro futuro y el de las próximas generaciones dependerá de una relación respetuosa del hombre hacia el ambiente y la naturaleza”. Luego, recordando la Regla de oro que se encuentra presente en todos los libros sagrados de las grandes religiones y está inscripta en el corazón de cada hombre – “Todo lo que quieran que los hombres hagan a ustedes, háganlo también ustedes a ellos” (Mt. 7, 12) – concluyen: “Nos comprometemos a vivir la Regla de oro,  enseguida,  nosotros en primer lugar y pedimos su ayuda para difundir este llamado entre muchos jóvenes de todas las religiones, seguros de que cada pequeño paso hacia la paz, en unidad con muchos, nos acercará  cada vez más a esta meta”.

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