“Mirar a la humanidad con los ojos de Dios”: ésta es la frase de Chiara Lubich que sirvió como lema a muchos de los artistas presentes el pasado sábado 12 de marzo en la Bienal de Maracaibo. En 1949, Chiara Lubich mirando Roma, con las heridas aún abiertas por la guerra, sintió que podía ver el mundo, la humanidad, a través del amor de Dios, verlo con los ojos de Dios presente en su interior. De esta experiencia surgirá un texto precioso titulado “La resurrección de Roma”, en el que se invita a todas las persona a descubrir cómo la presencia de Dios dentro de nosotros puede transformar la realidad que nos rodea. Dicho texto fue ofrecido a cada artista para que lo usara como base de la propia creación. Este original concurso, organizado por la Universidad Católica Cecilio Acosta, estaba dirigido tanto a artistas profesionales como a aficionados. Además la Bienal estaba abierta a todas las disciplinas y expresiones artísticas: de la pintura a la escultura, del diseño a la litografía, de la instalación al ensamblaje. El premio, para la categoría de artistas profesionales, consistió en la posibilidad de participar en una experiencia de trabajo con el artista italiano Roberto Cipollone (Ciro) en la ciudadela internacional del Movimiento de los Focolares, en Loppiano (Florencia). Anteriormente, el miércoles 16 de febrero, en el auditórium del mismo Ateneo, decorado con obras de arte de la primera Bienal, comenzó esta iniciativa con una conferencia de la Profesora Carmen Méndez, de la Universidad Nacional de Costa Rica, titulada “Hacia una nueva cultura artística”. En esta ocasión el rector, Dr. Lombardi, afirmó que uno de los grandes problemas que afronta la humanidad actualmente es la banalización de la vida, el creernos omnipotentes precisamente mientras el planeta está más desequilibrado y en peligro. Para el rector muchos han buscado una solución. Una de las más importantes es precisamente la vía del arte, entendida como posibilidad de transmitir la espiritualidad, la belleza y la verdad. En el 2003 la misma Universidad, reconociendo el aporte espiritual y cultural de Chiara Lubich, decidió concederle un doctorado Honoris Causa en Arte, y al año siguiente instituir una cátedra que permitiera profundizar y divulgar su pensamiento y su obra. En el 2009 se realizó la primera edición de la Bienal de arte “Chiara Lubich”. Esta segunda edición de la Bienal, se desarrolló en el marco de la céntrica Plaza de la República, que se transformó para la ocasión en un taller de arte a cielo abierto, porque los artistas tenían que producir in situ y en vivo las obras del concurso. Además de los muchos participantes, fueron muchísimos los curiosos que asistieron al evento, que llamó la atención de los medios de comunicación locales que hablaron al respecto con entusiasmo.
Ser constructores de paz
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