Este viernes 18 de septiembre la comunidad judía celebra el Rosh Hashaná, dando la bienvenida al año 5.781, desde que Dios creó al mundo y al ser humano,según la tradición del primer Testamento bíblico. El día primero del mes séptimo (o sea el 1 de Tishrei) con el sonido del shofar (cuerno de carnero) se anuncia el nuevo año y la entrada en un periodo de diez días de meditación, tiempo de balance del año, de “descubrir lo que nos sostiene y dejar ir lo que nos debilita”, arrepentimiento por los errores cometidos y  perdón  de Dios a los fieles.

Desde la Mariápolis Lía hoy acompañamos  cordialmente este período sagrado hermanados por una experiencia de diálogo y comunión de vida que se remonta  a la visita de Chiara Lubich, cuando en 1998 ella misma dejó rubricada en la despedida su predilección por la comunidad judía que había conocido, con estas palabras: “… y un saludo especial a nuestros `hermanos mayores’ que han de venir, que sientan también suya nuestra ciudadela. Que vean en ella un rayo de la Jerusalén celestial”.

A partir de entonces, efectivamente, el vínculo iniciado en aquella ocasión ha ido creciendo en conocimiento y amistad recíprocas a través de Jornadas de la paz en torno al olivo trasplantado desde Nazareth, simposios, celebraciones rituales como el shabaton, encuentros de diálogo y lecturas compartidas, en un vínculo cada vez más estrecho y profundo que nos han ayudado a reconocernos en nuestra raíces como hermanos en camino a la fraternidad universal.

Por todo lo construido juntos en este camino recorrido no sentimos incluidos en el augurio de la comunidad  Bet El, “¡que tengamos un año pleno de oportunidades junto a todos lo que queremos y en comunidad!”.