En una carta de los años Cuarenta, Chiara Lubich escribía una frase fulgurante: «Yo soy un alma que pasa por este mundo. He visto tantas cosas bellas y buenas y siempre me he sentido atraída sólo por ellas. Un día (un día indefinido) vi una luz. Me pareció la más bella y la he seguí. Me di cuenta de que era la Verdad». Recién graduada como maestra su aspiraba a frecuentar la Universidad Católica de Milán. Pensaba: «Es católica, hablarán de Dios, me enseñarán muchas cosas sobre Él». Un concurso permitía a 33 candidatos entrar becados. Chiara se calificó trigésimo cuarta y tuvo la sensación de que había perdido una gran oportunidad. Sin embargo, en medio de las lágrimas y de su corazón atribulado, una voz interior se abrió paso: «¡Yo seré tu Maestro!». El aspecto del estudio tiene en esta respuesta interior su punto de referencia. Más adelante, en 1980, sigue explicando: «Ya en 1944 Jesús me pedía que dejara los estudios y que guardara los libros en la buhardilla (…). Sedienta de verdad había visto lo absurdo que era buscarla en la Filosofía, cuando la podía encontrar en Jesús, Verdad encarnada. Dejé de estudiar para seguir a Jesús. (…) En ese episodio hay un preludio de lo que, con el tiempo habría de florecer en el Movimiento. Habíamos visto resplandecer una luz y ella sería el alma de una vida nueva. (…) Después de esa renuncia, o mejor dicho, después de esa elección que Dios me pidió que hiciera, la luz llegó en abundancia. Nos iluminó sobre la espiritualidad que Dios quería para nosotros, y fue plasmando día a día la Obra…, nosotros llamamos a esa luz “Sabiduría”. (…) Comprendimos que la sabiduría sería la esencia de nuestros estudios, del estudio de todos los miembros de la Obra de María (…). Aunque había dejado los estudios, en 1950 advertí la necesidad de retomar los libros y estudiar Teología. Sentía la necesidad de sustentar muchas intuiciones de ese período sobre una base segura.» Son numerosos los lugares en donde se realiza la cultura de la unidad, por ejemplo en la así llamada “Escuela Abbá”, que se dedica a la doctrina que brota del carisma de la unidad. Es la fuente de numerosas iniciativas que impregnan los varios campos del pensamiento y de la vida. O la Universidad Popular Mariana, que tiene como objetivo ofrecer una formación teológica básica para los miembros del Movimiento. Además de otras escuelas y cursos orientados a los fines específicos del Movimiento. Se desarrolla la Editorial Ciudad Nueva, en sus varias ediciones lingüísticas, con numerosas publicaciones. La revista cultural Nuova Umanità (Nueva Humanidad), entre otras. En el 2008 nace el Instituto Universitario Sophia, con sede en Loppiano (Florencia – Italia).
Ser constructores de paz
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