Nos visitaron Margarida Nobre y Walter Kostner

 
A fines de julio compartieron una semana con nosotros los consejeros del aspecto de la Armonía y Ambiente del Centro del Movimiento de los Focolares. Una oportunidad para "ver" la ciudadela con una mirada más universal.

Ultima semana de julio de 2013. La Mariápolis está colmada de familias que pasan algunos días de vacaciones. Llegaron también Margarida Nobre (brasilera de origen) y Walter Kostner (italiano del norte), actuales consejeros del aspecto de la Armonía y Ambiente en el Centro del Movimiento de los Focolares que tiene su sede en Rocca di Papa, en las afueras de Roma. Tanto Walter como Margarida habían visitado la Mariápolis en otras oportunidades, pero en otras funciones y concentrados en las actividades por las que habían venido. Ahora lo hacían especialmente para “ver y conocer” la ciudadela en su conjunto y especialmente bajo el aspecto del que se ocupan.

“La visita de Margarida y Walter fue marcada por los continuos descubrimientos, “impactos” podríamos decir, que fueron teniendo con el correr de los días -dicen Lelia y Roberto, quienes se ocupan en la Mariápolis del mismo aspecto y los acompañaron durante todo el tiempo de la estadía-. Primero descubrieron la ciudadela en su dimensión formativa, con sus escuelas para familias, religiosos/as, voluntarios, social, la Escuela de Estudios Sociales, la Escuela de Verano con Sophia… Y en ese momento todo parecía cubierto de “estudio”.

Luego fueron los jóvenes en tres dimensiones: el trabajo como sustento y al mismo tiempo como parte esencial de la formación. Las experiencias, improvisadas y auténticas, fruto de la vida cotidiana del Evangelio se sucedieron ininterrumpidamente con algunas constantes: la responsabilidad, el amor por quien recibirá el producto que se está fabricando, la paciencia para aprender primero y para enseñar a otros jóvenes luego. Porque ésta es una característica: quien está por partir enseña el oficio aprendido a quien acaba de llegar y que “toma la posta”. Estas experiencias hicieron exclamar a Walter: “¡Nos hicieron hacer meditación”!

Esta seriedad y responsabilidad en el trabajo les hizo expresar: “Increíble, una ciudadela sostenida por jóvenes de 18 años”. Y así realmente es. Las escuelas donde maduran y se forman la mayoría de los miembros del mov. desde hace más de 40 años y la vida de unidad, transparente, genuina, inmediata, alegre, contagiosa.

La hora de comunión con ellos, que se cerró con canciones, bailes, fotos, abrazos… los llevó a decir: “El momento más bello de nuestra estadía”. Allí no se escatimaron las preguntas más profundas, en ambos sentidos y la sorpresa y felicidad de los que interrogaban al descubrir tanta luz y plenitud en las respuestas. Como la joven que respondió: “Mi mayor dolor es que extraño a mis padres, hermanos… a mi familia. Pero mi alegría más grande es que aquí soy muy feliz”.

Otra nota distintiva para nuestros huéspedes fue la espontaneidad en las relaciones y la facilidad en superar las barreras entre generaciones que cada ángulo de la ciudadela transmite. “Nos sentimos rejuvenecidos”

La humildad y en algunos casos la precariedad de algunas viviendas de los jóvenes causó también preocupación para acudir a estas necesidades y que pueda ser siempre creciente el número de los que aquí se forman por un período, llegados de 3 continentes, actualmente.

Margarida y Walter pudieron compartir también momentos con los centenares de huéspedes que aprovechaban del período de vacaciones invernales para recrearse, disfrutar de la naturaleza y de la armonía de cada rincón de la Mariápolis. Destacaban la característica de esta Ciudadela donde, al poder permanecer varios días, quienes nos visitan establecen una relación espontánea en lo cotidiano con los habitantes de la Mariápolis, logrando transmitir nuestra vivencia más profunda.

Un momento muy importante fué el encuentro en el Polo Solidaridad, donde se manifestaba la “heroicidad” de estas familias que a lo largo de más de 20 años, habiendo dejado campos…, como pioneros están costruyendo con fe inquebrantable, atraídos por el proyecto de Economía de Comunión y el deseo de dar su contribución a la Mariápolis, donde son un gran testimonio.

Antes de partir, Margarida nos confiaba: “Tu llegas y ves esto. Casi como una explosión de la naturaleza mezclada con construccines. Una naturaleza que también fue programada, ayudada, por los primeros que la habitaron, por Lía, por Victorio, por ustedes… Y  esta ciudadela que se ubica en esta naturaleza, en ese esplendor… Pero una cosa que me ha impresionado es la fe, de ustedes y de las familias. Una fe que va más allá de lo normal. Una fe… que escandaliza. Una fe que se concreta, una fe que se hace casas, en relaciones… Todo está motivado por lo sobrenatural, por la presencia de Jesús en medio de ustedes.”

Y Walter, por su parte, agrega: “En un momento estaba preocupado por todas las preocupaciones de ustedes, también por la economía. Y con esta preocupación dentro, por la mañana me levanté y fui a visitar a Jesús en el Tabernáculo. Pensando también que es común el asistencialismo y que al Cardenal Bergoglio no le gustaba el asistencialismo porque la gente permanece pasiva y no hace su parte. Tanía en mente estas cosas. Y pensaba: El Eterno Padre no es paternalista ni asistencialista. Nos deja a nosotros sacar toda nuestra creatividad, nuestra capacidad, nuestro compromiso, nuestra generosidad para hacer nuestra parte y después vimos que durante estos 40 años nos ha dado lo que era necesario, nunca nos ha dejado bajo el agua.
No hay que preocuparse porque él nos da el pan de cada día. No es que nos da el pan semanal o mensual. Ustedes están haciendo toda su parte y Dios les dará lo necesario para avanzar”.

Walter, autor de Gebé y Doblevé, que durante muchos años alegraron la última página de la revista Ciudad Nueva, dejó un saludo de sus personajes para los jóvenes.