Se comenzó con el amasado de la Jalá (pan ritual), luego el encendido de las velas de Januka y de Shabat. Participar del servicio religioso de Víspera y de mañana del Shabat y la lectura de la Torá fue, para los habitantes de la Mariápolis, una experiencia fundante, ya que para la mayoría de los jóvenes, era la primera vez que participaban de una celebración judía.

A la tarde del sábado, el diálogo abierto sobre la fe, entre los jóvenes católicos de la ciudadela y los hermanos judíos fue impactante. Para muchos, descubrir el diálogo como herramienta fundamental, es más, como estilo de vida para la construcción de la fraternidad, quedó sellado en el corazón con la fuerza de la experiencia vivida, incontrastable al momento del análisis.

La ceremonia de Havdalá- de diferenciación del día de Shabat de los días de semana, en los jardines de la Mariápolis y el encendido de la séptima vela de Januká, iba cerrando el día sábado. Pero, no terminó ahí. Después de cena la esperada “Noche de Talentos”. Cada uno compartió aquello que sabía hacer: cantar, bailar, recitar. Y la sorpresa no faltó: una pintura de Chiara Lubich, como regalo de parte de los hermanos judíos para la Mariápolis.

El domingo una presentación de la Mariápolis y la Misa concluía esta experiencia. Algunos ecos de la experiencia vivida: “ La fe se ha tejido con la vida y nos ha enriquecido de signos, y de un modo especial del valor del tiempo como marco para vivir ante la Eternidad!!

“Siempre conocemos algo nuevo en la convivencia con nuestros hermanos Focolares”.
Desde nuestra llegada fuimos recibidos con un gran BRUJIM HABAÍM (bienvenidos) ¡¡¡en letras Hebreas!!! ¡¡¡Compartir con la juventud el conocimiento mutuo, aprender a conocernos nos permite querernos todos los años de una manera renovada!!!¡GRACIAS A LA VIDA Y A DIOS POR PODER VIVIR TODO ESTO!