
La Dra. Susana Nuin Nuñez
La Dra. Núñez integró el staff de Comunicaciones en Aparecida (2007), que tuvo al entonces cardenal Jorge Bergoglio como presidente de la Comisión de elaboración del Documento Final. Participó además en los trabajos de Coordinación de la Conferencia Episcopal de América Latina (CELAM) que se realizó recientemente en Rio, desde el 29 de julio al 2 de agosto.
Durante la JMJ se subrayó muchas veces el Documento de Aparecida. Bajo su punto de vista, ¿a cuál punto del Documento se le dio particular énfasis?
Para el Papa, Aparecida tiene un gran valor pues representa el estilo de diálogo en la Iglesia, como fue propuesto en el Vaticano II, partiendo del punto de vista de los pueblos del continente sudamericano, de lo que ellos sienten. Destaca, en particular, la propuesta de los “discípulos misioneros”. Estas dos realidades, que van juntas, exigen un cambio de vida, exigen una conversión pastoral para todos. ¿Qué significa esto? Significa seguir a Jesús aunque nos sintamos débiles, frágiles… “en camino” hacia la conversión.
El Papa repite conceptos como: “cultura del encuentro”, “diálogo”, “relación entre las generaciones”. Estos conceptos ¿están fundamentados en el Documento?
Yo creo que sí. El Papa se basa en la eclesiología del Vaticano II que es una eclesiología del diálogo en todas sus dimensiones: con las otras iglesias, con las otras religiones, con las personas que no creen, pero también diálogo dentro de la Iglesia católica y diálogo con la cultura, con la política. También aquí, en la Jornada Mundial de la Juventud, participaron algunos presidentes del Cono Sur de América. Creo que el Papa realizó algo muy interesante al vincular el mundo juvenil con el de los ancianos. Me pareció un hecho totalmente revolucionario. Más que buscar las diferencias entre las generaciones, subrayó el potencial de cada generación y demostró que son la misma realidad. Fue muy claro: los jóvenes en nuestra sociedad están excluidos como lo están también los ancianos, por lo que ambos pueden ser plenamente solidarios y enriquecerse unos a otros otros de un modo mucho más fuerte. Me pareció revolucionario que en una Jornada Mundial de la Juventud, el Papa hablase del valor y de la dimensión de los ancianos.
Leímos recientemente una entrevista suya en la que habla de “chispas del Espíritu”, refiriéndose a la contribución que puede venir de la propuesta de Aparecida también para los Estados Unidos. ¿Se podría suponer que esto es válido también para todo el mundo?
Creo que cada continente expresa una cultura. Aparecida expresa la cultura de América Latina y del Caribe. Diría más bien que Aparecida puede ser un buen testimonio para estimular a los demás continentes a reunirse en comunión y colegialidad, para poder crear instancias propias de comunión. Me parece que lo más importante es motivar a la iglesia continental – como está ocurriendo en África y en otras latitudes – a reunirse y comprender lo que quiere decir el Evangelio hoy para aquellos pueblos. (Primera parte)
* Dra. Susana Nuin Núñez, uruguaya, miembro del Movimiento de los Focolares, Consultora del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, Secretaria Ejecutiva del Departamento de Comunicación e Imprenta del CELAM.
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