Cotidianamente observamos a nuestro alrededor muchos sufrimientos que nos pueden hacer sentir impotente si no se abren resquicios de humanidad. Sin embargo, a veces, la respuesta viaja por WhatsApp, como ocurrió en una pequeña comunidad de una ciudad de Italia que desea vivir la unidad: «…en el hospital donde trabajo hay un joven, extranjero, que está completamente solo y se está muriendo. ¿Quizá alguien podría pasar unos minutos con él, para dar un poco de dignidad a esta situación?». Impacta profundamente y las respuestas no se hacen esperar. El mensaje de quien estuvo presente en las últimas horas dice: «Junto a su cama vimos enseguida que la asistencia era puntual, atenta y amorosa, y que por tanto no teníamos nada que hacer de concreto salvo estar allí. Ni él, ya en coma, podía beneficiarse de nuestra presencia». ¿Inútil? En esas pocas horas, una pequeña comunidad, dentro y fuera del hospital, acompañó y dio sentido. Quién sabe si una madre podrá llorarlo en su país. Seguramente su “paso” no fue en vano para quienes pudieron amar a aquel joven, que ya no era un desconocido.
La compasión es un sentimiento que nace desde dentro, desde lo más profundo del corazón humano. Nos hace capaces de interrumpir el propio viaje lleno de compromisos y citas frenéticas del día y tomar la iniciativa para acercarnos y ofrecer una mirada que cuida, sin miedo a “tocar” las heridas.
Lo explica con incisiva sencillez Chiara Lubich: «Imaginemos que estamos en su situación y tratémoslo como quisiéramos ser tratados nosotros en su lugar. ¿Él tiene hambre? Tengo hambre yo – pensemos. Y démosle de comer. ¿Sufre una injusticia? ¡Soy yo quien la sufre! Y digámosle palabras de consuelo, compartamos su dolor y no descansemos hasta que no esté iluminado y aliviado. Veremos cambiar lentamente el mundo a nuestro alrededor». 1
Nos lo confirma también la sabiduría africana con un proverbio marfileño: «Quien acoge a un extranjero, acoge a un mensajero».
Esta idea nos ofrece una clave para realizar el humanismo más auténtico; nos hace conscientes de la humanidad común, en la que se refleja la dignidad connatural de cada hombre y cada mujer, y nos enseña a superar con valentía la categoría de la “cercanía” física y cultural. Desde esta perspectiva, es posible ampliar los confines del “nosotros” hasta el horizonte del “todos” y reencontrar los fundamentos mismos de la vida social. Y es importante cuidarnos a nosotros mismos, con la ayuda de los amigos con los que caminamos juntos, cuando nos parece que sucumbimos ante los sufrimientos que nos rodean. Recordando que –como dice el psiquiatra y psicoterapeuta Roberto Almada– «si los buenos abandonan la batalla a causa del cansancio, nuestra humanidad común correrá el mayor de los riesgos: el empobrecimiento de los valores».2
1. Chiara Lubich, El arte de amar, Ciudad Nueva
2. R. Almada, El cansancio de los buenos, Ciudad Nueva
Foto: © Alexandra_Koch en Pixabay
LA IDEA DEL MES, es elaborada por el “Centro para el diálogo con personas de convicciones no religiosas” del Movimiento de los Focolares. Se trata de una iniciativa nacida en 2014 en Uruguay para compartir con amigos no creyentes los valores de la Palabra de Vida que es la frase de la Escritura que los miembros del Movimiento se esfuerzan por poner en práctica en su vida cotidiana. Actualmente LA IDEA DEL MES está traducida a 12 idiomas y se distribuye en más de 25 países, con adaptaciones del texto según las diferentes sensibilidades culturales. dialogue4unity.focolare.org
0 comentarios