Más allá de la tranquera cerrada

 

El deseo de donarnos y donar la realidad del mundo unido que se intenta vivir en la Mariápolis es más fuerte que la tranquera cerrada.  En estos meses a través de los diferentes medios, hacemos ver al mundo que el amor reciproco no se frena por la Pandemia, al contrario, crece y se multiplica.

Al no recibir los grupos que anualmente nos visitan, encontramos la forma de no perder el entusiasmo de construir momentos de fraternidad.

No pudiendo venir a pasar un fin de semana en la ciudadela, a fines de mayo realizamos una videoconferencia con algunos jóvenes de las Rosas, provincia de Santa Fe. Se trata de un grupo que se reúne habitualmente para leer la Palabra de Vida y poner en común las experiencias vividas, animándose mutuamente en la construcción de un mundo mejor.

Fue un momento muy lindo, donde los jóvenes de la Mariápolis y los de las Rosas, pudieron presentarse, conocer los diferentes lugares de donde provienen, intercambiar experiencias, contarles cómo estamos transcurriendo este periodo de cuarentena por la pandemia, las expectativas para el presente y para el futuro, compartir la alegría de los muchos que nos acompañan y alientan desde sus casas. Al final, nos quedamos con el deseo de un reencuentro y el desafío de poner en práctica una frase cada día que nos ayuda y nos motiva a continuar, más allá de todos los obstáculos, a construir la realidad de vivir por un mundo unido.