Críscola a la búsqueda de lo eterno

 
María Cristina Críscola, sostiene que se crea “desde un punto de quietud, desde un lugar absoluto donde todo habita”. Entiende al arte como forma de conocimiento y comunicación, o mejor, de comunión. Una exposición en Berazategui recorre su obra de más de 30 años.

Sábado por la tarde, al caer el sol. La Sala de exposiciones del Complejo Municipal “El Patio” de Berazategui está colmada de público que admira las obras de pintura y fotoplástica de la artista María Cristina Críscola que dentro de poco quedará oficialmente inaugurada. De pronto alguien comienza a cantar y, ante la sorpresa de todos, poco a poco se van agregando otros. Son los miembros del Coro de Adultos de la Municipalidad de Berazategui que con su actuación dan inicio al acto de inauguración. Algunos están en planta baja, otros en el entrepiso y la melodía lo inunda todo. Después le seguirán los discursos de rigor y el brindis.

El catálogo de la muestra -que reúne obras del 1978 al 2012- expresa: “Encontrar lo eterno en el aluvión de lo insignificante” y como dice el curador de la misma, el Lic. Claudio Villareal, “Es, a la vez, presencia y despojo. Es el espíritu de la materia. Ante sus obras, ‘callar es bastante acertado’, como decía Rothko. Las grandes dimensiones de sus telas permiten el contacto con este TODO que todo lo habita. Con este espíritu que prevalece, que es el contenido de la materia a la cual le da forma, liberándola en la luz. Los colores son más que medios y más que símbolos. El blanco, el negro, el rojo…”.

Podríamos decir que la vida (más que el curriculum vitae) de María Cristina Críscola es muy rica tanto en la búsqueda del crecimiento humano, artístico como espiritual. En efecto sus obras van acompañando este proceso en busca de la Luz, como ella expresa: “Nunca me planteé una imagen personal como estilo; para mí pintar es ir al encuentro del misterio. Trato de ser muy rigurosa con
las técnicas y, al mismo tiempo, ahondar en el despojamiento para llegar a lo más profundo de uno”
. Nació en 1943 en Buenos Aires. En la década del ’70 egresa de las Escuelas de Bellas Artes “Manuel Belgrano”, “Prilidiano Pueyrredón” y “Ernesto de la Cárcova” como Profesora Nacional Superior de Pintura, Especialidad Pintura Mural. Fue docente hasta el 2007 (y en los últimos 10 años directora) en la Escuela de Bellas Artes “Manuel Belgrano”

En 1989, en la Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Bellas Artes, asiste al curso de Doctorado “Color, Forma y Contenido”.

Se suceden luego infinidad de exposiciones y muestras en Argentina y otros países. Momentos importantes para Críscola son los prolongados períodos que pasa en el Centro Ave Arte, en Loppiano, Italia, con distintos proyectos de vitrales y puertas para templos. Corona esta experiencia en el 2004 el boceto y la realización de la puerta principal de la Basílica María Théotokos de la Ciudadela de Loppiano (Florencia, Italia).

Tiene su casa taller “Il Bello” en la Mariápolis Lía. La muestra que recorre toda su producción artística permanecerá abierta hasta el 7 de octubre.